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Borja Sanjuán (PSPV): “No es lógico que haya miles de viviendas que sean utilizadas como hoteles ilegales”

El nuevo portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia asegura que no hacen falta campañas contra la turismofobia sino planes a favor de los vecinos

El  nuevo portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Borja Sanjuán, en Tres Forques.
El nuevo portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Borja Sanjuán, en Tres Forques.Mònica Torres
Cristina Vázquez

Borja Sanjuán Roca (València, 31 años) es el nuevo portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de València. A finales de julio cogió el testigo de manos de Sandra Gómez, que renunció al puesto para incorporarse como diputada al Parlamento Europeo. Sanjuán defiende desde la oposición que Valencia no necesita campañas contra la turismofobia sino planes a favor para que los vecinos puedan vivir en su ciudad. “Los ayuntamientos tienen que ser más valientes y tomar partido”, reclama.

Pregunta. Ha transcurrido un año y tres meses de gobierno de PP y Vox. ¿Qué diagnóstico hace?

Respuesta. Su modelo de ciudad es equivocado y nos hace retroceder décadas. Quieren volver a un modelo de monocultivo turístico, en el que el visitante está en el centro de las decisiones municipales en lugar del vecino y todo ello está conformando una ciudad rancia y difícil de vivir.

P. Ustedes gobernaron ocho años pero dejaron el gobierno municipal sin aprobar una ordenanza municipal que regulase los pisos turísticos. ¿Por qué? El problema empezaba ya a vislumbrarse.

R. Una de cada tres viviendas turísticas que hay en la ciudad de Valencia se ha abierto en el último año. Eso tiene también que ver, no solo con que se haya acelerado el fenómeno en general sino con que se percibe que hay un ayuntamiento más permisivo. Nosotros empezamos a poner limitaciones, las más estrictas que había por entonces, [2018] y es que el ayuntamiento tuviera que autorizarlas y solo se permitiesen en lugares donde se podía poner un comercio y eso, en nuestro PGOU, era los bajos y los primeros pisos de los edificios. ¿Qué pasa? Que esa normativa era muy anterior a una realidad que no estaba prevista y es la explosión de los pisos turísticos. Y al final, como la rentabilidad de alquilar a un turista es muy superior a alquilar a un vecino, un montón de inversión se ha desplazado a los pisos turísticos. La mayoría de casos son operadores profesionales que tienen decenas de viviendas. Esa es la foto del mercado.

Nosotros pusimos muchas restricciones, el máximo de las que podíamos poner, pero esas medidas han resultado sobrepasadas por el estallido de licencias turísticas del último año. Y frente a eso no se ha hecho absolutamente nada. Tenemos que ir a medidas de otra dimensión, parecidas a las que ha adoptado Barcelona: no tiene que haber ningún apartamento turístico en ningún espacio que sea vivienda.

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P. Se inspecciona, pero ¿qué pasa con los pisos sin licencia?

R. Aunque los apartamentos turísticos que inspecciona el Ayuntamiento se cerraran automáticamente, que no sucede, el número sería anecdótico porque se inspeccionan decenas y se abren miles, y el gobierno municipal pierde de mucho la partida. Es una situación muy llamativa porque hay pocas cosas más fáciles que comprobar dónde están los apartamentos turísticos. Solo tienes que entrar en las plataformas, ver la oferta y cotejarla, y eso no se está haciendo. El PSPV quería usar la tasa turística, no solo para que los visitantes contribuyeran, sino para localizar la oferta ilegal y actuar con la inspección tributaria. No puede ser que la gran respuesta de una ciudad como Valencia sea inspeccionar decenas de apartamentos turísticos para sancionarlos de muy manera leve y no acabar cerrándolos.

Con el equilibrio ya roto, no tienes que hacer planes contra la turismofobia sino a favor de los vecinos para que puedan vivir en esta ciudad. Y eso es lo que PP y Vox no están haciendo. Hay que caducar las licencias turísticas en una ciudad donde alquilar una vivienda viene a costar unos 1.400 euros. No es lógico que haya miles de viviendas que sean utilizadas como hoteles ilegales. Es una decisión política y Catalá tiene todas las herramientas legales a su alcance. Por cada vivienda turística legal o legalizable hay dos ilegales en la capital. Si se pusiera una tasa turística, se pusiera a la inspección tributaria a trabajar y se aplicaran las sanciones de la ley de Turismo de la Generalitat, que son mucho más altas que las municipales, la gente se pensaría mucho abrir un apartamento turístico ilegal. Pero la sensación es de impunidad total. Es un producto de inversión, no inmobiliario. La gente está comprando viviendas para hacer apartamentos turísticos en lugar de comprar bonos del Tesoro o de invertir en Bolsa y eso está despedazando las ciudades. Y una ciudad como Valencia es especialmente vulnerable a eso porque no ha parado de batir récord turísticos.

P. El PSPV ha pedido que Valencia sea declarada zona tensionada para poder limitar los precios de los alquileres pero el gobierno municipal lo ha rechazado. ¿Insistirán?

