Las residencias catalanas piden un plan de reapertura tras la vacunación

La vacuna contra la covid 19 es la esperanza de las residencias de ancianos, pero los retrasos en la campaña y el impacto de la tercera ola de la pandemia han hecho que los centros se sientan, una vez más, solos. El sector lamenta que las restricciones impuestas por el Govern sobre visitas y salidas a la práctica llevan a un confinamiento duro de los usuarios. Y denuncian que todavía no han recibido una instrucción sobre el grado de apertura que podrán tener cuando se complete la vacunación. Mientras, la tasa de contagios se llegó a doblar desde las fiestas navideñas, y un 25% de los centros ya tiene casos de covid 19.

”Estos días, estamos escuchando mucho las mismas frases de los familiares”, explica Vicente Botella, presidente de la Unión de Pequeñas y Medianas Residencias (Upimir): “Les dicen ‘venga abuela, que con la vacuna ya podrás salir’, se ha creado mucha expectativa, pero lo cierto es que nadie del Govern nos ha dicho qué podrán hacer los ancianos cuando ya estén inmunizados”. ”Si solo sirve para que no vayan al hospital, es una tomadura de pelo, tendría que servir para que los ancianos vuelvan a la normalidad”, añade.

Las personas mayores que viven en residencias llevan muchos meses prácticamente confinados en sus centros. Las salidas han estado vetadas o desaconsejadas según el contexto epidemiológico. Y en el caso de que salgan unas horas o días, al volver los usuarios tienen que guardar cuarentena durante una semana en su habitación, lo que puede ser contraproducente para su estado físico y mental. Con esta tercera ola, además, el protocolo establecido por el Govern la semana pasada indica que cada familiar que vaya al centro tiene que hacer un test de antígenos rápido. Pero en algunos ambulatorios todavía no han llegado los test para las residencias, con lo que se tienen que suspender las visitas, y en los que sí que han llegado, las visitas tienen que ser más cortas, a causa del tiempo de espera de la prueba. Mientras los centros piden un plan de reapertura, los colegios profesionales de médicos y enfermeras piden imponer un confinamiento más estricto ante el avance de la pandemia: “La situación sanitaria roza el colapso y empeorará”, avisan.

Con los equipos de trabajadores agotados, la irrupción de la tercera ola no ayuda: los casos llegaron a doblarse desde las vacaciones navideñas. Según los datos del Departameto de Salud, la tasa de positivos confirmados en las residencias es de 1.195, mientras que antes de Navidad era de 764. En la semana de después de Reyes se llegó hasta los 1.528. La incidencia acumulada del virus en los últimos 14 días es de 2.723 casos por cada 100.000 habitantes (en el conjunto de la población catalana es de 682). La velocidad de contagio (Rt) está en 0,92, y el porcentaje de positividad obtenido en las pruebas diagnósticas realizadas es del 3,88%.

La situación ha mejorado algo desde Reyes y todavía no se ha llegado al pico de contagios que se sufrió en la segunda ola, pero los índices están altos, lo que muestra que las residencias no son ajenas al comportamiento del virus en la comunidad, y lo que enciende una vez más la alerta por un colectivo muy vulnerable.

“Estamos notando un aumento de contagios, la gran pena que tenemos es que la primera dosis de la vacuna ha llegado, pero la segunda todavía no, por eso está entrando”, lamenta Cinta Pascual, presidenta de la patronal de residencias, ACRA. 47.653 ancianos ya están vacunados con la primera dosis, y 4.434 con la segunda. Actualmente, de los 1.045 centros que hay en Cataluña, 137 (un 13%) tiene brotes descontrolados de covid 19; 119 (un 11%) tiene casos pero están controlados; y el resto, el 75% del total, está libre de virus. Siete residencias tienen la gestión intervenida por la Generalitat.

Una de las afectadas es la madre de Inma Vilanova. Es una residente de 85 años que lleva 15 viviendo en el centro Las Angélicas, gestionado por monjas, en Barcelona. “En la primera ola, se llevó a la perfección, hubo algunos casos positivos, pero se trasladaban a hoteles medicalizados”, explica la hija. “En esta tercera ola, empezó a haber casos, y la Generalitat dijo que tenía que destinarse una planta del centro solo a usuarios con covid 19. Empezaron a mover a los usuarios pero sin tener los resultados de las pruebas, con lo que el virus se fue moviendo por la residencia. Ahora hay unos 70 positivos de un total de 100 residentes”, explica, con su madre en el hospital. Vilanova acusa a la Generalitat de no gestionar bien los aislamientos en los centros y de no proporcionar alternativas: “Se utilizan las residencias como si fuesen hospitales, pero no lo son, y lo pagan los residentes y los trabajadores, que están agotados”.</CW>

La velocidad de transmisión cae en el área de Barcelona

El reto para mantener a la baja el número de contagios por la covid es que la velocidad de transmisión del virus (el índice RT) se sitúe por debajo de uno. Tras varias semanas con una cifra elevada, la ciudad de Barcelona logró ayer bajar a 0,99, lo que supone que cada 100 positivos por la covid contaminan a 99 personas. En el área metropolitana, el índice RT és aún mejor: 0,91 para la zona norte (Barcelonès Nord, Maresme y las dos comarcas del Vallès) y 0,89 para la zona sur (Barcelonès Sud Baix Llobregat, Alt Penedès y Garraf). La velocidad de transmisión del virus media en Cataluña es 0,92. La Generalitat comunicó ayer 2.778 contagios por covid-19 nuevos respecto al sábado, lo que eleva la cifra de casos acumulados a 481.973. La cifra total de fallecidos en Cataluña se sitúa en 18.557, tres más de los registrados el sábado. La cifra de pacientes ingresados en centros hospitalarios se sitúa en 2.958 —72 más que el sábado— de los que 675 se encontraban ayer ingresados en UCIs, 16 más que el sábado.

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