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El chinche del plátano ‘incordia’ de nuevo en Barcelona

El Ayuntamiento detecta un aumento en la presencia de esta especie exótica pero inofensiva

Plaga chinche del platano Barcelona
Ejemplar de chinche del plátano, la semana pasada en un parque del Eixample de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)
Cristian Segura

El chinche del plátano llegó hace tan solo diez años a Cataluña y ya es un vecino más de nuestras ciudades. Es un insecto marrón, de figura estilizada, no más de 7 milímetros de largo, gráciles antenas y vuelo errático. Su momento de mayor actividad, como buen veraneante, son los meses de calor. En 2015 se dio a conocer en Barcelona con una plaga. Hacía tan solo cuatro años que se había detectado por primera vez en Cataluña. Su presencia vuelve a incordiar este verano a los barceloneses.

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El Belonochilus numenius es una especie endémica de Norteamérica que desembarcó en Europa en 2008, por caprichos de la globalización, como tantas otros animales y plantas exóticas. Su primer puerto de llegada fue Córcega, en Francia. Se desconoce exactamente cómo alcanzó el Viejo Continente, aunque las opciones para cruzar el Atlántico son numerosas, sobre todo con el tráfico de mercancías por vía marítima. Ya se ha extendido por gran parte de la Unión Europea, sobre todo en las zonas urbanas donde hay plátanos, el árbol ornamental por excelencia de la Europa meridional.

El insecto no es nocivo ni para el árbol, ni para las personas ni para el ecosistema, asegura Josep Maria Riba, doctor en biología y asesor fitosanitario de empresas e instituciones públicas. Se alimenta exclusivamente de chupar el fruto del plátano. “Lo único que tiene es que puede ser un incordio. Si vives en un segundo piso en el Eixample frente a un plátano, pueden entrarte un centenar en casa”, ilustra Riba. Otra característica de este hemíptero es que si se siente amenazado desprende un olor desagradable. El olor es fácilmente identificable porque si se le toca, impregna los dedos. Esta peste no es exclusiva de este chinche, también es una característica de otros parientes suyos, como la Nezara viridula, más conocido en catalán como bernat pudent. “Lo que huele mal son gases, pedos, literalmente, que expulsa por el ano”, detalla Riba.

Tratamiento de plátanos con el insecticida Decis Protech en la calle Viladomat de Barcelona.
Tratamiento de plátanos con el insecticida Decis Protech en la calle Viladomat de Barcelona.Cristian Segura

El departamento de control de Plagas de Parques y Jardines de Barcelona confirma a EL PAÍS que ha detectado un incremento de avisos sobre una alta presencia del chinche del plátano. “Se trata de un fenómeno estacional, muy ligado a la meteorología”, indica una portavoz de prensa del Ayuntamiento. Cuanto más calor, más actividad y mayor capacidad de reproducción tiene el insecto. “Durante el mes de julio se registraron temperaturas muy altas en la ciudad y un periodo sin lluvia de prácticamente tres meses. Eso ha favorecido que este año haya una población más alta”.

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Los principales distritos afectados son el Eixample y Sant Martí, según apunta el Consistorio. En las zonas con más incidencia ya se ha iniciado el tratamiento químico para controlar la población, asegura el Gobierno municipal. El programa de actuaciones fitosanitarias en plátanos para este agosto empieza este lunes en veinte calles, la mayoría del Eixample, según datos de la gerencia de Medio ambiente y Servicios urbanos. El producto insecticida utilizado es uno de los más extendidos en Barcelona, el Decis Protech. Riba resume que en el caso de Barcelona, la única manera de mantener a raya al Belonochilus numenius es la intervención con insecticida. Las otras dos opciones son el frío y los depredadores naturales, algo que el chinche del plátano no afronta en Barcelona.

La concejalía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad identifica al Belonochilus numenius como uno de los insectos que causan un nivel intermedio de gravedad en la clasificación de plagas, aquel que supone “afectaciones en el confort de los ciudadanos y que en determinados momentos pueden superar el listón de la tolerancia”. De los tres niveles de plagas establecidos en Barcelona, el peor es el que representa “un riesgo para la seguridad y salud de los ciudadanos y de la biodiversidad urbana”. Los responsables de estas plagas perniciosas son la procesionaria del pino y el picudo rojo, el escarabajo las larvas del cual devoran los troncos de las palmeras.

Si el chinche no es un enemigo para el árbol, sí lo es el tigre del plátano (Corythucha ciliata), otro hemíptero, que se alimenta de su savia. Riba recuerda que el plátano que ofrece sombra ­—y alergias— en nuestras ciudades es el Platanus x acerifolia, una creación de laboratorio del siglo XVIII, precisamente para resistir mejor a hongos como el oídio o la antracnosis. En pleno auge ilustrado por el ajardinamiento público, las autoridades francesas crearon un híbrido entre el Platanus orientalis, procedente del sur de Europa y de Asia, y el Platanus occidentalis, el sicomoro, el árbol del que se alimenta el chinche del plátano en su América natal.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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