“Este año hacer el Escena Poblenou era necesario e imprescindible”
La actriz, directora y autora Ada Vilaró, responsable del festival de artes escénicas que se celebra hasta el domingo en este barrio barcelonés, pide que el público salga de casa con seguridad
No es la mejor situación social, ni económica, ni siquiera ambiental para celebrar un festival de artes escénicas y muchas, de calle. Pero los responsables de Escena Poblenou en ningún momento han dudado de que se celebraría. “A pesar de los pesares, ya en marzo teníamos decidido que lo haríamos por una sencilla razón: es necesario e imprescindible, es una obligación, una responsabilidad hacia la ciudadanía, hacia el otro”, explica la directora, Ada Vilaró.
La 19ª edición de Escena Poblenou, por lo tanto, se celebra entre este jueves y el domingo en el barrio barcelonés con 18 espectáculos, 12 de ellos estrenos, y tres talleres, respetando todas las medidas sanitarias establecidas y centrándose en los tres ejes que configuran el ADN del festival: el apoyo a la creación, la importante presencia de mujeres creadoras (el 80% de la programación son obras dirigidas por mujeres) y la reivindicación del espacio público. Desde espectáculos de calle hasta obras en proceso de creación (dentro del proyecto Embrions), podremos ver propuestas arriesgadas, críticas o descaradas tan diversas como Cabaret Punk, de Maria Stoyanova, Trilogía de Naxos, escrita y dirigida por Brigitte Vasallo, o Conversando cono Cecilia, de Lídia Pujol, sobre textos de la cantautora desaparecida (en colaboración con Sala Beckett).
La presencia de la gente es capital en estos tipos de espectáculos. “El teatro de calle se alimenta de la espontaneidad de quien pasa”, dice Vilaró. “Pero cumplimos todas las medidas de seguridad, el teatro es un lugar muy seguro, por eso pedimos a la gente que salga de casa, protegida, pero que salga, porque si nos dejamos robar el hecho de encontrarnos, enfermaremos en vida”, advierte la directora, que volvió la semana pasada a Barcelona después de representar en Canarias su último espectáculo, 360 gramos, que estrenó a la Beckett y que podremos ver esta temporada a el Escenari Brossa. “El teatro cura mucho y es más necesario todavía en esta situación de confinamiento porque crea una comunión entre artistas y público que nos sube el ánimo”.
Ada Vilaró habla desde el conocimiento de la situación: “Muchas compañías han suspendido todas sus giras o han tenido que modificar sus espectáculos. La normativa covid ha entrado en su dramaturgia y han tenido que cambiar cosas. Ayer hacíamos ya el plan Z, y nos inventaremos más letras si conviene. Tenemos que ir surfeando con la ola que viene”.
“Yo sé que este año vendrá menos gente al festival, no sería realista negarlo. Pero ahora mismo, lo importante es hacerlo. Si vienen seis, lo haremos para seis, porque el ritual de las artes escénicas se tiene que mantener. No escondo, sin embargo, que mi optimismo nace del miedo: me da tanto pánico que me aplaste, que salgo adelante convencida”.
Un poco de sana locura
Y, para hacerlo, reclama un poco de locura. “Es muy necesaria porque nos hace soñar. Cada día tenemos que desayunar un poco de sana locura para no creernos muchas cosas que nos cuentan y escucharnos más a nosotros mismos”, explica. “Tenemos que confiar más en nuestra intuición y apostar por nuestros sueños, tenemos que ser adultos con esta mirada de niños y de niñas, como decía Joan Miró”.
En el festival encontramos esta dosis de sana locura en el espectáculo de Maria Stoyanova: “Ha puesto el foco en estas pequeñas cosas de cada día que nos cuelan y que asumimos, pero que son mantras negativos, que se repiten y nos adormecen. Pues tenemos que cuestionar y decidir si las queremos o si no las dejamos entrar”. De momento, en el festival Escena Poblenou la idea está muy clara: que no entre el virus. “Será una manera de demostrar que la cultura es segura”, concluye Vilaró.
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