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Campanadas de contagio

Llucià Ferrer y Elena Gadel pusieron voluntad y ánimo a un trabajo ingrato que resolvieron con profesionalidad

Tomàs Delclós
Llucià Ferrer y Elena Gadel durante el programa de las campanadas de TV3.
Llucià Ferrer y Elena Gadel durante el programa de las campanadas de TV3.

TV3 mantenía como gran secreto desde dónde daría las campanadas después de que la normativa sanitaria obligara a suspender la habitual fiesta en Montjuïc. Fue delante del Museu del Disseny, con la Torre Glòries invitada a ser el icono de la fiesta y el indicador de las campanadas. Al final tuvo un protagonismo desdibujado. Los presentadores, Llucià Ferrer y Elena Gadel, se tuvieron que espabilar solos con un bla, bla, bla supuestamente festivo para rellenar los minutos previos a la hora. Los trajes —“espaterrant” dijo él de lo que lucía ella, y “brillant”, dijo ella de lo que llevaba él— eran de una educada discreción. No recordaron determinados y angustiosos modelitos del Tibidabo, el pasado año. Su programa comenzó con un gag de ellos preguntándole al Argimon de Polònia dónde podían hacerlo y Argimon recomendándoles 12 PCR en lugar de las 12 uvas. Ferrer y Gadel pusieron voluntad y ánimo a un trabajo ingrato que resolvieron con profesionalidad, aunque les resultó difícil administrar las expresiones de júbilo ante un espectáculo de luces y pirotecnia desordenado y hacerlo desde un plató donde parecían abandonados. Tuvieron un recuerdo para el colectivo sanitario.

El Museu del Disseny mostraba unos ventanales iluminados de rojo que lo convertían en un majestuoso Lucifer que anulaba los ya conocidos juegos de luces de la Torre Glòries. Para contabilizar las campanadas se utilizó una reproducción de la estrella luminosa que recientemente se colgó en la malograda Sagrada Familia. Torre y pirotecnia no se entendieron.

Y después, un programa barato de videoclips musicales que quiso amenizarse con unas escenas donde presentadores de la casa aparecían en programas que no eran el suyo. Esto es una bromita que RAC1 hace cada año con su gente. Es una forma de amortizar el star-system doméstico. TV3 empezó el año sin ganas.

La elección de dónde hacer el programa de Fin de Año no era fácil para las televisiones catalanas después de las restricciones sobrevenidas sobre el ocio nocturno. Betevé, por ejemplo, grabó el 14 de diciembre su programa del 31 en la sala Apolo... que permanece cerrada desde el día 23.

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