Ir al contenido
_
_
_
_

La hora en la que Mazón desapareció: ¿qué hizo después de salir de El Ventorro?

El presidente valenciano y su equipo sostienen que estuvo “trabajando” la tarde de la dana en la sede del Consell tras su larga comida, pero un testigo asegura que llegó poco antes de las 20 horas a su despacho y enseguida se marchó al Cecopi

Ferran Bono

Un año después de que 229 personas murieran en Valencia en la mayor catástrofe del siglo en España, permanecen las dudas sobre qué hizo esa tarde del 29 de octubre el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. Hay huecos confusos y espacios en blanco en la agenda del president a las mismas horas en las que, en pueblos como Catarroja o Paiporta, decenas de personas fallecían en sus casas anegadas, en sus coches arrastrados por la corriente o en sus garajes llenos de agua, barro y cañas.

Hay, sobre todo, un agujero de aproximadamente una hora, desde más o menos las 18.45 hasta las 19.45, en que el paradero de Mazón es una incógnita, a pesar de las explicaciones dadas por el propio jefe del Consell. Ese intervalo coincide, además, con los 37 minutos, desde las 18.57 a las 19.34, en que el president no llamó a nadie ni utilizó su teléfono para enviar mensaje alguno, según su listado de llamadas entregado a las Cortes Valencianas. Durante esa hora murieron más de 80 personas, de acuerdo con el sumario de la causa, por la riada se enseñoreó con los pueblos de la comarca de l’Horta Sud, sin que la Generalitat enviara una señal de alerta a la población hasta las 20.11 horas.

La mañana de aquel 29 de octubre había terminado con un acto oficial del president en el Palau de la Generalitat con los agentes sociales. Allí comentó, entre otras cosas, que las medidas adoptadas por la Universitat de València, que el día anterior había cancelado las clases por los avisos de la Aemet, le parecían una exageración. En torno a las 14.45 llegó al restaurante El Ventorro, en el centro de Valencia. Mazón prolongó durante casi cuatro horas una comida agendada con la periodista Maribel Vilaplana, mientras en la centralita del 112 se acumulaban las llamadas de auxilio por las inundaciones. Ella misma, que declarará como testigo el 3 de noviembre ante la jueza de Catarroja Nuria Ruiz Tobarra, que instruye la causa penal por presuntos homicidios imprudentes, aseguró por carta que la comida terminó entre las 18.30 y 18.45, sin que la Generalitat lo haya desmentido nunca.

No era la primera versión de la comunicadora, que primeramente sostuvo a través de una fuente autorizada que la sobremesa en El Ventorro finalizó sobre las 17.45. La factura de la comida podría haber disipado las dudas: pero en diciembre del pasado año, dos meses después de la tragedia, la Generalitat justificó su negativa a hacerla pública en que Mazón había acudido a esa “comida de trabajo” (desvelada por este periódico), en calidad de presidente del PP de la Comunidad Valenciana, y no como jefe del Consell. El objeto era, según señaló Mazón, ofrecer a Vilaplana presentarse a la dirección de la televisión pública À Punt, propuesta que la periodista rechazó.

Siguiendo esta cronología, Mazón abandonó El Ventorro sobre las 18.45. El president y su equipo han repetido, sin dar nunca ningún detalle de las horas, que después fue al Palau de la Generalitat, un trayecto que se recorre a pie en 10 minutos a un ritmo pausado por el itinerario que él mismo ha sugerido. Y allí, en el palacio gótico que alberga su despacho oficial, estuvo “haciendo llamadas” y “trabajando” antes de desplazarse, alrededor de las 20.00 horas, al Cecopi, el órgano oficial que coordinaba las labores de atención a la emergencia.

Paso fugaz

Su paso por el Palau, no obstante, fue fugaz y se prolongó apenas unos minutos, según asegura a este periódico un testigo, que pide guardar anonimato, y corroboran dos fuentes conocedoras de los hechos. Según estas fuentes, el president llegó a su despacho en la sede del Consell —donde entró por la “calle de Caballeros”— en torno a las 19.45, o incluso un poco después. No pueden precisar la hora exacta, porque no estaban pendientes del reloj hasta ese punto, pero no dudan en acotar el periodo temporal en el que Mazón permaneció en el Palau por diferentes circunstancias.

Coinciden en que fue una estancia corta en la que se dejó ver, tanto dentro como en el exterior del Palau, antes de marcharse al Cecopi en compañía de dos colaboradores. ¿Dónde estuvo el president en esa hora aproximada que transcurrió desde que salió del restaurante hasta que llegó a su despacho?

Las propias respuestas de la Generalitat no contribuyen a despejar esta incógnita. En las primeras versiones sobre la agenda de esa tarde de Mazón, el Gobierno valenciano llegó a asegurar que el president había llegado al Cecopi, situado en el municipio de L’Eliana, situado a 20 minutos del Palau de la Generalitat, dependiendo de la circulación, a las 19.00 horas o las 19.30, precisamente el hueco temporal que se ha convertido en un misterio.

