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OLA DE CALOR

Orihuela alcanza los 44,9 grados y el aeropuerto de Alicante-Elche bate su récord con 42,4

El viento del suroeste azota el sur de la Comunidad Valenciana, donde el agua del Mediterráneo roza los 30 grados y hace prever inminentes lluvias torrenciales

Aviones en el aeropuerto de Alicante, en una imagen de archivo.
Aviones en el aeropuerto de Alicante, en una imagen de archivo.
Rafa Burgos

El observatorio del aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández ha alcanzado la temperatura más alta de su historia este lunes, cerca de las 14 horas, con 42,4 grados, un valor que jamás se había obtenido desde 1967, cuando comenzaron los registros. No obstante, el mercurio ha subido todavía más en Orihuela, con 44.9 grado (su récord registrado fue de 45.7 grados el 4 de julio de 1994), la máxima en la Comunidad Valenciana, seguida de Elche, con 43.7, y Novelda, con 43.5. Otras localidades de montaña, como Alcoy (Alicante), Xàtiva y Ontinyent (Valencia) han rebasado los 40 grados en un día tórrido marcado por el viento del suroeste, según los datos manejado por la Agencia Española de Meteorología en la Comunidad Valenciana (AemetCV).

Solo otras dos veces se habían superado los 40 grados en el aeropuerto alicantino en más de 50 años de mediciones. El 4 de julio de 1994, la temperatura se elevó hasta los 41,4 grados, según recuerda Aemet, mientras que el 7 de julio de 2015 el ascenso del mercurio se detuvo en 41,2 grados. La previsión de la agencia apuntaba a que la temperatura iba a seguir subiendo pero poco después de las 14.30 horas, el viento del suroeste ha rolado a brisa del sur, con lo que la temperatura ha descendido hasta los 39,7 grados en el mismo observatorio.

Tampoco las mínimas han dado un respiro en la Comunidad Valenciana, donde “la noche ha sido muy cálida, no solo en el litoral, sino también en localidades de interior”, declaran desde AemetCV. Cerca del mar, los termómetros se han frenado en torno a los 22,8 grados de Alicante, los 23 de Castellón de la Plana y los 24,9 de Valencia. Hacia el interior, en Zarra (Valencia) no se ha podido dormir a menos de 26,7 grados, valores similares a los de Alcoy (Alicante), con 26,3 de mínima, o los 23,4 de Morella (Castellón).

Además del avance del calor en superficie, preocupa el aumento de la temperatura del agua del Mediterráneo, que en el sureste peninsular está en 29 grados y podrían alcanzarse los 30 en el caso de que la ola de calor se prolongue, con lo que se batirían todos los récords históricos. El responsable del Laboratorio de Climatología de la UA, Jorge Olcina, ha señalado a Efe que estos valores excesivos confirman que el Mediterráneo “cada verano se calienta más y durante más tiempo”.

Olcina advierte de que el progresivo calentamiento del mar acumula noches tropicales e incluso ecuatoriales (las que no bajan de 25 grados) en el calendario del litoral valenciano y murciano, una situación que puede conducir a una gota fría o DANA con episodios de lluvias intensas, sin tener que esperar a los meses de otoño. “El riesgo de gotas frías comienza ya”, sostiene el experto, “ya que si hubiera inestabilidad podríamos tener un tormentón importante” antes de que acabe el verano.

Dos turistas se refrescan en una fuente del centro de Sevilla, este lunes.
Dos turistas se refrescan en una fuente del centro de Sevilla, este lunes.Alejandro Ruesga Sanchez (EL PAÍS)

Las olas de calor también se dan bajo la superficie marina y están causando “eventos de mortalidad masiva” en unas 50 especies, como corales, esponjas, macroalgas y plantas, entre ellas la posidonia oceánica, desde el Mar de Alborán (frente a las costas de Almería) hasta el litoral del próximo oriente, según un estudio internacional del Institut de Ciències del Mar (IMC-CSIC) en el que han participado varias universidades españolas, como las de Alicante, Barcelona o Sevilla, entre 2015 y 2019.

Los resultados, que se han publicado en la revista Global Change Biology, señalan que “los impactos de “Los impactos de las mortalidades se observaron entre la superficie y los 45 metros de profundidad, donde las olas de calor marinas registradas fueron excepcionales”, señala Joaquim Garrabou, uno de los autores del estudio, “y afectaron a más de un 90% del Mediterráneo”, con “temperaturas de más de 26ºC en algunas áreas”. “Lamentablemente, los resultados del trabajo muestran que el Mediterráneo está experimentando una aceleración de los impactos ecológicos asociados al cambio climático, lo que supone una amenaza sin precedentes para la salud y el funcionamiento de sus ecosistemas”, subrayan Cristina Linares y Bernat Hereu, de la Universitat de Barcelona.

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