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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Bruce Springsteen en el Bloc La Bordeta

La llegada de Springsteen a Barcelona coincide con el acuerdo entre el Ayuntamiento y la Sareb para ceder 200 pisos banco malo a alquiler social

Jordi Mir
Piso de la Sareb en Barcelona ocupado por la PAH, en una imagen de archivo.
Piso de la Sareb en Barcelona ocupado por la PAH, en una imagen de archivo.Albert Garcia

Bruce Springsteen tiene una canción donde habla de un desahucio. La protagoniza alguien que está en una situación desesperada porque la fábrica de automóviles en la que trabajaba cerró y va a perder su casa... Johnny 99 forma parte de su disco Nebraska (1982). Que sepamos, Springsteen no ha invitado a la PAH, o algún otro colectivo en defensa del derecho a la vivienda a cantar con él como acostumbra a hacer Nacho Vegas. Pero en algunas de sus letras y de sus actos sigue presente el trovador de la clase obrera, tal como lo definieron en los ochenta. Aunque poco se hable de eso.

La llegada de Springsteen a Barcelona ha coincidido con el acuerdo entre el Ayuntamiento y la Sareb para la cesión de 200 pisos del llamado banco malo destinados a alquiler social. Entre todas estas nuevas viviendas están las de un bloque que tiene sus particularidades: el Bloc La Bordeta. Desde 2015 este edificio está ocupado por la obra social de la PAH para ofrecer una alternativa habitacional a personas que no pueden acceder al mercado de la vivienda. Ahora 12 unidades familiares, con cinco menores de edad, que viven en el edificio verán cómo un alquiler social garantizará su derecho a la vivienda y desaparecerá el riesgo constante de un desahucio.

La vida de este bloque de La Bordeta podría ser un símbolo de las tres últimas décadas de nuestra sociedad. Proyectado y construido durante la primera década del nuevo siglo en tiempos de burbuja inmobiliaria nunca llegó a ser habitado y en 2011 fue ocupado en el marco de las movilizaciones del 15-M la tarde-noche del 18 de noviembre de 2011. Era el Habitatge18N, era el día de cierre de la campaña electoral para las elecciones generales. En aquel momento los medios de comunicación hablaban del movimiento de los indignados y explicaron cómo dedicaron la jornada de reflexión a la movilización y a ocupar diferentes bloques de viviendas en Barcelona, Sant Cugat, Olot...

En la convocatoria de Barcelona se podía encontrar a gentes de colectivos de larga trayectoria del barrio de Sants, junto al edificio que sería ocupado, y nuevas incorporaciones surgidas del 15-M. También gente que hoy gobierna la ciudad. Tenían claro que mientras los partidos políticos cerraban sus campañas y empezaban a preparar sus discursos sobre la fiesta de la democracia del domingo 20, desde sus colectivos y espacios de movilización querían ofrecer una respuesta a las personas del barrio que ya habían sido desahuciadas por no poder pagar hipotecas o alquileres. Sin aquella movilización de 2011 no se puede entender el acuerdo logrado por el Ayuntamiento en 2023.

Podría dar para una canción alegre de Springsteen, o de Vegas. La historia no acaba aquí. Estos días, en Sant Celoni, la PAHC Baix Montseny ha ocupado otro bloque de pisos de la Sareb y los Mossos lo han desalojado rápidamente. Siempre, y en tiempos de campaña más, conviene recordar Johnny 99 y los derechos no garantizados.

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