Luego se supo que esto no fue así: el president entró en el Cecopi, exactamente, a las 20.28. Se sabe porque se conservó una imagen grabada de su aparición en el centro de emergencias. No se conservan, por el contrario, imágenes de la grabación de la entrada o la salida de Mazón al Palau de esa tarde, ya que fueron borradas 15 días después de la dana por no haber sido requeridas por ninguna autoridad, según explica la Generalitat.

Los trayectos del coche oficial del presidente de aquel día fueron omitidos en la respuesta parlamentaria del Gobierno a la pregunta del grupo socialista en las Cortes Valencianas. La razón que se esgrimió para no proporcionar esos trayectos fue que en el mandato del anterior presidente, Ximo Puig, tampoco se daban. La vicepresidenta de la Generalitat, Susana Camarero, sin embargo, sí ha aportado sus desplazamientos de aquel día a la comisión de la dana.

De cualquier forma, la imagen de Mazón entrando en el Cecopi a las 20.28 de la tarde no se hizo pública hasta el pasado 26 de febrero, cuando fue filtrada por el propio Consell. Para entonces, la jueza de Catarroja centraba sus pesquisas en los participantes de esa reunión y, sobre todo, en la responsabilidad del envío “tardío” y de contenido “errado” del mensaje ES Alert a la ciudadanía de la provincia de Valencia, a fin de que se pusieran a salvo de la riada. Los móviles temblaron con el estridente pitido a las 20.11, cuando ya habían muerto la mayoría de víctimas mortales. La magistrada sostiene que si la alarma se hubiera enviado antes se podrían haber salvado vidas.

Este periódico ha preguntado en diversas ocasiones a Presidencia de la Generalitat sobre los movimientos de Mazón de esa tarde y sobre su estancia en el Palau. Las respuestas siempre han sido que, tras su comida, estuvo en su despacho, pero sin precisar las horas porque no estaban pendientes de ellas. Este mismo viernes han vuelto a asegurar lo mismo, ciñéndose a lo dicho por Mazón y rehusando contestar qué hacía y donde estaba en la hora oscura de aquella tarde.

El presidente valenciano repitió su versión en las tres primeras entrevistas concedidas después de la dana con motivo del 9 d’Octubre, festividad de la Comunidad Valenciana. En ellas sugiere —sin llegar a precisar las horas— que fue andando desde El Ventorro al Palau mientras hacía y respondía llamadas relativas a la emergencia. Cuando en la entrevista de Las Provincias se le pregunta por las horas, Mazón responde: “Nunca he estado en el debate del minutaje”.

Mazón y su equipo insisten en que si se mantuvo la agenda presidencial fue por “el apagón informativo” de las agencias estatales (la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar), que no avisaron de la magnitud de la catástrofe y del gran peligro del barranco del Poyo, una tesis refutada por la propia magistrada en sus autos.

Agujero negro

En ese agujero negro se inscriben, además, los 37 minutos de silencio telefónico del president: A las 18.57 minutos, el presidente de la Generalitat habla dos veces con el portavoz parlamentario del PP, Juanfran Pérez Llorca. Después, el teléfono enmudece hasta las 19.34, en que revive con una llamada al secretario autonómico de Infraestructuras, Javier Sendra, responsable directo de MetroValencia, cuyo centro de mando en Paiporta a esa hora ya estaba anegado. A esa hora se desbordaba también el barranco del Poyo en la comarca de L’Horta Sud, donde se registraron la mayor parte de las 229 muertes por la dana.

Durante ese silencio telefónico, en el que parece que el presidente se funde en negro, la entonces consejera de Interior, Salomé Pradas, trató de ponerse en contacto con Mazón dos veces sin conseguirlo: a las 19.10 y a las 19.36, según el listado aportado al juzgado por la exresponsable política, actualmente destituida y única persona actualmente investigada en el proceso judicial junto al que fuera su número dos, el secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso.

A las 19.41, esto es, seis minutos después de la primera llamada tras el mutismo telefónico, Mazón llama a José Manuel Cuenca, secretario autonómico de Gabinete y Comunicación y uno de sus colaboradores más cercanos, quien esa tarde estaba de viaje; luego telefonea a la directora general de la secretaría del gabinete de Presidencia, Pilar Montes, a las 19.42; a la consejera de Interior, Salomé Pradas, un minuto después, y a la directora general de Organización, María Jesús García Frígols, a las 19.44.

No volvió a llamar a nadie hasta las 20.10. En ese momento viajaba en coche hacia el Cecopi. Se comunicó con Pradas, en una llamada que el president omitió al divulgar por primera vez su lista de llamadas el 24 de febrero en Madrid. Un minuto después de hablar con ella, a las 20.11, el Cecopi envió la alarma a la ciudadanía. A Mazón le sonó en el coche.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_