El Metro cumple 100 años con el objetivo de dar servicio a la Barcelona de los cinco millones de vecinos

El 30 de diciembre de 1924, la sociedad Gran Metro (Gran Metropolitano de Barcelona SA) inauguró el primer tramo de ferrocarril subterráneo de la capital catalana. Ese día, la línea tenía 2.714 metros y solo cuatro estaciones: Lesseps, Diagonal, Aragó (actualmente Passeig de Gràcia ) y Catalunya. Hoy ese tramo original forma parte de la L3. El lunes se cumplirá el centenario de aquella gran gesta que fue el origen de un medio de transporte que ha cambiado la movilidad no solo en la ciudad sino en lo que algunos llaman la Región Barcelona con más de cinco millones de vecinos. El Metro de Barcelona encara su centenario con la intención de expandirse y terminar de construir líneas que llevan décadas de retraso o proyectos ilusionantes que acabaron en un cajón.

Desde principios del siglo XX, la idea de construir un transporte subterráneo en Barcelona, inspirada en ejemplos como Londres y Nueva York, rondaba los pensamientos de varios emprendedores. En 1912 el Estado aprobó la idea de dos ingenieros -Paul Müller y Octavio Zaragoza- para construir una línea entre la Ciutadella y la Bonanova. Al proyecto le faltó financiación. Ese mismo año, otro emprendedor, presentó otro proyecto para unir Sants con Sant Martí. También fracasó. Tras la Primera Guerra Mundial el Banco de Vizcaya se hizo con la concesión de Müller y Zaragoza y se unió a otras empresas para fundar Gran Metropolitano de Barcelona con la que a finales de 1921 se empezó a construir la primera línea. Mientras, en Madrid, el 17 de octubre de 1919, ya se había inaugurado la primera línea del suburbano entre la Puerta del Sol y Cuatro Caminos. En marzo de 1922 se permitió a otra empresa privada, Ferrocarril Metropolitano de Barcelona, conocida como el Transversal, ejecutar otra línea entre la plaza Catalunya y la Bordeta. Se inauguró el 10 de junio de 1926 y fue el origen de la línea 1. La línea del Transversal y la del Gran Metro operaban de forma independiente hasta que en 1961 se municipalizó el transporte público en la ciudad creando el germen de lo que posteriormente se convertiría en Transporte Metropolitanos de Barcelona (TMB).

La primera teniente de alcalde de Barcelona y, a la vez, presidenta de TMB, Laia Bonet, asegura que después de 100 años la red de Metro es “motivo de orgullo” por su “accesibilidad, interconexión, fiabilidad y frecuencia”. El balance de Bonet es optimista: “En 100 años hemos pasado de cuatro estaciones a 165. El 94% de las estaciones actuales son accesibles (para sillas de ruedas, carritos, personas con discapacidades visuales, auditivas, problemas de movilidad…). En el Metro de Madrid solo el 79% de las estaciones son accesibles mientras que en París o Londres solo llegan al 40%”. El consejero delegado de TMB, Xavier Flores, sostiene que se están haciendo obras para llegar al 97% de estaciones accesibles y “solo faltarán Urquinaona, plaza de Sants y Verdaguer” que, con toda probabilidad, estarán adaptadas antes de 2030.

Para Flores, otro de los retos que se está consiguiendo es modernizar la infraestructura. “Queremos colocar pantallas antes de las barreras de acceso para que el usuario, antes de validar su título, sepa si hay algún tipo de incidencia”, informa el consejero delegado. Flores admite que queda un 10% de materiales construidos con amianto en la instalación y asegura que están “inventariados y encapsulados” y en proceso de eliminación.

“Metro recibe cada día 1.500.000 viajeros, el equivalente a toda la población de la ciudad de Barcelona. El año 2024 acabaremos con más de 465 millones de pasajeros lo que supone 25 millones más que el año pasado. Las cifras son de récord y la valoración del usuario no baja del notable”, se enorgullece Bonet.

Antes de la pandemia, el 45% de los usuarios utilizaban la T10 (el título de 10 viajes que se rebautizó como TCasual) mientras que el 15% usaban la TMes (el título que permite viajes ilimitados durante 30 días y que hoy se llama TUsual). Tras la crisis energética producto de la guerra de Ucrania las administraciones bonificaron el título mensual hasta el punto que hoy la TUsual es la que utilizan el 45% de los usuarios mientras que la TCasual solo la utilizan el 15%. “Tenemos cifra récord de usuarios no solo por las bonificaciones. Hay un crecimiento económico y más población activa que nunca. La gente va a trabajar utilizando el Metro”, admite Flores.

Objetivos de Metro de Barcelona

El Metro es el eje vertebrador de la movilidad metropolitana. La mayoría de las líneas tienen inicio y final en municipios de fuera de Barcelona. El 40% de la movilidad en toda la región metropolitana, la de los cinco millones de vecinos, es el Metro y el 20% el autobús de TMB. El 40% que falta se divide entre autobuses regionales, metropolitanos, ferrocarriles y Renfe. El futuro de Metro pasa por ejecutar proyectos que hagan más grande la red y, así, dar servicio a toda esa población metropolitana. Antes de 2030 debería finalizarse la parte central de la L9 uniendo, definitivamente, Santa Coloma, Badalona, Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat y el Prat con el Aeropuerto. “Cuando la parte central esté conectada veremos la potencia de la L9. Ahora mismo está incompleta. Imaginaros que la L1 estuviera cortada entre Espanya y Glòries”, argumenta Flores.

Nadie se atreve a poner fecha a otros proyectos de ampliación. La L3 se alargará hasta Esplugues de Llobregat con estaciones que den servicio al Hospital de Sant Joan de Déu y al futuro Clínic que se instalará en la zona de la Diagonal. “Debe estar construida, como máximo, cuando haya que inaugurar el nuevo Clínic”, advierte Bonet. La L3 también unirá las estaciones Trinitat Nova y Trinitat Vella conectando la L3 y la L1.

A principios de diciembre, la Generalitat y el Ayuntamiento anunciaron que sacaban del cajón, después de 15 años, el histórico proyecto de prolongación de la L2 con paradas en la montaña de Montjuïc, dando servicio a los dos recintos de Fira Barcelona y a los vecinos de la Marina del Prat Vermell y llegando al aeropuerto. “Este proyecto será importantísimo para los vecinos de la Marina que en menos de ocho minutos estarán en plaza Universitat”, añade Flores. De momento, nadie le ha puesto fecha.

También se ampliará la L1. En la parte sur, cruzando el Llobregat llegando al Prat y, por la parte norte, adentrándose, más, en Badalona. La L1 es la herencia de la, pronto, centenaria línea Transversal construida con ancho de vía ibérico. “Es estratégica esta ampliación para construir unos talleres ligados al crecimiento de la flota”, mantiene Flores. Bonet sí que se atreve a asegurar que antes de 2030 debería estar construida la conexión de la L4 entre La Pau y Sagrera. “Serán tres nuevas paradas que conectarán con la futura estación de la Sagrera donde unirán con la L1, L5, L9, Rodalies y Alta Velocidad”, asegura la presidenta de TMB. Otro de los grandes retos es conseguir que la frecuencia de paso de los convoyes en todas las líneas sea inferior a tres minutos en las horas punta, algo que solo cumplen ahora la L1 y la L5.