Los últimos días del B9, el mayor asentamiento de migrantes de Cataluña: “Nos despertamos con ansiedad por si llegan los Mossos”

El mayor asentamiento de personas migrantes de Cataluña, ubicado en el antiguo instituto B9 de Badalona, vive sus últimos días. Desde el jueves, cuando la jueza autorizó la petición del Ayuntamiento para entrar en el recinto, sus más de 400 habitantes viven con angustia la llegada del desalojo sin noticias sobre cuándo se efectuará ni planes de futuro. “Nos despertamos cada día ansiosos, con la presión de que podrían llegar los Mossos en cualquier momento”, explica Younous, uno de los moradores. Pese a la inminencia del desalojo, no se perciben movimientos significativos para abandonar el recinto, ocupado desde hace más de dos años. “No vamos a marcharnos. No estamos preparando nada. Aquí seguimos como siempre”, ha señalado un ocupante que se identifica como Batman.

Unidos por el temor a un desahucio que se producirá en cuestión de días —la jueza dio al Consistorio un plazo de 15 días para ejecutar la entrada, sin fijar una fecha concreta, pero en horario diurno—, los ocupantes se han reunido este martes para celebrar un acto en memoria de las cinco víctimas mortales del incendio en una nave industrial, también ocupada por subsaharianos, del Gorg, del que se cumplen cinco años. Una parte de los 400 residentes del instituto habitó en el pasado, de hecho, el local incendiado, de modo que el del B9 será uno más de los desahucios que les han ido empujando de nave en nave, de recinto en recinto, en busca de un techo digno.

El B9, antes un centro de enseñanza público, funciona como un pequeño pueblo. Una comunidad amplia, aunque no homogénea, marcada por estrategias individuales de supervivencia. “Estamos unidos como podemos, pero cada uno buscando su propia solución para cuando pase el desahucio. Pero una cosa es verdad, ¡no vamos a desaparecer!”, ha afirmado David, uno de los portavoces del colectivo. Pese a la tensión, la dinámica diaria no se ha alterado. Con un flujo constante de personas (sobre todo hombres), el acto central de este martes tuvo lugar en el mismo punto donde suelen debatir los asuntos más complejos: el patio. “Hemos perdido a cinco hermanos que podrían ser cualquiera de los que está aquí”, ha lamentado David.

La convocatoria por el quinto aniversario del incendio ha servido para denunciar lo que describen como criminalización permanente del colectivo. “No somos salvajes, somos personas igual que ellos. No tienen empatía, están deseando el odio”, ha expresado Younous, en referencia al alcalde del PP, Xavier García Albiol, uno de los principales impulsores del desalojo. También ha aprovechado para subrayar la solidaridad recibida: “Contamos con la ayuda de algunos vecinos”. Durante el homenaje, los moradores también han reiterado su principal reivindicación: “Lo único que pedimos es una alternativa”, ha insistido Younous ante decenas de asistentes y entidades sociales que les han acompañado en el acto.

Mireia Salazar es una de las abogadas defensoras de los ocupantes que ha intentado, hasta el último momento, impedir que la jueza autorizase el desalojo. Sigue intentándolo. “Ayer presentamos activamente el recurso de apelación. Ya nos adelantamos y pedimos al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña la suspensión del desahucio”. Salazar admite que una victoria en los juzgados es “difícil”, pero no se rinde. “Es nuestra obligación agotarlo todo”.