La jueza mantiene preso a Alves: “En cada declaración ha dado una versión diferente de los hechos”
La magistrada tumba los argumentos de la defensa y rechaza la petición del jugador brasileño de quedar en libertad provisional
Una jueza de Barcelona ha acordado este martes mantener a Dani Alves en prisión provisional por la presunta violación a una joven de 23 años en un lavabo de la discoteca Sutton de Barcelona. La defensa del exjugador del FC Barcelona, de 39 años, había solicitado su puesta en libertad por segunda vez, tras afirmar que se trató de una relación sexual consentida. La magistrada ha rechazado la petición y ha decidido que Alves continúe en la cárcel de Brians, donde permanece ingresado desde enero.
El auto recuerda que Alves “ya ha realizado varias declaraciones y en cada una de ellas ha dado una versión diferente de los hechos, desde que no conocía a la víctima, hasta la última, que reconoce que hubo sexo entre ambos, señalando que fue consentido”. Según la resolución, al jugador “no le quedaba más remedio” que cambiar de versión, puesto que durante la investigación se encontró líquido seminal en el interior de la vagina de la víctima. También critica que la prueba documental aportada por la defensa —que analiza las imágenes de las cámaras de vigilancia— hace “una serie de afirmaciones que nada tienen que ver con los hechos”. Relata, por ejemplo, cómo la víctima y el jugador bailan y beben una copa. “Nada de eso tiene que ver con lo que sucedió dentro del lavabo”, dice la jueza.
La magistrada no da ninguna credibilidad a Alves: “Es curioso que, si todo fue tan bien como dijo, después de salir del baño no vuelve a dirigirle la palabra” a la chica. Sí se la otorga, en cambio, a la víctima, cuya declaración califica de “clara, firme, contundente, verosímil, coherente y persistente”. La jueza opina que persiste el riesgo de fuga porque Alves dispone de un gran patrimonio y porque uno de los argumentos que esgrimía (que su mujer es española) ya “no tiene consistencia” puesto que la modelo Joana Sanz “ha solicitado el divorcio”.
Esta era prácticamente la última oportunidad de la que disponía el lateral brasileño para quedar en libertad antes del juicio. Con la instrucción del caso muy avanzada, es poco previsible que vuelva a intentarlo. Sobre todo porque la Audiencia de Barcelona ya denegó la puesta en libertad de Alves la primera vez que la solicitó, en febrero, con el argumento de que hay riesgo de fuga y de que el relato de la víctima es consistente. La Fiscalía, demás, se ha opuesto a todas las peticiones del futbolista para sustituir el ingreso en prisión por otra clase de medidas cautelares.
Alves permanece preso desde el 20 de enero, cuando prestó declaración ante la jueza. Fue una comparecencia caótica, en la que cambió hasta tres veces de versión. Tras sostener que no había mantenido ninguna relación sexual con la víctima, acabó diciendo que sí, pero lo limitó a la práctica de sexo oral. Para entonces, sin embargo, la investigación de los Mossos d’Esquadra ya apuntaba a que había habido penetración. Esas contradicciones flagrantes lo llevaron directamente a la cárcel: la jueza afirmó en su auto que, dado el poder adquisitivo del jugador y la gravedad de las penas a las que se enfrenta por violación, existía un elevado riesgo de que se diera a la fuga.
El nuevo abogado del futbolista, Cristóbal Martell, ha tratado desde entonces de resolver el enredo. Por ahora, y a la espera de lo que ocurra en el juicio, sin éxito. El pasado abril, pidió una nueva comparecencia ante la jueza. Alves reconoció que la primera vez no había dicho la verdad, pero aseguró que lo hizo para que su mujer no se enterara de la infidelidad. El jugador admitió también por primera vez que mantuvo relaciones sexuales completas con la chica, pero insistió en que fueron consentidas y que había “tensión sexual” entre ambos.
Unos días después, Martell solicitó por segunda vez la puesta en libertad provisional del jugador con el argumento de que las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del Sutton restan credibilidad al relato de la víctima. Los abogados adjuntaron un informe pericial que analiza esas imágenes y concluye que acusado y víctima estuvieron coqueteando antes de los hechos, bailando y bebiendo juntos en el reservado de la zona VIP; también, que la chica entró voluntariamente en el baño poco después de que lo hiciera Alves. Para la defensa, esas circunstancias muestran que las cosas no ocurrieron como la víctima contó, aunque lo cierto es que del episodio central de esta historia, la presunta violación en el lavabo, no hay imágenes que ayuden a clarificar los hechos.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.