Las saguntinas quieren ser cofrades tras 530 años, pero los hombres se niegan: la tradición es la tradición

Aitana tiene ocho años y le gustaría ser “capuchina” como su hermano pequeño y su padre. Pero capuchinas no hay, ni ha habido en los 530 años de historia de las procesiones de Semana Santa de Sagunto. Todos son capuchinos, como se conoce popularmente a los cofrades en la población valenciana; todos son hombres los que visten la vesta completamente negra en las procesiones; y todos fueron hombres los que votaron el pasado 3 de abril en la junta extraordinaria de la Cofradía de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, una de las más antiguas de España, y rechazaron la propuesta de modificar los estatutos para incluir a las mujeres (239 en contra, 125 a favor y 10 abstenciones).

El principal argumento contrario a la propuesta es que la tradición es la tradición y que las mujeres ya participan de muchas maneras en la Semana Santa, Fiesta de Interés Turístico Nacional, de la ciudad valenciana. Así se reiteró en la junta de aquel día, según apuntan dos capuchinos presentes, que participaron también en la concentración convocada este martes por un grupo de saguntinas para reclamar “una cofradía inclusiva y una Semana Santa igualitaria”.

Más de un centenar y medio de personas, en su mayoría mujeres como la pequeña Aitana, se unieron a la protesta, la primera de la que se tiene constancia desde que en 1492 el gremio de tejedores y fabricantes de telas de Valencia ocupó parte del barrio saguntino de los judíos cuando estos fueron expulsados y creó la hermandad, según reza la historia de la propia cofradía. “Para no haberlo publicitado, no tener medios, con lluvia todo el día y siendo algo intocable como la Semana Santa, no está mal”, comentaba una mujer, acompañada de su hija.

La Semana Santa en Sagunto, con una población de 65.000 habitantes, se vive con mucha devoción, como en otras numerosas ciudades españolas. Es frecuente que al varón recién nacido en el núcleo histórico se le bautice y se le inscriba en la única cofradía, y tal vez como socio del Valencia CF. Ahora hay en torno a 1.500 cofrades de la Sangre, en cuya ermita, muy cerca del teatro romano, tuvo lugar la concentración.

Allí se leyó un manifiesto que dice: “Desde 1492, las mujeres saguntinas hemos acompañado a los hombres en la celebración de la Semana Santa, hemos vendido y comprado lotería, apoyado los actos, limpiado la ermita, arreglado las vestas. Ya es hora de que nosotras participemos de otra manera en la Fiesta”. Y añade: “No queremos generar polémica sino construir una sociedad más justa e igualitaria también en Semana Santa”. “Eso cierto eso que dicen los hombres de que la tradición es así. Pero el mundo evoluciona y las tradiciones se han de adaptar a los tiempos”, apostillaba Isabel en la concentración.

Blanca Ribelles fue una de las promotoras de la concentración. Insiste en que no quiere generar ninguna polémica y que solo quiere tener el derecho a expresar su religiosidad como los hombres, en una fiesta muy estimada con la que ha crecido. Recuerda, en declaraciones con este periódico, que son muchas las cofradías de otras ciudades españolas que ya se han abierto a la incorporación de la mujeres, como en la valenciana de Llíria, hace unos tres años. Hay diversas asociaciones de mujeres cofrades en España, siendo a la Cartagena una de las más activas. Ribelles quiere ser positiva y recuerda que en 1999, cuando ya hubo una propuesta de inclusión de las mujeres, tan solo se obtuvo un puñado de apoyos y ahora ya son muchos más.

Los saguntinos no son especialmente machistas y reaccionarios, sino que forman un pueblo abierto y tolerante, según afirmó la delegada de Gobierno en la Comunidad Valenciana y exalcaldesa de la población, Gloria Calero, presente en la concentración. “Si hubiera votado toda la población, el resultado hubiera sido muy diferente”, añadió. Además, el alcalde de la ciudad, el también socialista Darío Moreno, estuvo presente en la protesta, junto con varias concejales, aunque se mantuvo en un segundo plano.

Desde la Cofradía de la Sangre ha trascendido un comunicado a propósito de la votación para modificar el articulo 2 de los estatutos y cambiar varones por personas en la alusión a los participantes: “Resaltamos la gran afluencia de cofrades, los argumentos expresados en cada turno de palabra con respeto y democratización del proceso por parte de todos los cofrades que hicieron uso de la palabra antes de la votación”. Agrega: “Lamentamos que los asuntos internos de nuestra Cofradía se hayan hecho eco en los medios de comunicación así como en las redes sociales, vertiéndose acusaciones injustas desde el más absoluto desconocimiento de nuestros estatutos y arraigo”. Y concluye: “Animamos y alentamos a toda los vecinos de nuestra localidad, como a todos aquellos de fuera, a participar de nuestra Semana Santa con fervor cristiano, devoción y respeto como se merece nuestra fiesta y como siempre lo han hecho”.

El ambiente se ha tensado y algunas típicas banderas moradas de la Semana Santa llevan un crespón negro en alusión a la exclusión de las mujeres.

El Arzobispado de Valencia se lava las manos y asegura que es absolutamente respetuoso con la autonomía de las cofradías y las decisiones que adoptan cada una y recuerda que los estatutos son elaborados por cada hermandad, según fuentes del Gobierno de la iglesia católica valenciana.