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Cataluña pierde definitivamente los ocho apellidos catalanes

Con los recientes flujos migratorios que han permitido alcanzar los ocho millones de habitantes, solo un tercio de la población tiene los dos padres nacidos en la comunidad

Un grupo de transeúntes cruza una calle en el centro de Barcelona.
Un grupo de transeúntes cruza una calle en el centro de Barcelona.Zowy Voeten (Getty Images)
Bernat Coll

Si el cineasta Emilio Martínez-Lázaro se propusiera hacer una secuela de Ocho apellidos catalanes (2015) basada en hechos reales, lo tendría cada vez más difícil. Únicamente 2,5 de los 8 millones de habitantes de Cataluña tienen los dos padres nacidos en la comunidad, según un informe publicado este lunes por el Centro de Estudios Demográficos, perteneciente a la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). El aumento de la inmigración en este siglo XXI culmina el proceso de transformación demográfico iniciado a mediados de siglo pasado. Del “Cataluña, tierra de acogida” se ha pasado al “Cataluña, tierra de inmigrados”, concluye Albert Esteve, director del CED.

La demografía catalana está marcada por cuatro grandes oleadas migratorias en los últimos 100 años: las dos primeras corresponden al siglo XX (1910-1929 y 1950-1976), protagonizadas por inmigrantes procedentes del resto de España; las dos últimas (2000-2008 y 2016-2022), por la inmigración internacional. El conjunto de la migración del siglo XXI ha sido el empujón final para que Cataluña haya pasado de los seis a los ocho millones de habitantes. “Sin ese peso tan extraordinario de las migraciones no se entendería la evolución demográfica del país, pero tampoco la económica, social o cultural”, remarca el estudio.

El origen de la población desvela una Cataluña cada vez más diversa: unos 2,8 millones (36% del total) son nacidos fuera de la comunidad y otros 2,3 millones (29%) tienen como mínimo uno de sus progenitores de fuera. En total, el porcentaje de inmigrantes y descendientes alcanza el 65% de la población. “Si añadiéramos una tercera generación de nacidos en Cataluña con algún abuelo nacido fuera, alrededor de tres de cuatro catalanes serían producto directo o indirecto de la inmigración del siglo XX y XXI”, subraya el estudio. Esteve remarca que los inmigrantes o sus descendientes ya representaban un porcentaje similar en la última mitad del siglo XX.

“Con una definición restrictiva de lo que es ser o no ser catalán, la población catalana quedará reducida a una etnia minoritaria en su territorio”, analiza un experto

Ante el auge del debate migratorio y los discursos xenófobos en una parte de la política catalana, los expertos apelan a la tradición demográfica. “En Cataluña ha subido el discurso antimigratorio cuando la tradición refleja que es una tierra de migraciones”, analiza Andreu Domingo, experto y subdirector del CED. “Y si se hace una definición restrictiva de ser o no ser catalán, la población catalana quedará reducida a una etnia minoritaria en su propio territorio”, avisa Domingo.

Cuestionado sobre los retos sociales en materia de cohesión, Domingo cambia el foco. No es una cuestión de origen, sino de desigualdad económica. “La cohesión no está en riesgo por la diversidad, sino por la desigualdad. Estamos viendo el fin de la movilidad ascendente, los hijos tienen más dificultades para ascender de clase y estamos entrando en una crisis del modelo social”, alerta el experto. El mercado nacional, añade, se ha polarizado, y los empleos mejor renumerados, como los jueces, los médicos o los maestros, son cosa de la población nacional; mientras que en los trabajos menos remunerados se contrata a migrantes. “Pueden tener estudios, pero están en trabajos por debajo de su formación”, alerta.

Caída de la natalidad

El crecimiento migratorio ha compensado el crecimiento natural, en caída en picado desde 2008. “Somos campeones en tener hijos tarde”, sintetiza Esteve. El primer hijo de las madres catalanas llega a los 31,5 años de media en Cataluña, mucho más tarde que en 1975, en el inicio del recuento del departamento de geografía de la UAB, cuando las madres primerizas tenían 25 años. “La caída de la fecundidad ocurre en un contexto global, también en Suecia o Dinamarca, donde tienen muchas ayudas”. Las cifras en Cataluña son muy similares al resto de España.

¿Por qué se atrasa cada vez más la maternidad? Esteve plantea tres aspectos por bloques de edad. Hasta los 30 años, entiende, la población está para otras cosas. “La paternidad ni se plantea por tener otras expectativas”. Entre los 30 y los 40, dominan requisitos de tipo “material”, como tener una casa, un trabajo o una pareja, dice. “Y la mitad de los españoles vive a los 30 en casa de sus padres, con las limitaciones que conlleva”, remarca. Y a partir de los 40 años, “cuando parece que lo tienes todo y ya estás preparado”, la biología impone sus propias limitaciones. “En el único espacio donde la administración puede intervenir es en las ayudas al acceso a la vivienda o al trabajo, en el resto no”, analiza Esteve.

Estos factores implican que una parte “significativa” de las mujeres, remarca el informe del CED, no tengan hijos a pesar de desearlo y que la descendencia de las que son madres también sea inferior a la deseada. La fecundidad se situó en 2022 por debajo de los 1,2 hijos por mujer, muy lejos de los 2,7 que se alcanzaron en la década de los 70.

Barcelona alcanza 1,7 millones de habitantes 

La ciudad de Barcelona alcanzó, según los datos del padrón del pasado agosto, 1,7 millones de habitantes (exactamente 1.701.891 vecinos). Una cifra redonda y simbólica, que tiene una derivada administrativa no menor: si el crecimiento de la población se mantiene en 2027, la ciudad sumará dos concejales, pasando de los 41 actuales a 43. Siempre son cifras impares, para que haya una mayoría de votos entre los partidos políticos al aprobar cualquiler cuestión.
Barcelona ya tuvo 43 concejales entre las primeras elecciones de la actual etapa democracia (1979) y los comicios de 1991. En 1995 debido a una caída de población, volvió a los 41 ediles.--CLARA BLANCHAR

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

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