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Miles de profesores se manifiestan en Barcelona para reclamar mejoras: “No queremos pantallas, queremos integradores sociales y psicólogos”

Los sindicatos han convocado una protesta unitaria para pedir un aumento de salarios, más inversión, bajar ratios, más personal de apoyo educativo y reducir la burocracia

Ivanna Vallespín

Aumento de salario, parcialmente congelado desde hace una década, y así recuperar el poder adquisitivo, reducir las ratios de alumnos por aula, más profesores y más especialistas para atender al alumnado con necesidades, así como la reducción de la burocracia y la carga “innecesaria” de trabajo son algunas de las reivindicaciones que miles de profesores —8.500 según la Guardia Urbana, 30.000 según los organizadores— han sacado a la calle este sábado. Se trata de la primera manifestación unitaria educativa que afronta el Govern de Salvador Illa y que han suscrito todos los sindicatos, tanto de la pública como de la privada, plataformas de docentes y asociaciones de familias. “Hoy es un punto de inflexión. Si no mueven ficha o se sientan a negociar, lanzamos un ultimátum, seguiremos las movilizaciones y no descartamos convocar una huelga durante el segundo trimestre”, ha avisado Iolanda Segura, portavoz de Ustec, el sindicato mayoritario.

Manel, profesor de música en Castellnou de Bages, que ha acudido a la protesta con su hija, resumía el malestar del profesorado. “Estamos cansados, cansados de lo que supone atender todo lo que te piden, pero sin recursos. Tenemos el sueldo congelado y hacemos muchas horas fuera del centro que nadie ve, además de ser un colectivo poco dignificado. Te sientes desamparado y al final todo eso quema. Y si no cuidamos el futuro, estamos en un brete”.

El problema del sueldo también se ha encargado de resumirlo Mario, profesor de matemáticas en Corbera de Llobregat. Acude con un gran gráfico, que despierta la curiosidad entre los asistentes, y que revela la “discriminación” que sufre el profesorado en Cataluña. “Somos la tercera comunidad con los sueldos más bajos, pero la tercera con el coste de vida más alto”, sintetiza.

Si uno de los graves problemas es la falta de recursos en la escuela inclusiva, Núria, profesora de L’Hospitalet, lo sufre a diario, tal como muestra el cartel que sostiene: en su clase de 6º de primaria, con 27 alumnos, dos tienen autismo, tres trastornos de lenguaje, dos son TDAH, hay otros dos con dislexia, uno con trastorno de conducta y cuatro recién llegados. Núria está sola en clase y debe gestionar esa diversidad. “Haces lo que puedes para llegar a todos y adaptar los contenidos a cada necesidad, pero no puedes atenderlos la calidad necesaria, y eso te hace sentir impotente”, lamenta. “Yo no pido aumento de sueldo, solo manos para atender a los alumnos”, remata. Núria cuenta con la ayuda de Sara, maestra de educación especial, pero solo durante dos horas a la semana, porque debe repartir su jornada para un total de 40 alumnos con algún trastorno. “Estoy saturada. Queremos ser inclusivos, pero no llegamos”, tercia.

El personal laboral también se ha manifestado para reclamar una mejora de las condiciones laborales. Míriam es integradora social en el instituto Baix Penedès, de alta complejidad y con 800 alumnos, y debe gestionar conflictos, hacer de mediadora entre familias y profesores, luchar contra el absentismo e incluso hacer de orientadora. Todo, por un sueldo de 1.400 euros. “Acabas la jornada harta, cansada y desmotivada, porque muchos no entienden tu trabajo”, lamenta, a la vez que reclama más refuerzos educativos y un aumento de sueldo, de manera que se equipare a la categoría profesional del colectivo.

También piden más manos y reconocimiento del cargo los coordinadores digitales, como Maria, que además de ejercer de maestra en una escuela de Barcelona dispone de tres horas y media a la semana para gestionar 400 dispositivos digitales, entre ordenadores, pantallas y material de robótica. “Ha habido un aumento de dispositivos y equipos, pero no de horas para dedicarte a ello”, lamenta.

La secundaria reclama, además, mayor protección del profesorado. “Nos encontramos con el menosprecio de alumnos, familias y administración, con casos de violencia verbal e incluso física. Nos sentimos desprotegidos y cuestionados constantemente”, deplora Adrià, profesor en Cornellà de Llobregat: “No queremos pantallas, queremos integradores sociales y psicólogos”.

Además de las reivindicaciones más laborales, otros docentes también han protestado por el nuevo currículo, que, entre otras cosas, fusiona algunas asignaturas de ciencias. “Hace unos años hacíamos cuatro horas de Biología, ahora tres. Y con el nuevo cambio haremos tres horas de Biología, Geología y Ciencias ambientales. Y ello en un bachillerato científico, con alumnos que han elegido estudiar ciencias y las estamos reduciendo, ello hará que lleguen menos preparados a la universidad”, advierte Isaac, profesor de Biología en Lloret de Mar.

Otro colectivo que reclama más horas son los profesores de música, que temen una reducción de esta materia con la creación del área artística, que incluye arte, música o danza. “La música es el área más inclusiva, que ayuda al desarrollo físico, motriz y emocional del alumno”, comenta Sonia, maestra en Vilanova i la Geltrú, platillos en mano, tras entonar el Bella Ciao que ha hecho bailar a pequeños y grandes.

Los sindicatos justifican que la movilización —con el lema Ya es suficiente. Más recursos, menos ratios— llega “después de un año de no negociación y de no cumplimiento de los compromisos adquiridos por parte de la administración” y alertan de que el malestar en la educación va al alza. Así lo revela la encuesta elaborada por el principal sindicato, Ustec, a 10.000 docentes, en la que uno de cada tres profesores se muestra dispuesto a dejar la profesión. También lo reflejan las dos asambleas de direcciones que han tenido lugar este mes para reclamar los mismos puntos que los sindicatos, excepto el que se refiere al decreto de plantillas, que las direcciones defienden.

El sector de la concertada, de la mano del sindicato USOC, también se ha manifestado en el centro de Barcelona, pero siguiendo otra ruta, para reclamar una equiparación de las condiciones de los maestros de la concertada con los de la pública, tanto a nivel de cantidad de plantilla, como de las condiciones laborales (horas lectivas, jubilaciones anticipadas, etcétera).

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Sobre la firma

Ivanna Vallespín
Redactora focalizada en Educación desde 2012, con pinceladas también en Política, Derechos Sociales y ElPais.cat. Anteriormente, en medios locales escritos, radio y televisión.
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