Ópera en el lavadero del pequeño pueblo de Alpuente para celebrar el Día de Europa

El pequeño instituto de Alpuente tiene solo 40 estudiantes. Está ubicado en la población de la Serranía valenciana con 635 habitantes censados, distribuidos en sus 11 aldeas. Sus alrededores conforman un enorme yacimiento de huellas de dinosaurios (icnitas) y su cielo es tan limpio que la Universitat de València instaló un observatorio de estrellas encaramado en una cercana montaña (en Aras de los Olmos) donde en la posguerra se ocultaban los maquis.

Este entorno rural afectado por la despoblación no impide que los profesores y alumnos del centro educativo, que recibe también estudiantes de poblaciones cercanas (también de Teruel), hayan establecido lazos con Europa y, en concreto, con países como Finlandia o Croacia. Hoy mismo, viernes, se ha celebrado por adelantado el Día de Europa del próximo domingo con pasacalles, batucadas, decoración de fachadas y balcones, concursos y un insólito concierto de ópera.

La actuación se ha desarrollado en el antiguo lavadero restaurado de la población, con una amplia vista de la hoz que rodea la mole del encastillado Alpuente sobre la que se asienta. Ha sido todo un acontecimiento que ha concluido esta tarde con una versión cantada del himno de Europa por la soprano lírica Aitana Sanz, acompañada por el pianista Rafa Guillén.

“Somos una escuela embajadora del parlamento europeo y tenemos todo un programa que debemos cumplir, en el que se incluye esta jornada festiva, charlas, crear un punto de información europea, vertebrar contenidos europeos en las asignaturas... Somos un centro receptor de alumnado extranjero. Hasta el domingo, los balcones del pueblo [a 70 kilómetros de Valencia] estarán adornados con motivos europeos. Desde la ruralidad apostamos por la internacionalización”, explica Nerea de la Torre, profesora de inglés del instituto y coordinadora de proyectos europeos del SES (Sección de Secundaria) Alpuente.

La pandemia frustró el intercambio de profesores con un instituto rural de Finlandia, pero ahora esperan retomar el proyecto. En los actos de este viernes también se ha rendido homenaje a otra escuela embajadora de Europa, destrozada por un terremoto en Croacia. Se ha tirado de contactos para conseguir a la cantante y se ha contado con ayuda del Ayuntamiento de Alpuente y otras instituciones, además de la colaboración de algunas empresas como Rustikalpuente o la bodega Baldovar, para contribuir a las actividades con premios, como pernoctaciones o catas de vinos en una zona que ha redescubierto y revalorizado la ahora uva autóctona merseguera.

“La situación geográfica y económica no puede ni debe condicionar el futuro del alumnado de forma negativa”, afirma Nerea de la Torre para quien la jornada de este viernes ha sido el reflejo del empeño de un instituto pequeño en dimensiones pero grande en propósitos.