R. Es un sinsentido que la ciudad de España donde más ha crecido el precio del alquiler esté en contra de aplicar la ley de Vivienda, que trata precisamente de frenar las subida de precios. Si se aplicara, habría gente que pagaría 700 euros menos. El gran dilema que tienen ahora las ciudades es entre la gente que vive en ellas y la gente que se aprovecha de ellas como vehículo de inversión, y los ayuntamientos tienen que ser más valientes y tomar partido. Es lo que va a marcar el mandato y la legislatura en España, el grado de valentía para enfrentarse a esa realidad.

El  nuevo portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Borja Sanjuán.
El nuevo portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Borja Sanjuán.Mònica Torres

P. ¿Copa del América sí o no?

R. A Valencia no le hace falta la Copa del América. Tuvo un impacto económico para las arcas públicas muy negativo, una deuda de más de 300 millones que tuvo que condonar el Gobierno de España hace poco, y lo positivo que pudo traer, que era el legado urbanístico, de recuperación de la fachada marítima, ya existe. Con los problemas que tiene la ciudad, que dediquemos ahora presupuesto público a un evento deportivo precisamente para incidir en el modelo de turistificación, resultaría, en mi opinión, una broma pesada.

P. Bueno otro evento deportivo que pasará de largo es el Mundial de Fútbol. Parece que Valencia no será sede. ¿Está resuelto el problema del nuevo estadio?

R. Irse de Mestalla fue una decisión política tomada por una Administración del PP. Fue un grandísimo error y creo que esta ciudad lo pagará con el tiempo, sobre todo por la pérdida de identidad. Al final perder el Mundial tiene responsables, con nombres y apellidos. El primero, el máximo accionista del club, y el segundo, todas aquellas personas que diseñaron una operación urbanística que era el cuento de la lechera: voy a poder pagar las obras del nuevo estadio vendiendo unos terrenos que nunca valieron lo que dijeron que iban a valer. Y todo ello ha desembocado en que Valencia, tercera capital de España, no pueda optar a ser sede.

Catalá no se atreve a romper con Vox

P. ¿Aguantará el pacto de gobierno de PP y Vox hasta final del mandato?

R. María José Catalá no se atreve a romper y si fuera una alcaldesa responsable debería de hacerlo. ¿Es tolerable para la ciudad de Valencia que el concejal de la Albufera sea negacionista del cambio climático en plena capitalidad verde europea? , ¿O que una concejala de gobierno haga tuits racistas que investiga la Fiscalía? Pues no, tenían que estar cesados. Catalá mide estas actitudes en función del desgaste particular y político que a ella le provoca pero el desgaste es también para la ciudad. El interés partidista no debe ser lo primero sino la imagen de Valencia.

P. Se han lamentado de que Valencia es la única gran ciudad española donde la extrema derecha gobierna

R. Le dijimos a Catalá que los echara, gobernase en solitario e intentara pactar grandes acuerdos con el resto de grupos de la oposición. Ya acordamos las condiciones para la licencia del nuevo Mestalla, ahora le proponemos un plan de vecinofilia que cambie la retórica de la turismofobia, nosotros podemos hablar de medidas concretas, el problema es que Catalá prefiere gobernar con menos trabajo político a cambio de que el desgaste principal lo padezca la ciudad. Por eso creo que es una mala alcaldesa.

P. Se quejan de que el gobierno de PP y Vox no les facilita la información que piden.

R. Cuando un mandato democrático empieza echando a la oposición de la sede principal del Ayuntamiento [los trasladaron a un edificio que hay a una calle de la casa consistorial] es una declaración de intenciones. Es una mezcla de sentir que la institución te pertenece y de inseguridad por alejarnos del día a día del consistorio. Además, hay más de 100 quejas al Síndic de Greuges porque no se contestan las preguntas de la oposición o porque no se atienden los requerimientos del propio Síndic. Cuando eres un demócrata entiendes que la fiscalización de la oposición es tan necesaria como la labor de gobierno. Nosotros también cumplimos una función democrática.

P. Sus compañeros empezaron hace años a denunciar un caso de financiación irregular del PP de Valencia, que acabó en julio con una condena contra, entre otros, el exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau, mano derecha de la alcaldesa Rita Barberá [fallecida en 2017]. ¿Que opina de la reacción del actual PP de Valencia a la sentencia?

R. Ha sido muy incoherente porque los que ahora gobiernan intentan hacer como que no conocen a Alfonso Grau al mismo tiempo que le dedican un puente a Rita Barberá. No se atreven a ponerle un puente a Grau porque saben que hubo corrupción pero fue en la época de Barberá. Nos entregaron un ayuntamiento con más de 1.000 millones de euros de deuda cuando entramos a gobernar [en 2015] y les devolvimos el consistorio más saneado de España. Lo único que pediría es que cuando volvamos a gobernar no nos lo entreguen como el más endeudado del país.

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Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.
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