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Tres disparos por defender su casa ocupada

La policía busca a los asaltantes que hirieron con arma de fuego a dos hombres en Barcelona

Yihadista Cataluña
Agentes de los Mossos d'Esquadra en la zona del tiroteo, el sábado en BarcelonaAlbert Garcia (EL PAÍS)
Cristian Segura

Un hombre se dio a la fuga el pasado sábado tras disparar a dos personas en el distrito de Sant Martí, en Barcelona. Agentes de la policía científica buscaban este domingo huellas dactilares y otras pruebas en el domicilio donde sucedieron los hechos. Entre los policías, de un lado a otro de la casa se movía nerviosa una mujer, la esposa de uno de los dos heridos. Su marido, de 32 años, está ingresado en el Hospital de Sant Pau con tres heridas por arma de fuego.

La mujer atendía a los agentes de los Mossos d’Esquadra, a unos operarios de una empresa de reparaciones del hogar y a un cerrajero a quien ha contratado para cambiar la puerta de acceso. La casa, el número 6 del pasaje de Foret, fue construida en 1925 y su fachada destaca por unos bellos acabados florales y cabezas femeninas. Las ventanas están engalanadas con plantas cuidadas con mimo y luces de Navidad ya apagadas. El sábado por la tarde, la policía autonómica tuvo rodeada esta vivienda y la colindante. Durante cuatro horas creyeron que un atacante se encontraba escondido en su interior, pero finalmente, al acceder por la fuerza el Grupo Especial de Intervención, descubrieron que ya había huido.

Hay una persona detenida por su presunta relación con el ataque. Los Mossos aportan pocos detalles de la investigación: solo indican que por lo menos uno de los heridos recibió lesiones por perdigones. La mujer que reside en la casa sí explica a EL PAÍS su versión de lo sucedido: “Quiero que se haga justicia”.

Esta persona quiere mantenerse en el anonimato pero confirma su identidad y la de su esposo mediante vídeos que guarda en el móvil y que tomó su marido durante el incidente que acabó a tiros. En estos vídeos pueden verse a varios individuos armados amenazando a la persona que filma la escena. Todo empezó hace tres años, dice, cuando ella, su marido y sus hijas ocuparon ilegalmente la casa. La propietaria la tenía alquilada a una persona que pasaba la mayor parte del año fuera de Barcelona. La propietaria terminó por aceptar la situación, asegura la mujer y corroboran dos vecinos consultados por este diario. El matrimonio, dice ella, cedió posteriormente el uso de la casa a dos jóvenes amigos suyos. Estos recibieron el sábado la visita de dos personas que se identificaron como policías, obligándoles a abandonar la vivienda. Y así lo hicieron.

Alertados por los dos desalojados, el marido y el hermano de este —los dos heridos— se acercaron al lugar para esclarecer qué había sucedido. Allí se encontraron a cinco miembros de un conocido clan gitano del distrito que estaban cambiando las cerraduras y vaciando la vivienda. Fuentes próximas a la investigación confirman la posible implicación de un grupo criminal de etnia gitana.

Cuando los dos hermanos les instaron a irse, los asaltantes les amenazaron con navajas. Los hermanos no se retiraron y fue entonces cuando tres de los nuevos ocupantes volvieron con un perro de presa y tres armas de fuego, según el testimonio de ella. A uno de los heridos le impactó un proyectil en el brazo mientras huía. Este fue dado de alta hospitalaria este domingo. El herido grave, el marido de la mujer, no corrió tanta suerte: en el interior de la vivienda recibió un disparo en la rodilla, otro en la pierna y un tercero en la espalda.

“Le pusieron una pistola en la cabeza y le exigieron que besara los pies del que mandaba mientras le llamaban moro de mierda”, relata su mujer. La familia es de origen marroquí. “Tengo miedo porque son gente conocida en el barrio, yo me los he cruzado más de una vez, siempre con sus grandes coches”. La casa colindante, precintada por la policía, albergaría una plantación de marihuana de este grupo delincuente, según la mujer.

Protesta vecinal

La Asociación de Vecinos del barrio del Maresme convocó una protesta a última hora de la tarde del domingo para denunciar que el tiroteo del sábado evidencia un creciente incremento de la inseguridad. Una treintena de vecinos cortaron la avenida Diagonal. Los manifestantes reclamaron que las administraciones apliquen un mayor control policial en la zona y que elaboren un mapa de pisos vacíos para promover su arrendamiento en condiciones asequibles pero también para evitar que caigan en manos de mafias.


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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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