La Barcelona que se cae a trozos
La ciudad acumula edificios públicos históricos, propiedad de distintas administraciones, pendientes de rehabilitación desde hace años
En Colón, en la Rambla, en el parque de la Ciutadella… Barcelona acumula edificios públicos pendientes de rehabilitación desde hace años y en ubicaciones muy céntricas y a la vista de vecinos y turistas. En algunos casos, rozan las dos décadas sin uso. Inmuebles con valor patrimonial que pertenecen a distintas administraciones (Ayuntamiento, Generalitat, Gobierno, el puerto de Barcelona…) y cuyos trabajos se eternizan por distintos motivos: problemas o sorpresas que surgen y paran las obras, falta de presupuesto, relevos en las administraciones que suponen un parón para los proyectos y empezar de cero… Fachadas y ventanas que ven pasar alcaldes y presidentes sin que nadie las ponga al día y les dé un uso.
La delegación del Gobierno, en Pla de Palau, sin fecha. Los lectores de cierta edad recordarán que hace años, cuando había una protesta contra alguna política del Gobierno, la manifestación acababa en Pla de Palau. La razón es que alberga el antiguo Palacio de la Aduana, que luego fue la sede del Gobierno Civil y ahora, la delegación del Gobierno en Cataluña. Desde 2010 sus empleados están en la calle de Mallorca, en un palacete que es la sede de la delegación del Gobierno en Barcelona. Las obras del edificio, que tiene un patio interior, comenzaron en 2008 y se han parado y reanudado en varias ocasiones. La razón, explican fuentes de la delegación, es que se trata de un edificio muy complejo y “muchas de las tareas necesarias requieren de especialistas: restauradores, estudios…”. Un ejemplo: en el patio interior se encontraron unos “marmoleados” de valor. Las distintas especificidades del proyecto hicieron aumentar más de un 20% el coste del proyecto inicial y hubo que licitar nuevos trabajos, una circunstancia a la que se sumó la crisis económica. En 2015 se reanudaron de nuevo las obras y se anunció que en el futuro se abrirá al público. Pero actualmente no hay nadie trabajando. Este verano el Ministerio de Política Territorial publicó el anuncio de la licitación para actualizar el proyecto y la dirección de obra. Pero no hay fecha de reanudación de los trabajos.
Castell dels Tres Dragons, pendiente del plan del parque de la Ciutadella que no llega. El edificio modernista que se construyó como restaurante para la Exposición Universal de 1888 y albergó el Museo de Ciencias Naturales hasta que se trasladó en 2011 al Museu Blau, en el Fòrum, lleva años pendiente de dos cosas. Una, que se defina su uso dentro del proyecto para abrir el parque al mar y crear la Ciutadella del Coneixement, que creará un nuevo complejo dedicado a la innovación e investigación y que se financiará en parte con fondos Next Generation. Y dos, su rehabilitación cuando se conozca su destino. Fuentes municipales explican que la fachada está “en proceso de rehabilitación” y que está previsto acabarla antes de 2023. Mientras, sus características torres siguen envueltas con telas. Aunque desde dentro del parque de la Ciutadella puede parecer que el edificio está vacío, en realidad todavía hay unas decenas de personas del antiguo museo trabajando. Además, alberga la colección del museo: la que se ve en el Museu Blau es apenas un 0,4% de los cuatro millones de piezas que tiene. Actualmente el edificio también acoge a los empleados del Museo Martorell de Geología, ubicado en el parque y, este sí, en obras.
El parque de la Ciutadella, que cada año visitan siete millones de personas, tiene pendiente de rehabilitación también el Umbracle. De forma inmediata no está previsto, pero “se está iniciando el proceso para redactar el proyecto ejecutivo de mejora, en el marco de transformación del parque”. El Hivernacle, que sí se cae a trozos (el Ayuntamiento llegó a comenzar una reforma en 2015 pero la empresa de las obras quebró), ha visto comenzar la rehabilitación hace solo dos semanas. Todavía está por definir su futuro uso.
La sede del Puerto, una rehabilitación a medias. La sede del puerto de Barcelona, en el portal de la Pau, construida a comienzos del siglo pasado como estación de pasajeros y que albergó los despachos de la llamada Junta de Obras y más tarde Autoridad Portuaria hasta 2010, está a medio rehabilitar desde hace años. La actual dirección del puerto presentó un proyecto para convertirla en Port Center, un centro de divulgación de la infraestructura portuaria, abierto a la ciudadanía. El inmueble tenía una gran sala diáfana de 400 metros cuadrados. Las obras de rehabilitación salieron a concurso y comenzaron en 2015, pero la empresa que las realizaba quebró, explican fuentes del puerto. Con los trabajos a medio ejecutar y el edificio vacío, sin ventanas y vallado, el proceso se judicializó y el volverá a salir a concurso público, con el visto bueno de Puertos del Estado. No hay fecha de reinicio de las obras. El presupuesto inicial era de 16 millones de euros.
