Prisión para el hombre que entró en una casa de Empuriabrava y mató a su dueña de un tiro en la cabeza
El detenido, que no conocía a la víctima, huyó con su autocaravana y le localizaron gracias al GPS que había instalado uno de los hijos
El juzgado de Instrucción 1 de Figueres ha acordado este lunes prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre que el pasado viernes mató de un disparo en la cabeza a una mujer que estaba en su casa en el núcleo turístico de Empuriabrava, perteneciente a Castelló d’Empúries (Alt Empordà). La causa está abierta por asesinato, allanamiento de morada, tenencia ilícita de armas y robo (de la autocarava con la que huyó del lugar). El investigado ha explicado ante el juez que había llegado en bicicleta el día antes a Empuriabrava, que vio la casa de la víctima, entró, cogió un cojín del salón, subió a la habitación y le pegó un tiro en la cabeza. Según él, unas voces le decían que si encontraba a alguien dentro le matara. Cogió las llaves de la autocaravana familiar y huyó hasta Portbou, donde le detuvieron. Mossos, Policías Locales y Policía Nacional pudieron seguirle y montar un dispositivo para detenerle gracias a que un hijo de la víctima en verano instaló un GPS en la autocaravana y les iba mandando su ubicación a tiempo real.
Jens S., de 57 años y natural de Berlín, ha declarado que no estaba bien, se había separado y se había quedado sin trabajo (había estado en el Ejército y trabajó conductor de ambulancias). Fue a casa de su hermano, le robó una pistola Colt 45 y dos cargadores y el pasado 2 de agosto cogió su bici y emprendió una ruta hacia España. Quería hacer un viaje después de la pandemia. Ya había hecho el Camino de Santiago y su objetivo ahora era pasar tiempo en la Costa Brava. Llegó el pasado día 22 a Empuriabrava. Según su relato, vio una autocaravana con matrícula alemana y decidió entrar allí.
No sabía si habría alguien en la casa, pero decidió entrar en el patio y de ahí a una puerta corredera de la planta baja que daba al salón. Allí cogió un cojín, subió al piso de arriba donde estaba la dueña de la casa acostada, le puso el cojín en la cabeza para no hacer ruido y le pegó un tiro. Según él, no iba a matar a nadie porque no sabía si habría alguien, pero unas voces le decían que si encontraba a alguien dentro le matara, también que se quitara la vida e incluso le pasó por la cabeza esperar a la policía y provocar un tiroteo para que le mataran. Pero no se atrevió. Al bajar de nuevo al salón, cogió las llaves de la autocaravana y huyó.
La víctima, una mujer alemana de 59 años, hacía dos días que había llegado a Empuriabrava con su marido. Aquel mediodía tenían una comida con una amiga, pero ella se encontró mal y se acostó un rato. Cuando sobre las tres y media llegó su marido de la comida le extrañó no ver el vehículo fuera porque su mujer no conducía. Al subir a la habitación y encontrarla muerta avisó a un amigo de una inmobiliaria, porque él no hablaba español; alertaron a la policía de inmediato.
Uno de los hijos explicó que este verano había instalado un GPS en la autocaravana y la podía localizar, así que, según fuentes cercanas al caso, fue pasando capturas de pantalla a la policía con su ubicación a tiempo real, lo que permitió a los investigadores de los Mossos d’Esquadra alertar a todas las policías que podían encontrar por el camino, y a la Policía Nacional, ya que detectaron que pretendía huir a Francia. Mossos, Policía Local de Llançà y Policía Nacional montaron un dispositivo que permitió parar la autocaravana y detenerle en la N-260, en Portbou, justo antes de cruzar al país vecino.
El detenido ha pasado este lunes a disposición judicial, y tras una declaración surrealista y confusa, con las complicaciones añadidas de la traducción, el juez ha decidido mandarle a la cárcel de forma provisional.
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