El fiscal ve “maltrato animal” en la muerte de los burros del programa antiincendios en el Desert de Castellón
La Fiscalía pide la imputación del director del parque natural donde pastaban los animales
La Fiscalía de Castellón ve un posible “delito de maltrato animal” en la muerte en octubre de 2021 de diez de los 50 burros que integraban una brigada animal antiincendios en el parque natural del Desert de les Palmes. El ministerio público ha trasladado la causa al juzgado decano de Castellón y solicita la imputación del que era director del parque natural, Antonio García, como responsable de los hechos. A García ya le había sido abierto expediente por la mala tutela del proyecto.
Así consta en el escrito del fiscal que señala que las presentes diligencias de investigación se siguen por la denuncia interpuesta por la diputada del PP en Les Corts Elisa Díaz, en la que se relataba la muerte de los diez animales participantes en este proyecto ambiental, que a la vista del atestado policial del Seprona de la guardia civil se debió “aparentemente por falta de ingesta de los nutrientes suficientes”.
El fiscal señala que no se realizó “el correspondiente informe sobre la capacidad nutricional del medio natural en el que los animales fueron liberados y no se les suministró alimentación suplementaria”. Apunta además a la ausencia de “seguimiento veterinario de los ejemplares para detectar los problemas alimenticios que sufrían”.
“El responsable de ello ha sido identificado por los agentes (del Seprona) como Antonio García, director del Parque Natural del Desert de Les Palmes”, refuerza la fiscalía en su escrito. Insta al juez a que le tome declaración en calidad de investigado. También pide a la conserjería que aporte copia del expediente sancionador tramitado por los hechos, que se tome declaración en calidad de testigo al ganadero propietario de los asnos, Juan Francisco Libran, y que comparezcan distintos peritos y se aporten informes periciales sobre la vegetación existente y la capacidad nutricional de la misma.
Los hechos ocurrieron en septiembre de 2021. Durante los primeros días de octubre la consejería que dirige Mireia Mollà tuvo noticias de que el proyecto no estaba funcionando y abrió entonces una investigación para esclarecer los hechos que determinó la existencia de negligencia en la vigilancia de la iniciativa y motivó la dimisión del director general de Medio Natural del Gobierno valenciano, Benjamín Pérez.
El Grupo para el Estudio y la Conservación de los Espacios Naturales (GECEN) también denunció entonces la inacción de las autoridades, ya que, citaron desde el colectivo, “las muertes han sido progresivas y escalonadas, espaciadas en días o semanas”. GECEN cree que no se controló ni actuó correctamente y lamentó entonces que la dirección del parque no supervisara el terreno ni actuara “con un mínimo de responsabilidad y sentido común”.
Los diez burros fallecidos formaban parte, junto a otros 40 ejemplares, de un proyecto para prevenir los incendios forestales mediante la ingesta de masa forestal y la creación de cortafuegos naturales.
Fue a principios de agosto de 2021 cuando, a petición del ganadero Juan Lebrián se solicitó autorización para que 50 burros pudieran participar en el citado programa de limpieza de montes ideado por la consejería para reducir el riesgo de incendios.
La dirección del parque natural castellonense consideró que podría ser “una experiencia positiva” y trasladó la solicitud de permisos a la dirección general de Medio Ambiente, que dio luz verde a la ubicación de medio centenar de asnos en una parcela privada del Desert de les Palmes, según la consejería.
Las mismas fuentes incidieron entonces en el buen funcionamiento que han tenido proyectos similares implementados en otros lugares de España y Europa: estos animales, al alimentarse, eliminan vegetación combustible de los bosques y contribuyen a prevenir la aparición de incendios forestales.
En apenas dos meses, a principios de octubre, llegaron a la consejería las primeras noticias sobre el mal estado físico de los burros. Fue entonces cuando se instó al ganadero a que los retirara de la parcela y concluyera el proyecto.
Los animales supervivientes fueron desalojados el 9 de octubre y trasladados a los corrales de la ganadería de Juan Lebrián, ubicada en el distrito marítimo de Castellón.
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