Familias y escuelas catalanas critican que el vale escolar de 100 euros no ayuda a reducir el gasto en material
El Govern se abre a modificar la medida el curso próximo para ampliarla a la ESO, aunque manteniendo la concertada
Lluvia de críticas al vale escolar de 100 euros para los alumnos de primaria. Familias y direcciones de centros de primaria y secundaria coinciden en que la medida no está ayudando a reducir el gasto de los hogares en material escolar porque, al final, las familias acaban pagando igual las cuotas escolares, así que consideran que la inversión debería haber ido directamente a los centros para reducir las aportaciones de material que cobran los centros. También defienden que debería priorizarse a las familias vulnerables y la ESO, en lugar de otorgarlas a la concertada. “La medida no está bien pensada. Si se supiera cómo funciona el sistema, los 50 millones se podían dar a los centros para comprar material y evitar que las familias paguen las cuotas”, valora Lidón Gasull, directora de la federación de asociaciones de familias Affac.
El Govern anunció en mayo, a tres semanas de las elecciones municipales, que de cara a este curso escolar las familias con hijos de primaria de escuelas públicas y concertadas contarían con 100 euros para material escolar. En concreto, se trata de dos vales de 50 euros que hay que activar previamente en una web y que después pueden ser utilizados, hasta finales de noviembre, en un establecimiento físico para comprar libros de texto, productos de papelería, juegos educativos y licencias digitales. Pero el vale tiene limitaciones: no se puede usar para comprar ropa o productos informáticos. Tampoco se pueden beneficiar los alumnos de ESO. En total, el Govern ha destinado 50 millones en unas ayudas a 443.863 alumnos de primaria. Según datos del Departamento de Economía, hasta el pasado jueves -un día después del inicio del curso- se habían activado el 87% de los cheques, pero solo se habían utilizado el 67%.
Pero tras el anuncio de la medida, pronto llegaron las objeciones y críticas. Unas 165 asociaciones de familias firmaron en mayo un manifiesto tachando de “electoralista” la iniciativa. La principal queja es que no está ayudando a reducir el coste de la vuelta al colegio, ya que la mayoría de las familias pagan cuotas de material a las escuelas, sean públicas o privadas. Unos importes, teóricamente voluntarios, pero que los centros solicitan a las familias para compensar la falta de financiación por parte de la Generalitat. “La aportación de Educación no es suficiente, sin las cuotas de las familias no podríamos vivir. Pero ahora hay más familias que no quieren pagar las cuotas, y eso genera un problema grandísimo en los centros. Muchas escuelas tienen material propio y si no se pagan las cuotas, no se cubre el coste de elaboración de los contenidos o de la compra del material escolar. Además, las familias no entienden que tengan que pagar cuotas si tienen el cheque, y eso está generando tensión”, explica un representante de las direcciones de primaria.
“Dan el cheque a cualquiera, ganen 1.000 o 10.000 euros o vayas a la escuela pública o concertada. ¿Y qué pasa con los alumnos de secundaria o infantil? También hay familias que los necesitan en esas edades. Eso demuestra que es una iniciativa electoralista que apoya más a los comercios que a familias o escuelas”, critica Xavi Viader, presidente de la AFA de la escuela Fort Pienc de Barcelona. En este centro las familias pagan 250 euros anuales en cuota de material, pero no han podido usar el vale para reducir el importe. En la escuela Poble-sec abonan 110 euros. Pero aquí el AFA, igual que medio centenar de asociaciones más, se ha dado de alta del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) para poder negociar la compra con una editorial o un establecimiento concreto. Así han podido recoger uno de los vales y se ha reducido la cuota en 50 euros. “Es una buena medida porque alivia los gastos del inicio del curso”, valora Julián López, un padre de este centro.
Otra de las críticas hacia la iniciativa versa sobre el uso que se está haciendo de los vales, ya que en muchas escuelas de primaria ya no se usan libros y el material lo compran los centros a un precio más económico y después cobran las cuotas a las familias. “El vale está sirviendo para que las familias compren mochilas más caras u otras cosas que no tiene nada que ver con el material escolar”, apunta Gasull. Este diario visitó una gran librería y papelería y comprobó que muchas familias adquieren material escolar, aunque una dependienta admite casos en que se aprovecha para comprar otros productos, ya que las indicaciones sobre los “juegos educativos” son muy genéricas. “Hay familias que compran hasta un Lego”, confiesa.
El gremio de Libreros de Cataluña valora positivamente la medida. “Hay muchos negocios que salen beneficiados”, asegura su presidente Eric del Arco, quien a la vez critica el hecho de que algunas AFA hayan sacado el certificado de punto de venta para recoger los vales y negociar con las editoriales. “Esto rompe la cadena del libro”, lamenta.
Las lagunas de la medida
Familias y escuelas también critican que las ayudas no lleguen a las familias de la ESO y sí a la concertada. “No creemos que una medida como el vale escolar deba beneficiar a todas las familias por igual, hay gente que no lo necesita y hay quien voluntariamente paga la escuela concertada. En cambio, se está dejando de lado a una gran parte de alumnos de la educación obligatoria, que son los de la ESO, una etapa en que las cuotas son más caras. No se puede decir que el vale sea una medida universal”, asevera Gasull, una queja que también rubrican los institutos. “Las direcciones de secundaria no entienden que se repartan 50 millones de esta forma, cuando todavía no han llegado todos los ordenadores y solo se destinen cinco millones para climatizar los centros. Cuesta de entender”, añade un representante de los directores de instituto.
El presidente Pere Aragonès también valoró positivamente el miércoles la medida y anunció que se mantendrá el próximo curso, pero que antes se evaluará si hay que modificarla e introducir mejoras, como la ampliación a secundaria. “Todo está condicionado a los presupuestos”, dijo. Lo que en principio no cambiará es la inclusión de la concertada. “Que la ayuda dependa de la renta de las familias hubiera sido complicado y hubiera dejado fuera a muchas familias vulnerables que no hacen la declaración de la renta”, zanjó Aragonès.
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