Colau rechaza ceder espacios para ver el Mundial de Qatar por “ser una dictadura”

Para la alcaldesa Ada Colau, ceder espacios municipales para ver los partidos del Mundial de Fútbol de Qatar convertiría al Ayuntamiento de Barcelona en “cómplice” de una “dictadura”. Esa ha sido la respuesta a un ruego presentado por Ciudadanos y que se ha debatido en el pleno del Consistorio del pasado viernes en la capital catalana. El PSC, socio de los comunes en el Gobierno municipal, también han cargado contra la celebración. El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha lamentado que la FIFA esconda que en ese país se violen derechos humanos.

El ruego presentado por los naranjas en el Consistorio pedía al Ayuntamiento que cediera espacios municipales para seguir los partidos de la selección española en la fase final del Mundial, que comienza el próximo 20 de noviembre. Colau, pese a recordar su apoyo al significado de la competición deportiva, ha rechazado “poner recursos públicos ni espacio público a disposición de seguir un Mundial que se hace en una dictadura”. Para la alcaldesa, de entrada, “es un error” entregarle a una dictadura la organización de “un evento deportivo mundial, que tiene que promover los valores de la democracia, de la paz y los derechos humanos”.

Las críticas no solo han venido por parte de los comunes. El líder de los socialistas en el Consistorio, Jaume Collboni, ha coincidido con la alcaldesa en lamentar el papel que está jugando la FIFA. Para Colau, la Federación es “cómplice de una dictadura como la de Qatar”. Collboni, a través de Twitter, se ha referido a unas declaraciones de su presidente, Gianni Infantino, en las que aseguró que la Copa del Mundo es una oportunidad para el país árabe “para deshacerse de prejuicios”. “Lo que el presidente de la FIFA llama prejuicios es vulneración de derechos humanos, persecución al colectivo LGTBI y discriminación hacia la mujer. El Mundial no puede ser una excusa para blanquear la dictadura”.

De acuerdo con algunas investigaciones periodísticas, como la del diario británico The Guardian al menos unos 6.500 trabajadores de India, Pakistán, Nepal, Bangladés y Sri Lanka han muerto en la construcción de la infraestructura del mundial. Lucir la bandera LGTBI durante la competición, ha establecido la organización, se castigará con entre 7 y 11 años de cárcel.

Ciudadanos en varias ocasiones ha denunciado la supuesta falta de interés, tanto en el Ayuntamiento de Barcelona como en otras instituciones catalanas, para permitir espacios de apoyo a la selección española de fútbol. El concejal de esa formación, Paco Sierra, había incluso propuesto a la alcaldesa que se habilitara el Palau Sant Jordi para ver los partidos del Mundial, debido a las bajas temperaturas esperadas en diciembre. El pasado 26 de marzo, la cúpula del partido se volcó en la celebración del amistoso entre España y Albania, en el campo del Espanyol, que significaba el regreso de la selección a Cataluña tras 18 años de ausencia.

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