Un Loop de cuerpo presente
La 19ª edición del festival de video creación presenta en 62 espacios de la ciudad el trabajo de 200 artistas a partir de lo corporal como herramienta de comunicación
Durante la pandemia lo presencial dejó paso a lo virtual. Por eso los festivales culturales tenían ganas de volver a que el público se reencontraran con los artistas y creadores, para que, en definitiva, unos mostraran de forma directa sus últimas propuestas y los otros las disfrutaran con todos sus sentidos. Este año todavía marcado por la pandemia, el Loop, festival de video creación y performance de Barcelona, la cita anual con el arte contemporáneo que inunda centros, museos y galerías, fundaciones, teatros y cines de la ciudad centra su 19ª edición, precisamente en el cuerpo como herramienta de comunicación y autorepresentación, estando presente en la mayoría de las creaciones e instalaciones que pueden verse (hasta el día 21) en 62 espacios de la ciudad, realizadas por unos 200 artistas.
Y para muestra un botón. El del acto inaugural celebrado en los jardines Rubió i Lluch, junto a la Biblioteca de Cataluña, que se podrá volver a ver el día 12, Cuerpos itinerantes-acciones performativas en el espacio público; una reflexión sobre las posibilidades del trabajo en red y el valor del espacio público como lugar de encuentro, en el que artistas como Valentina Alvarado, Carlos Vásquez, Laura Arensburg, Julia Calvo, Natalia Carminati, Daniel Moreno, Citlali Hernández, Nuria Anida, Perro Torres y Paula Serrano y el Comité Queer hablan de cuerpos expuestos, conectados, pixelados y atravesados por el tiempo; que miran y son mirados.
El proyecto, comisariado por Carolina Ciuti, directora artística del Loop, que parte del libro Diario de un cuerpo, de Daniel Pennac, para defender que “como todo el mundo tiene un cuerpo, todos nos parecemos y, por eso, hablar del cuerpo es compartir cuestiones de interés universal”. Para ella “se puede entender el cuerpo como algo literal, pero también como una metáfora, como se ha hecho en la mayoría de las propuestas”.
Como en La Capella, la artista María Alcaide presenta Carne de mi carne: entraña; una videonarración en la que indaga sobre la industria cárnica desde un punto de vista autobiográfico (su familia tiene una empresa a 15 kilómetros de Jabugo, en Huelva, la meca del jamón), abordando temas como el feminismo, el mundo rural, la desigualdad de género y la división sexual del trabajo. Su trabajo parte del de la antropóloga francesa Priscilla Touraille que asegura que el hecho de que los hombres sean más altos que las mujeres es por un tema cultural de la alimentación que viene desde la Prehistoria, ya que siempre disfrutaban de los mejores trozos de carne.
La violencia de género doméstico estará presente en las cuatro películas del colectivo Fondazione in Between Art Film que conforman Mascarilla 19. Códigos de violencia doméstica que se podrán ver en el Macba y en la Fundación Tàpies que abordarán el mismo tema desde sensibilidades, lenguajes y enfoques diferentes.
En La Pedrera, que entre el 19 al 21 acogerá, por primera vez la Feria Loop, podrán verse estos días la propuesta fílmica de la artista Adriana Vila, Crisiálida, realizada en colaboración con el cineasta Isaki Lacuesta, la bailaora Roció Molina y el músico El Niño de Elche “que habla del empoderamiento de la mujer en un entorno patriarcal”, según Ciuti.
Además, en el MNAC, Francesca Llopis expone Dins per dins. Re(habitar), realizada a partir de imágenes de la casa Gomis de La Ricarda con música de Bárbara Held; en la que también se exponen obras de Moisès Villèlia y Magda Bolumar que colaboraron en la decoración de la casa con el arquitecto Bonet Castellana.
Otras de las propuestas son las de Helena Vinent, Dispositivos para un escenario tullido, en el Park Güell. La de Perejaume, Donar cabuda, en la Filmoteca de Catalunya. La del duo Beka & Lemoine y los alumnos del Laboratory of Sensitive Observers Homos Urbanos, en la fundación Enric Miralles, que participa por primera vez. Son algunas más de las propuestas, a las que también se suma Esther Ferrer que podrá verse en el patio del museo de Can Framis. Será literal porque en su obra Extrañeza, desprecio, dolor y un largo etc, aparece un primer plano de su rostro mostrando diferentes expresiones que comunican diferentes aptitudes y estados de ánimo de forma provocativa y divertida, reflexionado sobre el cuerpo y su expresividad.
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