Antonio Hospitaler, experto en estructuras resistentes al fuego “El incendio de Valencia superó lo que tenemos y sabemos hacer”
El catedrático de la Universidad Politécnica explica que los ensayos en laboratorio de los materiales que presumiblemente aceleraron el fuego en Valencia que causó 10 muertos no se corresponden con su comportamiento en la fachada y aboga por prohibirlos
Antonio Hospitaler se ha dedicado al estudio del comportamiento de los materiales estructurales ante el fuego desde hace más 20 años. Es catedrático de Construcciones Industriales en la Universidad Politécnica de Valencia, miembro del Grupo de Resistencia al Fuego de Estructuras y del Instituto de Investigación de Ciencia y Tecnología del Hormigón. Nacido en Godella (Valencia) hace 68 años, asegura que se producen unos cinco incendios al año en el mundo de la misma tipología del siniestro que causó 10 muertos en Valencia la pasada semana, si bien difieren en su gravedad y magnitud, al margen del que devoró la torre Grenfell de Londres en 2017 y provocó 79 muertos.
Pregunta. ¿Cómo es posible que ardiera tan rápido un edificio así?
Respuesta. Una fachada tiene dos mecanismos propios de propagación del fuego. En el caso de Valencia, era una fachada ventilada que provoca un efecto interior, el efecto chimenea, y además con un material combustible dentro. Y también se produjo un efector exterior, el efecto Coandă [por el físico rumano Henri Coandă], que hace que las llamas se peguen a la pared y se propaguen hacia arriba de manera rapidísima. Del material combustible se dijo al principio que era el aislamiento a base poliuretano y luego se comprobó que era lana de roca. Ahora se dice que es el polietileno del panel de fachada. Por el comportamiento que hemos visto podría ser, aunque no hemos tenido acceso para medir y analizar sus características. Supongamos que es polietileno. Esa fachada lleva dos hojas, a un lado, lana de roca como aislante, y al otro lado, un composite, que es como un sándwich, formado por aluminio, polietileno y aluminio.
P. ¿Y para qué se emplea el polietileno?
R. Es un polímero. Hay muchos tipos y su usa para muchas cosas. En este caso, para dar rigidez a las dos placas de aluminio. Aguanta mucho más y permite hacer paneles más grandes, hacer más simple el montaje y que la fachada pese menos. Tiene una misión mecánica, pero es combustible. Arde a unos 350 grados, y en algunos tipos se produce un efecto goteo.
P. ¿El viento influyó también?
R. Claro, el fuerte viento lateral. Aquí hubo una situación extraordinaria al cuadrado. El fuego se propagó verticalmente, hacia arriba por el tiro, hacia abajo por el goteo y lateralmente por el viento. El vector de propagación fue la fachada. Al quemarse los balcones, los cristales se rompieron a unos 300 grados y entró el fuego dentro de las viviendas.
P. ¿En Londres se utilizó un material similar?
R. Similar, pero también en otros sitios como en Milán, Melbourne,…. Este tipo de incendios son poco probables, pero no imposibles, como lamentablemente hemos visto. Por eso hay que preverlos.
P. Tras el incendio de Londres, la normativa se cambió.
R. En toda Europa se han hecho modificaciones y en España también, en 2019. Pero los únicos que han adoptado una medida drástica han sido los franceses y portugueses para que en sus fachadas solo haya materiales no combustibles. Ahora, el problema es qué se hace con lo que está construido. En Reino Unido hicieron un inventaron de edificios y detectaron 75.000 en esas circunstancias. Para evaluarlos desarrollaron una metodología, sólo 550 presentaron riesgo grave. En España también se ha construido así.
P. ¿Ha habido negligencia en el incendio de Valencia? ¿No hay culpables?
R. No hay culpables, en mi opinión. Los arquitectos prescriben materiales que están homologados en función de la normativa vigente. El constructor igual. El problema es más general. No hay una correspondencia entre el comportamiento de un material en ensayo de laboratorio para clasificarlo en su reacción al fuego y el comportamiento real en la fachada. A través del ensayo que usamos en toda Europa se nos dice si ese material se propaga lento o no. Se le da un sello. Lo ve un técnico, y si cumple la norma, lo coloca, lo prescribe. Es como un médico, que prescribe un medicamento con unos ensayos clínicos detrás.
P. Y al cabo de los años se descubre que tiene efectos...
R. Y se retira del mercado.
P. ¿Usted es partidario de prohibirlo?
R. Lo prudente es parar ahora el uso de este tipo de materiales. De hecho, hoy muchos fabricantes de este tipo de paneles de composite ya no usan polietileno y han colocado un mortero incombustible para unir las dos chapas del sándwich
P. ¿Ha fallado el sistema?
R. El sistema tiene muchos filtros: los ayuntamientos, los colegios profesionales... Nos dicen que este material ensayado funciona perfectamente y un ayuntamiento no tiene un laboratorio para comprobarlo ni tiene por qué. Ahora, la información sobre el comportamiento de estos materiales estaba publicada en las revistas científicas y en revistas técnicas. En siete años, desde el incendio de la torre Grenfell, se han publicado muchos estudios y se han hecho muchos ensayos pero no concluyentes. Por cierto, a diferencia de Europa, en las comisiones que redactan las normas de seguridad contra incendios en España, que dependen de diferentes organismos no hay presencia de universidades. Sin embargo, sí que participamos en comisiones europeas.
P. ¿Los protocolos actuales de los bomberos sirven para este tipo de fuegos?
R. Los bomberos fueron con la estrategia de un incendio en vivienda y con unos equipos para ese incendio, analizada y estudiada en un protocolo, que ha sido muy útil y efectivo. Pero este es un incendio diferente, porque no hay un piso o dos incendiados, sino 130 incendios simultáneos y a una gran velocidad. Una locura. El incendio superó lo que tenemos y lo que sabemos hacer. ¿Y de eso hay culpables? No
P. En este caso, lo de quedarse en casa encerrados esperando el rescate no es la mejor opción.
R. Ese protocolo es correcto cuando el fuego ocurre en una vivienda para evitar intoxicaciones en las escaleras y asegurar la vida de los ocupantes. Ha salvado muchas vidas. Pero en este caso el fuego se propagó por la fachada y afectó a muchas viviendas a la vez. Creo que a partir de ahora, en los edificios de ese inventario que habría que hacer, que tengan esos materiales, se tendría que implementar otro protocolo. Garantizar una evacuación de los vecinos y una intervención de los bomberos seguras. Hay que estudiarlo, hay varias maneras, una es la presurización; poner puertas con muelles, con cierre automático para evitar que el humo entre en las escaleras y en los pasillos; un sistema de alarma con pulsadores para que todo el mundo salga a la calle, con un punto de encuentro. Es necesario y prioritario elaborar un plan de autoprotección para este tipo de edificios con riesgo, hacer simulacros y entrenar a la gente. La prioridad absoluta es la seguridad de los ocupantes y los bomberos.
P. ¿Reconstruiría el edificio? La estructura de hormigón parece haber aguantado bien.
R. La decisión es de los propietarios de la comunidad y de las autoridades municipales si sus técnicos apreciaran riesgo de ruina. Hay múltiples variables que influyen. Un informe técnico sobre la capacidad mecánica de la estructura y sobre las necesidades de reparación y refuerzo puede ayudar a la toma de decisiones Ahora bien, el coste de la estructura de un edificio de este tipo, tan tecnificado, suele ser menor del 10% del coste total del edificio.
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