El FIB cuelga el cartel de no hay entradas aupado por los abonos rebajados en su regreso tras la pandemia
El festival salta del 14 al 17 de julio al recinto de conciertos de Benicàssim con Justice, Kasabian o Two Door Cinema Club como reclamos y mucho sello nacional
El Festival Internacional de Benicàssim, FIB, que celebra desde este jueves y hasta el domingo 17 de julio su 26ª edición, prepara su primer aterrizaje postpandemia con los abonos de cuatro jornadas agotados. El ‘sold out’ se ha alcanzado pocas horas antes del arranque de la cita musical, y fruto en buena medida de abaratamiento de tarifas en los pases por el que ha apostado la nueva organización, The Music Republic, con los hermanos Toño y David Sánchez -considerados los reyes Midas del panorama festivalero nacional- al frente.
The Music Republic está detrás de citas como el mítico Viña Rock, Festival de Les Arts, Granada Sound, Interestelar Sevilla, Madrid Salvaje, Love the 90′s Valencia o el Metal Paradise. Aunque su ascenso al podio de los macroeventos musicales del Mediterráneo se lo debe al Arenal Sound, la cita teen que se celebra en la playa de Burriana a principios de agosto, y sobre la que estos dos promotores han implementado un formato low cost clave en la atracción de público: una media de 300.000 asistentes por edición.
Sara y Beatriz, vecinas de Castellón, compraron hace apenas un mes su abono de cuatro días para el FIB por 60 euros, “más cinco euros por gastos de gestión”, explican. Eso sí, el festival cobrará por el reacceso al recinto desde 14 euros más gastos por los cuatro días para poder entrar y salir del área de conciertos. Y también por las duchas: con bonos de 25 euros que pueden almacenarse en la pulsera del nuevo sistema cashless en el que se estrena el FIB. “Han cogido el modelo Ryanair, vuelos baratos pero sumando pluses”, indica Sara.
Las similitudes entre el modelo festivalero del Arenal Sound y este reformateado FIB no pasan desapercibidas, y han sido un foco de comentarios en las redes sociales, convertidas, por otro lado, en un mercadillo de reventa de tickets. Las críticas ponen el foco en el cartel, y en ese alejamiento del indie planetario que no todos comparten, aunque los organizadores insisten: la edición de 2022 es “ilusión por volver a sentir la magia de FIB”.
No ha bastado el intento de la dirección por cubrir la cuota british que la esencia fibera requiere, con propuestas como Two Door Cinema Club, Kasabian o The Kooks, junto a Tom Grennan, Declan McKenna, Becky Hill, Example, The Lathums, Joel Corry, Sea Girls, Circa Waves, The Snuts o Tom Walker.
Entre los conciertos más esperados, junto a los ya citados Kasabian y Two Door Cinema Club, se unen otras propuestas internacionales, señalan desde la organización, como Justice, Mando Diao, Nathy Peluso, Tyga o Steve Aoki, además de Izal en la escena nacional, que completan los nombres más conocidos y seguros del pop español: de La M.O.D.A a Love of Lesbian, pasando por Dorian, Lori Meyers, Carolina Durante, Ginebras, Cariño o Gabriela Richardson.
La de 2022 será la primera puesta en escena del veterano festival, referente en solitario durante años de la escena indie, desde que se pusiera al frente de su gestión The Music Republic. Se hizo con el control del FIB después de la venta del certamen en el verano de 2019, en manos hasta ese momento de Maraworld, con Melvin Benn a la dirección. Fue tras la clausura del 25º aniversario, que zanjó con 114.000 asistentes en cuatro días, 56.000 menos que el año anterior, escenificando una caída en picado que se propusieron frenar los hermanos Sánchez.
La pandemia pospuso el estreno de este giro en la dirección del FIB, que debía haberse plasmado en julio de 2020. Hasta hoy. El festival vuelve a manos españolas, tras varios saltos de propiedad con sello exclusivamente británico en sus casi tres décadas de andadura.
Impulsado por los hermanos Miguel y José Luis Morán en 1995, y tras 15 años de éxitos progresivos, el FIB se vendió a la empresa VPMG, con Vince Power al frente. En sus manos la cita encaró una decadencia con concurso de acreedores incluido. Un viaje en caída libre que quiso revertir Melvin Benn en 2014. El británico saneó las cuentas pero no logró recuperar el público perdido. Ahora es el momento de The Music Republic.
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