Foneria de canons, polémica política en plena Rambla. La antigua fundición de cañones en el número 2 de La Rambla lleva casi dos décadas sin uso y quien ha visitado el edificio asegura que salvo la cubierta, está en muy mal estado. El edificio, construido a finales del siglo XVII, una planta de 700 metros cuadrados, y múltiples usos a lo largo de la historia ha despertado el interés de varios actores de la ciudad. De estilo necoclásico, la Generalitat lo compró en 2003 al ministerio de Defensa. En 2020, el entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra, anunció su deseo de convertirlo en un centro cultural (sin más detalles), lo que provocó un enfrentamiento con la alcaldesa Ada Colau, enfrascada entonces en el plan de reforma de La Rambla. Torra tenía la intención de sacar a concurso la concesión ese mismo año, pero dos semanas después del anuncio estalló la pandemia. Fuentes del departamento de Cultura apuntan ahora que el edificio se “está rehabilitando” y que las obras, imperceptibles desde el exterior y desde lo alto de la estatua de Colón, dependen del área de Patrimonio del Departamento de Economía. Sobre su futuro uso, el Govern “valora diversos proyectos” y explicará la decisión tomada “tan pronto como sea posible”.
Los antiguos pisos para militares en la calle de Wellington: ni proyecto ni calendario. Encajonado entre el campus Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra (inaugurado en 1998), las vías del tranvía, el Zoo y la Vila Olímpica, en la calle de Wellington se alza un largo edificio de viviendas que habían sido alquileres para militares. Como todo su entorno, era propiedad de la Generalitat, que lo compró al ministerio de Defensa para destinarlo a la universidad. Fuentes de la UPF, que compró los terrenos militares en 1992, explican que “está previsto destinar el último edificio original a actividades de investigación en ciencias sociales”. Pero reconocen que todavía no hay proyecto, ni calendario, ni presupuesto. La universidad se centrará antes en edificio en el solar del antiguo Mercat del Peix (donde ahora hay un aparcamiento). El edificio, con persianas cerradas, otras ventanas abiertas o tapiadas, infunde respeto y todavía queda una última inquilina, con quien se ha llegado a un acuerdo para que se traslade a otra vivienda, explican las mismas fuentes.
Las farolas del puente de Marina, una infraestructura sin el esplendor que merece. El puente de la calle de Marina, en Barcelona, no luce como le correspondería, por la importancia que tuvo su construcción con motivo de las obras urbanísticas realizadas antes de la exposición internacional de 1929. El puente fue una importante obra de ingeniería de la época y permitió evitar tres pasos a nivel a los vecinos que cruzaban desde el Eixample hacia las fábricas del Poblenou. Entre las líneas de tren de entonces se contaba la que llegaba a la estación del Nord, hoy de autobuses. Sobre el puente hay las antiguas farolas, cubiertas desde 2013. El archivo histórico del barrio del Fort Pienc lleva años reclamando la rehabilitación del conjunto y su entorno. El Ayuntamiento explica que ha realizado actuaciones puntuales (pintura de barandillas y protección de elementos ornamentales) y que estudia cómo afrontar un plan de rehabilitación.
Una joya en el parque del Laberint. En el poco céntrico, pero más que recomendable, parque del Laberint hay un palacete de estilo neoárabe, el palacio del Marquès d’Alfarràs, que cae a trozos. “Actualmente se está finalizando el proceso de licitación de las obras de consolidación estructural y la previsión es que la actuación comience en noviembre”, indican fuentes municipales. En enero pasado, el mismo Ayuntamiento situaba el inicio de los trabajos en julio, una ejecución de nueve meses y un coste de 1,5 millones de euros. En los ochenta se rehabilitó el ala derecha del inmueble, que acoge el Centro de Formación El Laberint, que imparte cursos y talleres de jardinería y conocimiento del medio.
La sede de los sindicatos en Via Laietana, por fin en obras. Uno de los edificios que ha permanecido casi dos décadas cubierto por lonas y redes que, al romperse, le dieron un aspecto fantasmagórico es la actual sede de CC OO en la Via Laietana. Las obras comenzaron en junio pasado. En una primera fase, de seis meses, se trabaja en la fachada (que se repica y permitirá recuperar esgrafiados) y se cambiarán las ventanas por aperturas de madera. La segunda fase terminará la fachada (en la calle de Argenteria) y se pondrán al día el patio interior y las cubiertas. El edificio pertenece al ministerio de Trabajo, que invertirá más de cinco millones de euros. Fuentes del sindicato celebran que, hasta la fecha, no ha habido ninguna sorpresa sobre el estado del edificio.
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