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El juez manda a prisión a tres de los ocho detenidos por la agresión de un grupo de extrema derecha a un casal antifascista en Castellón

La causa está abierta por homicidio en grado de tentativa, lesiones, desórdenes públicos y delito de odio en unos hechos que llevó a un hombre a la UCI

Concentración de apoyo el pasado a las personas heridas en un ataque a la asociación antifascista La Cosa Nostra de Castellón durante las fiestas de la Magdalena.
Concentración de apoyo el pasado a las personas heridas en un ataque a la asociación antifascista La Cosa Nostra de Castellón durante las fiestas de la Magdalena.CARME RIPOLLéS

La juez de guardia de Castellón ha decretado este jueves el ingreso en prisión incondicional y sin fianza para tres de los ocho detenidos en relación a la agresión grupal perpetrada en la sede de un casa antifascista, La Cosa Nostra, en Castellón durante las fiestas de La Magdalena. Para los otros cinco ha acordado libertad provisional con obligación de comparecencias periódicas en sede judicial. La causa está abierta inicialmente por homicidio en grado de tentativa, lesiones, desórdenes públicos y delito de odio, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Los ocho detenidos están acusado de su implicación en la agresión grupal cometida hace diez días, durante el primer sábado de las fiestas de la Magdalena de Castellón, contra la colla antifascista. En el ataque, perpetrado por un grupo de una treintena de personas, cargadas con palos y barras y vinculadas a la extrema derecha, tal y como indicaron testigos presenciales, resultó herido de gravedad un hombre de 32 años, vecino de Vila-real, que ingresó la misma noche del suceso en la UCI del Hospital General, donde permaneció tres días. Una docena de personas sufrieron heridas de diferente consideración.

La policía nacional abrió una investigación que se salda ahora, más de una semana después de los hechos, con los primeros arrestados. Al grito de “La Plana serà la tomba del feixisme”, “Cap agressió sense resposta” o “Fora feixistes dels nostres barris”, cientos de personas abarrotaron el pasado fin de semana la plaça de l’Ereta, próxima al casal agredido y sede de diferentes collas durante las fiestas, en la concentración convocada por La Cosa Nostra “contra el fascismo en los barrios” y en solidaridad con la docena de heridos en la agresión múltiple.

Fuentes del casal afianzan el tinte “ideológico” del ataque. En la lectura del manifiesto durante la citada protesta, denunciaron la “escalada de tensión y odio” sufrida desde el ámbito institucional por el colectivo, con 16 años de trayectoria “en defensa de un ocio alternativo, independiente, sin financiación externa y autogestionado”. “El objetivo es desmovilizarnos y atemorizarnos, pero seguiremos alimentando espacios populares como este, seremos un muro de contención contra el fascismo”, señalaron. Además, acusaron al concejal de Seguridad de Castelló, Antonio Ortolá (Vox), de alentar los hechos. “Es el responsable político de la agresión por alimentar esta oleada de tensión”, dijeron. Una acusación de la que el edil se desmarcaba hace unos días: “Al que intente hacer política con un delito tan grave intentando vincularme, le digo que no tiene otro calificativo más que el de miserable. Siempre me pondré del lado de la víctima, nunca del agresor”, detalló el edil de la formación ultra en declaraciones a este periódico tras la concentración.

Sin embargo, el pleno de Les Corts celebrado esta semana no ha condenado el ataque fascista en Castellón por la negativa de Vox, al considerar “sectaria y partidista” la declaración institucional presentada por Compromís, que apela a “la importancia de condenar este tipo de actos y de evitar la proliferación de discursos de odio y la banalización de la violencia política”.

Los hechos ocurrieron en la noche del 2 de marzo cuando un grupo de una treintena de integrantes, “vinculados a la extrema derecha” y cargados con barras y palos, se dirigió hacia el casal del citado colectivo, que a esa hora, y en el marco de la Magdalena Insurrecta, había organizado varios conciertos. Según testigos presenciales, en su trayecto hacia el casal agredieron con una barra de hierro al vecino de Vila-real gravemente herido, que había acudido a la colla y que en ese momento se encontraba en una calle anexa. Ingresó en la UCI esa misma noche y no fue trasladado a planta hasta tres días después.

Según testigos de los hechos, quienes acudieron en defensa del joven golpeado lograron desviar el trayecto del grupo de agresores y evitar que accedieran al local de la citada colla, muy concurrida a esas horas. “Ahí afuera se están matando”, dijeron desde algunos de los casales vecinos, que decidieron cerrar sus puertas.

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