La lluvia contiene el incendio forestal en la valenciana Venta del Moro, que afecta a 1.300 hectáreas
Medio millar de efectivos trató de evitar que las llamas entren en el corazón del parque natural de las Hoces del Cabriel
-Mamá, el fuego no debería existir.
-Ojalá, cariño. Pero no podemos hacer nada.
Yolanda Lis (36 años) trata de hacer comprender a sus tres hijos pequeños que todos sus cultivos han sido arrasados por el incendio que desde el domingo amenaza al municipio valenciano de Venta del Toro. Lo hace debajo del pino guardián, un árbol gigante de más de cien años que era uno de los símbolos de Casas de Moya, pedanía del municipio. Los niños, guiados por la inocencia o la esperanza, corren y juegan a recoger de entre las cenizas algunas flores que sobreviven para coleccionarlas. Su padre, Francisco José (49 años), separado a unos veinte metros, se fuma un pitillo entre los remolques calcinados abstraído en sus pensamientos, intentando asimilar la idea de empezar de cero. “Simplemente no sé qué hacer, cómo rehacemos la vida. No tenemos aseguradas las cosechas, no nos da para pagar los seguros. Lo que teníamos ha desaparecido”, cuenta Francisco, que poseía alrededor de siete hectáreas de almendro y olivera, lo que suponía casi el cien por cien de sus ingresos.
Para la pareja, esta no será la primera vez que les toca empezar de cero. Hace trece años, Francisco José, decidió dar un volantazo a su vida y dejar el mundo de la noche en Mislata para trasladarse al pueblo de su mujer con el objetivo de reencontrarse “con los valores tradicionales del campo”. “Queríamos educar a nuestros hijos lejos del ruido y el impersonalismo de la ciudad. Aquí nos conocemos y nos necesitamos todos”, explica. Yolanda, que lo graba todo con su móvil para subirlo a Facebook, admite una gran diferencia con aquella primera vez. “Ahora tenemos tres niños. Vamos a tener que elegir entre invertir en ellos o en reparar toda la maquinaria y los cultivos. Nosotros no tenemos un sueldo mensual, vivimos de las cosechas”, cuenta.
El objetivo principal ahora es que las llamas no entren en el corazón del parque natural de las Hoces de Cabriel, un paraje privilegiado, de naturaleza abrupta y boscosa, que separa la provincia de Valencia de las de Cuenca y Albacete. Más de 500 efectivos de lucha contra el fuego están activados en el incendio, que ya ha arrasado más de 1.300 hectáreas, según ha informado la consejera de Justicia e Interior, Gabriela Bravo. Son 300 bomberos del Consorcio Provincial y la Generalitat valenciana, con apoyo de personal de Castilla-La Mancha, otros 237 miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), además de 30 medios aéreos, entre los propios, los castellano manchegos y los facilitados por el Estado.
Los medios aéreos y terrestres han cesado su actividad a media tarde y se han retirado provisionalmente ante la intensa lluvia que caía en la zona. Durante la noche, el tercer batallón de la UME desplegado en Valencia realizará un operativo con drones de visión nocturna y cámaras térmicas para medir la temperatura. “El objetivo de la operación es detectar los puntos calientes y evitar reproducciones dentro del perímetro”, explica Pablo Madroño, capitán del subgrupo táctico de esta unidad integrante de las Fuerzas Armadas Españolas.El operativo se ha centrado este martes en levantar con maquinaria grandes cortafuegos para defender el espacio protegido, si bien las llamas han afectado a la superficie del municipio de Venta del Moro que forma parte del parque natural conformado por 31.144 hectáreas, según fuentes de los efectivos antiincendios.
Combatir el incendio está resultando “de gran complejidad” por la orografía, porque la zona de perímetro es de 40 kilómetros, con mucha masa forestal y mucho barranco que dificulta las acciones del personal de extinción, ha señalado Bravo. Además, la situación meteorológica ha complicado mucho las tareas de control del fuego por las altas temperaturas y el viento de noroeste, fundamentalmente de Levante, a la vez que, según las previsiones de Aemet, se espera esta tarde varias tormentas secas que pueden “activar en un momento dado la potencia de las llamas, sobre todo si van acompañadas de esos vientos y si no caen precipitaciones”, ha añadido. Sobre las 17.50 horas, sin embargo, ha empezado a llover sobre la zona afectada, lo que ha aliviado un poco la presión sobre los trabajos de extinción de las llamas. En el municipio vecino de Venta del Moro de Camporrobles ha caído una tormenta de granizo, según señala un brigadista en la cuenta de Aemet.
“El parque natural, de momento, está controlado pero las condiciones meteorológicas son muy adversas, y en función de la virulencia del viento y de las tormentas secas de esta tarde podremos encontrarnos en un escenario u otro”, ha dicho. “Tenemos que ser muy prudentes”, aplaudiendo la labor de quienes “se juegan la vida para proteger nuestros bienes y el patrimonio natural”.
Bravo ha confirmado que no ha sido necesario realizar desalojos mientras que, en relación con una granja de porcino, ha apuntado que se ha acordado mantener a los animales allí porque el traslado supone mayor riesgo. Por ello, se ha perimetrado la zona para evitar que el fuego avance. El embalse de Contreras, ubicado junto a las hoces, permite el rápido abastecimiento de agua para las tareas de extinción del fuego.
El parque natural se sitúa en la ribera izquierda del río Cabriel. El río, que delimita las provincias castellanas de Albacete y Cuenca con la valenciana, labra un profundo barranco con paredes de pronunciadas, pendientes y farallones verticales de gran altura, dando lugar a un extraordinario paisaje. Además, existe otra formación, denominada los Cuchillo,s originada por la erosión de la parte blanda de la roca que ha generado una impresionante cresta vertical.
En el parque se encuentran los bosques de ribera mejor conservados de la Comunidad Valenciana, formados por chopos, sauces y variedades de tamarix. Las paredes rocosas que se encuentran situadas alrededor del cauce del río están cubiertas de bosque de pino blanco en el que se hallan de manera aislada ejemplares de encina y roble valenciano además de otras especies típicamente mediterráneas como lentisco, madroño, boj, romero y sabinares de sabina albar.
Entre la fauna del parque destaca la población de aves rapaces, como el águila perdicera, el águila real y el búho chico. Las Hoces del Cabriel estén consideradas como Zona de Especial Protección para las aves, Zepa.
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