La Audiencia de Barcelona confirma un año de prisión al periodista Saül Gordillo por los tocamientos a una joven en la sala Apolo de Barcelona
El periodista está pendiente de otro juicio por otra presunta agresión sexual por la que la Fiscalía pide 4 años de cárcel

La Sección 7 de la Audiencia de Barcelona ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por la defensa de Saül Gordillo, el abogado Carles Monguilod, contra la sentencia del Juzgado de lo Penal número7 de Barcelona, que lo condenó a un año de prisión por agredir sexualmente a una redactora de El Principal, el diario digital que él dirigía, tras la cena de Navidad de 2022, según han informado fuentes judiciales.
La jueza fijó también para el periodista la medida de libertad vigilada durante dos años y una inhabilitación especial para cualquier profesión que implique contacto con menores, ya sea retribuida o no, durante dos años, así como una orden de alejamiento de la víctima durante el mismo período de tiempo. Gordillo, que está pendiente de otro juicio por otra presunta agresión sexual por la que la Fiscalía pide cuatro años de cárcel, está estudiando ahora un recurso ante el Tribunal Supremo.
En la sentencia, aunque la Sala considera que “no existe una correspondencia clara” entre lo que se denuncia y lo que se ve en las imágenes que recogieron las cámaras de seguridad de Apolo, la discoteca en la que se produjeron los hechos, y que eso resta fiabilidad al relato de la víctima, se aprecian tocamientos que tienen una connotación sexual explícita, textualmente. Entiende que Gordillo le tocó “zonas inequívocamente erógenas” dela joven y que no hubo consentimiento por parte de la víctima, aunque modifica el relato de hechos argumentando que el testimonio de ella “carece de la suficiente fiabilidad”.
Durante el juicio, víctima y agresor mantuvieron versiones opuestas. Gordillo defendió que los tocamientos habían sido consentidos por la joven porque esa noche estuvo coqueteando con él e incluso “llevó la iniciativa” en lo que a sus ojos era un ejercicio de seducción libre y mutuo. La joven, en cambio, negó cualquier gesto de complicidad con Gordillo y reiteró, entre lágrimas, que en ningún caso los tocamientos en la discoteca fueron consentidos. “No lo hice. Era mi jefe y podría ser mi padre”, afirmó.
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