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La inquietante desaparición de Danilo Carrasco en Rubí

Un hombre de 38 años lleva 70 días sin dar señales de vida después de que se esfumase de madrugada cuando iba a coger el bus de vuelta a su casa

Rebeca Carranco
Danilo Carrasco, desaparecido el 22 de marzo en Rubi, en una fotografía reciente aportada por su familia.
Danilo Carrasco, desaparecido el 22 de marzo en Rubi, en una fotografía reciente aportada por su familia.

Danilo Carrasco salió a celebrar su 38º cumpleaños hace 70 días y no ha regresado. Los Mossos tienen abiertas todas las líneas de investigación, y su familia sigue desesperada por saber qué ha sido de él. Su rastro se pierde de madrugada en la parada del autobús que debía llevarle de Rubí, donde trabaja, a Santa Coloma de Gramenet (ambas en Barcelona), donde vive con su madre y su hijo de 11 años, del que tiene la custodia tras separarse.

“Hay cosas muy raras”, explica su hermano Patricio, dos años mayor, sobre la desaparición. Asegura que Danilo jamás antes se había ausentado sin un motivo. Danilo y Patricio, de origen ecuatoriano, llegaron juntos a España hace 20 años y los dos trabajan en el sector de la logística. El 22 de marzo, martes, Danilo salió pronto del trabajo y se fue con un grupo de cinco amigos a celebrar su cumpleaños, en Rubí..

Lo último que sabe su familia de él es que se despidió de sus colegas y caminó hacia el autobús que de madrugada lo tenía que llevar a Santa Coloma. “La última cámara que lo detecta lo hace a las 02.17”, relata Patricio. Lo graba junto a la parada del autobús. Se le ve esperando el autobús entre 17 y 18 minutos. Cuando todavía faltan unos 20 minutos más para que llegue, “se levanta, titubea, y se acaba yendo”, describe su hermano. En las imágenes se percibe claramente que Danilo está en un grave estado de embriaguez.

El siguiente rastro que deja es a través de su móvil. Pasadas las tres de la mañana se conecta a un repetidor de Terrassa, según la investigación de los Mossos, y en el camino está la zona boscosa de Les Fonts, a unos cuatro kilómetros de Rubí. La conexión a un repetidor no es exacta, sino que ofrece un margen amplio, en ocasiones de varios kilómetros. Y allí sigue dando señal hasta las once de la mañana, cuando interpretan que el teléfono se queda sin batería. Los Mossos han llevado a cabo dos batidas en el lugar, sin encontrar rastro del hombre. También sospechan que no pudo llegar allí por su propio pie, ni por la distancia que hay entre la parada del bus y la zona donde da cobertura su teléfono, ni por el estado en el que se encontraba.

“No hay rastro de mi hermano en toda Europa”, lamenta Patricio, que vive angustiado junto a su hermana y su madre. “Ellas son más positivas, pero yo prefiero mantenerme en la realidad”. Han pensado en todas las posibilidades, también en que se hubiese suicidado. Pero sigue sin haber una explicación a cómo llegó hasta allí su hermano. Y por qué no se le ha encontrado en dos batidas.

“Los Mossos están volcados, revisando todo, pero hasta el momento ha sido inoperante”, dice Patricio. “Rubí es un pueblo pequeño, de 70.000 habitantes...”, se queja, sobre el hecho de que su hermano se haya esfumado en un núcleo urbano, sin más. En todo este tiempo, nadie ha usado su billete de metro… “De su cuenta bancaria no falta un céntimo”, detalla Patricio. La policía, dice, sospecha que pueda estar en algún barranco del bosque. “Pero si es así, ¿cómo llegó? No le dio tiempo, ni tenía el espíritu para hacerlo”, repite su hermano.

Más de 2.300 denuncias por desaparición activas en Cataluña

Los Mossos tienen activas 2.397 denuncias por desapariciones en Cataluña. La más antigua es de 1997, según los datos aportados por el Departamento de Interior a diversas respuestas parlamentarias. De todos esos expedientes, la mayoría tienen más de un año (1.802) y menos de un millar son de hace un lustro (741). Solo el año pasado, se denunciaron 3.333 desapariciones, pero el 98% acaban resolviéndose: la mayoría de las personas o son encontradas o regresan a casa. Solo una pequeña proporción de todas esas denuncias son lo que los Mossos denominan homicidios con ocultación de cadáver. En los últimos cinco años, la Unidad Central de Personas Desaparecidas ha asumido la investigación de siete casos catalogados como criminales.
Muchas de esas desapariciones se deben a personas mayores que se desorientan, en ocasiones por problemas de salud mental. Sobre la mesa, tienen también el caso inquietante de Adelina Pintos, de 81 años, en Sant Just Desvern. La mujer, que padece alzhéimer, salió con unas amigas el domingo 6 de marzo y su familia no ha vuelto a saber de ella.


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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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