La apertura comarcal queda en un ensayo de Semana Santa

El éxodo no ha sido de la magnitud esperada y los hoteles catalanes no se han llenado ni de lejos. Pero este primer fin de semana tras el fin del confinamiento comarcal sí está siendo un ensayo general de lo que puede suceder en Semana Santa. Cientos de miles de vehículos han salido de Barcelona y su área metropolitana —un 49% más que el fin de semana anterior— hacia la playa, las estaciones de esquí y los parques naturales, buscando un poco de aire. Los desplazamientos se han dejado notar en hoteles y restaurantes de la Cerdanya, la Costa Brava o la Costa Daurada, aunque el sector deposita sus esperanzas en la Semana Santa. Lo hace bajo la amenaza del coronavirus, que vuelve a estar en alza en Cataluña: aunque la presión hospitalaria se alivia, la velocidad de transmisión ha subido a 1,04.

Un ensayo para Semana Santa en la Cerdanya

“No había tráfico y eso que hemos salido después de las 9.00 de Barcelona”, presume Manel. Este vecino del barrio del Clot subió ayer, junto a su novia Laia, desde la capital catalana hasta la estación de esquí de la Molina, en la comarca de la Cerdanya. “No sabemos esquiar, es por ver un poco de naturaleza…”, admite. Los negocios de la Cerdanya esperaban una avalancha de barceloneses, pero tendrán que esperar a la próxima semana.

Núria Vidal, la presidenta de Hoteles y Campings de Cerdanya, advierte de que este fin de semana —pese a ser el primero en que se permite la movilidad dentro de Cataluña— no se nota en un aumento de las reservas. “Estamos al 35% de ocupación. Venimos de cero y todo está bien, pero es poco. En Semana Santa la previsión es llegar al 90%”.

“Hay gente para la que es el primer día de la temporada de nieve”, explica el responsable de comunicación de la estación de esquí de la Masella, Ramon Boter. La Masella ya ha anunciado que estirará la temporada hasta mayo.

En Puigcerdà, tampoco hay una multitud de personas. “Estoy esperando a los clientes el mismo tiempo que un día normal. Hay viajes al hospital y poco más”, asegura un taxista. Francesc Armengol, presidente de Empresariat de Cerdanya, es claro: “Este fin de semana es para comenzar a levantar ertes y prepararnos. Es un experimento para el próximo fin de semana”.

Lluvia de reservas en Girona

El anuncio de la libre circulación dentro de Cataluña ha disparado las reservas en la Costa Brava. La mitad de los hoteles han abierto las puertas este fin de semana con reservas que apuntan a una ocupación media del 80%. El 40% de los campings que abrirán cuentan llegar a un 50% de ocupación. Las segundas residencias se han llenando y también han llegado reservas a pisos turísticos.

“A partir del viernes, cuando el Govern anunció que permitía los desplazamientos de los grupos burbuja, hemos tenido una lluvia de reservas”, aseguraba la gerente del Grupo Costa Brava Centre, Judith Lloberol. Las ganas de salir de la gente han hecho que los empresarios hoteleros se hayan atrevido a abrir. Calculan que el 50% de sus 200 hoteles asociados estarán abiertos en los próximos días. Maurici Abad, propietario del Hotel Classic de Begur del 1 al 11 de marzo tuvo 16 habitaciones ocupadas. Tras la reapertura del 12 al 20 de marzo ha tenido 51 habitaciones reservadas y además otro medio centenar de reservas entre marzo y abril. Se muestra “contento de cómo están empezando a ir las cosas”.

El 40% de los campings de la provincia de Girona, una treintena —la mayoría en la costa—, ya han anunciado que estarán abiertos en Semana Santa. “Se han generado muchas reservas de clientes catalanes. La gente tiene muchas ganas de salir y el camping es una de las mejores opciones para tener contacto con la naturaleza y hacer deporte”, destaca el presidente de la Asociación de Campings de Girona, Miquel Gotanegra.

Salou, a la espera de la apertura entre autonomías

Un control de la policía local verificaba los coches que accedían a Salou ayer por la mañana. La medida buscaba filtrar aquellos que habían desoído las indicaciones sobre burbujas de convivencia y aprovechaban el primer fin de semana para invitar a amigos, vecinos y conocidos al chalé de la costa. La Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de Tarragona (FEHT) ya había avisado de que no se espera una gran apertura de establecimientos, al menos hasta Semana Santa. “A los hoteles grandes no les sale a cuenta abrir, porque aún no hay demanda”, manifiesta Xavier Guardià, portavoz de la FEHT. Las persianas bajadas dominan en la zona de la playa de Llevant. El cerrojazo que mantienen hoteles y restaurantes arrastra también a tiendas y comercios. El veto a la movilidad entre autonomías tiene un profundo impacto en Salou, donde miles de segundas residencias pertenecen a residentes de Aragón, Navarra o País Vasco.

La Generalitat no ha permitido la apertura de Port Aventura, pese a que la propiedad hizo la temporada pasada un a inversión de más de cuatro millones de euros para adecuar sus instalaciones al coronavirus.

Más movimiento había en la zona de la playa de Ponent. En esa rambla que une Salou con Cambrils por Vilafortuny, paseantes y ciclistas aprovechaban el sol, ajenos al viento que generaba un intenso oleaje. El ambiente se repetía en Cambrils, con muchos más negocios abiertos que lo visto en Salou. La mayoría de clientes llegan desde Barcelona, Lleida y puntos cercanos del interior como Reus. En las Terres de l’Ebre el pico de visitantes se espera para el próximo fin de semana.