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La Ciutadella, un parque en ruinas con un plan atascado desde 2018

El Ayuntamiento asegura que tendrá el proyecto listo antes de que acabe su mandato

La Ciutadella
Dos boxeadores practican delante del umbráculo cerrado al público por su deterioroCarles Ribas (EL PAÍS)
Alfonso L. Congostrina

Faltaba un año para que finalizara el primer mandato de Ada Colau en el Ayuntamiento cuando, en mayo de 2018, se constituyó una comisión con un claro objetivo: redactar el plan director que permitiera abrir el parque de la Ciutadella al mar. Los miembros (vecinos, políticos, universidades...) tenían la misión de trazar las bases para dar un impulso a un parque, inaugurado en 1881, repleto de edificios en ruinas e ingeniárselas para superar barreras y que la zona verde tuviese conexión al mar. Eso suponía superar los siguientes obstáculos: el zoo, el paseo de la Circumval·lacio, la playa de vías de la estación de França, la ronda de litoral y el parque de la Barceloneta. El grupo se reunió solo dos ocasiones. El plan no se ha acabado de diseñar y edificios como el Hivernacle, el Umbracle, el Museo Martorell y el Castillo de los Tres Dragones están todavía más en ruinas que en 2018. El Parlament necesita una ampliación y ya hay muchos que apuntan hacia al zoo como uno de los afectados ante esta necesidad de expansión.

El Ayuntamiento asegura que antes de que finalice el mandato actual, en 2023, el plan estará redactado. Descartan la unión por pasarelas con el mar pero todos tienen claro que los muros de la Ciutadella deben caer y, en el mejor de los casos, el zoo debería ser permeable para que la ciudadanía pueda atravesarlo y llegar al parque. El resto de obstáculos hasta al mar parece que se saltarán a muy largo plazo.

El acuerdo de gobierno entre BComú y el PSC con el que sellaron en 2019 su coalición de tiene un objetivo claro con el parque: “Promover un campus de investigación dentro de la Ciutadella y su entorno, a partir de un plan de reconversión de equipamientos y actividades que permeabilice la conexión con el frente litoral”. No dice cómo conseguirlo.

Pese al estado de ruina en el que se encuentra la mayor parte del parque, el equipo de gobierno municipal mantiene que la zona es “estratégica” con activos a nivel “medioambiental, patrimonial, cultural y del conocimiento y la innovación”. La teniente de alcalde de urbanismo, Janet Sanz (BComú), sigue defendiendo que los objetivos son “mejorar la conectividad de la Ciutadella con el mar y la permeabilidad del parque con el entorno teniendo en cuenta los usos y la relación con la estación de França”. Sanz considera que ahora es el momento de transformar y “rehabilitar el patrimonio del parque y fortalecer los espacios culturales y de investigación dentro de su entorno”.

En este sentido, se enmarca la iniciativa del Ayuntamiento y la UPF que se ha bautizado como la Ciutadella del Coneixement. El intento de instalar en edificios cercanos al parque instituciones y equipos dedicados al estudio de la biomedicina, biodiversidad… Un claro ejemplo es el futuro complejo científico del antiguo Mercado del Peix donde hoy se encuentra el aparcamiento público del zoo de la calle Wellington. Allí se construirán tres edificios de 46.000 m2 destinados a la investigación.

El presidente de la asociación de vecinos de la Vila Olímpica, Jordi Giró, advierte de que parte del aparcamiento de esos edificios está destinado a los coches del Parlament. “Si aparcan en el edificio de Wellington los diputados seguro que no darán toda la vuelta al parque. El siguiente paso será una actuación en el zoo porque atravesándolo están a dos minutos de la cámara catalana”, sostiene Giró. El activista vecinal lleva años reclamando acceso al parque desde su barrio, un acceso que sería fácil si no estuviera el parque zoológico.

La teniente de alcalde de urbanismo sostiene que hay que encontrar soluciones de “permeabilidad” con el zoo pero descarta la utilización de pasarelas tanto en esta parte, entre la Vila Olímpica y el parque, como para sortear las vías y la ronda del litoral.

La responsable política del Zoo, la tercera teniente de alcalde Laia Bonet (PSC), descarta que el parque zoológico barcelonés esté cuestionado. “Tenemos un nuevo modelo y destinaremos 60 millones de euros desde ahora hasta 2031 para transformarlo”, explica. Bonet asegura que las fronteras del zoo no están ahora cuestionadas pese a que en breve la instalación de investigación animal perderá unos metros en Wellington con Pujades que permitirá abrir un acceso a la Ciutadella.

Por otro lado, en 2006 el presidente de la Generalitat Pasqual Maragall, el del Parlament Ernest Benach y el alcalde Joan Clos firmaron un convenio para encontrara una solución que permitiera ampliar la cámara catalana. Era urgente y han pasado 15 años. Hoy con las necesidades de espacios que obliga la covid la ampliación es más necesaria.

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