Torra se despide con un pequeño baño de masas sin distancias de seguridad

Ya sea por el temor al coronavirus o por el desencanto de buena parte de las bases independentistas con la actual situación política Quim Torra no tuvo ayer la despedida en las calles que algunos dirigentes del secesionismo habían augurado. La normalidad fue la tónica en las calles de Barcelona en un día que los Mossos d’Esquadra tenían marcado en rojo en el calendario. Torra sí tuvo su pequeño baño de masas al salir del Palau de la Generalitat. Unos pocos centenares de personas lo acompañaron en la plaza sin respetar las distancias de seguridad. Los CDR, por su parte se concentraron en el Parque de la Ciutadella.

Torra realizó a las siete de la tarde una declaración en la galería gótica del Palau de la Generalitat acompañado de los consejeros de su gobierno compuesto por miembros de Junts y de ERC. El discurso fue emitido en directo por la televisión catalana y, como siempre desde que comenzó la pandemia, lo hizo en un atril en el que aparecía escrito el mensaje “distancia, manos, mascarilla”. Un eslogan que la Generalitat quiere grabar a fuego a la población para poner cerco a la pandemia. Tras el discurso, Torra abandonó el Palau por la puerta principal y salió a la plaza de Santa Jaume justo en el momento en que las entidades independentistas habían convocado una concentración en protesta por su inhabilitación. A pesar de concentrarse centenares de personas, la protesta no logró llenar la céntrica plaza.

Justo en la puerta del Palau, acompañado de su esposa, los consejeros de su gobierno y los líderes de las entidades independentistas, Torra volvió a desplegar la pancarta con el lema “libertad presos políticos y exiliados” que le ha llevado a la inhabilitación. Los centenares de concentrados comenzaron a gritar consignas en favor de Torra al ver la lona. Y por primera vez se escuchó: “Torra es nuestro presidente”. También hubo proclamas a favor del referéndum del 1 de octubre y los concentrados recordaron los altercados postsentecia del procés en la plaza de Urquinaona, hace poco menos de un año. Algunos de los asistentes exigieron “lealtad” a gritos a los miembros del gobierno de ERC.

Torra se dio junto a su esposa un baño de multitudes al atravesar la plaza a pie y saludar a los congregados. El president inhabilitado recorrió la calle entre la multitud y una avalancha de fotógrafos hasta llegar a Via Laietana, donde le esperaba el vehículo oficial. El president se dejó querer por la multitud pese a que desde el viernes la Generalitat no permite las reuniones de más de media docena de personas.

Tras despedir a Torra, los concentrados continuaron andando hasta la Jefatura de la Policía Nacional de Vía Laietana. Allí, varias furgonetas de Mossos y Policía Nacional diseñaron una línea policial que los manifestantes no cruzaron en ningún momento.

A las 19.30 los autoproclamados Comités de Defensa de la República (CDR) se concentraron en los Jardinets de Gràcia donde un millar de personas iniciaron una marcha que les llevó a la confluencia de la Calle Mallorca con la calle Bruc delante de la Delegación del Gobierno. Algunos activistas gritaron consignas contra España y lanzaron varias caretas de cerdos a la línea policial. Los CDR recorrieron varios puntos de la ciudad.

En Girona, un millar de personas se manifestaron por las principales calles de la ciudad. Al igual que en Barcelona, los miembros de CDR lanzaron esta vez bolsas llenas de basura contra la línea policial de la subdelegación del Gobierno, donde quemaron una bandera española, informa Marta Rodríguez.