Detenidos dos supremacistas blancos que querían crear una ‘milicia rural’ en Lleida
Los arrestados, que alababan a terroristas como Unabomber, Breivik o Tarrant, incitaban a una “guerra racial”
En una gran finca de La Pobla de Cèrvoles, un pueblo de Lleida de apenas 200 habitantes, dos hombres de 30 años que habían trabado amistad en Internet decidieron encerrarse en dos masías, una de madera y otra de piedra, y pasar allí el confinamiento. Sería su pequeña comunidad, su lugar aislado para empezar a construir una “milicia” en un “ambiente rural” para las “guerras raciales” contra la población “no blanca”.
Los Mossos y la Guardia Civil los detuvieron el 11 de septiembre, justo antes de que uno de ellos pudiese drogar y abusar de una mujer con la que había quedado en El Campello (Alicante), adonde regresó para pasar el verano. “Estaban radicalizados; hablaban de cometer acciones terroristas”, explica un inspector de los Mossos que ha llevado el caso. “Se interesaban en conseguir armas y debatían sobre posibles objetivos de forma genérica”, añade.
Sus planes racistas y en contra de cualquier minoría empezaron mucho antes. En noviembre de 2018, publicaron en la web burbuja.info, donde aún sigue, un manifiesto titulado Iron pill y un proyecto de vida heroico. Los Mossos lo descubrieron en abril de 2019, tras lo que abrieron la investigación. Había sido colgado por uno de los dos detenidos con el sobrenombre de Licurgo, legislador de la antigua Esparta.
En tres páginas, defendían la violencia contra las minorías y animaban a la población a tomar la “pastilla de hierro” y “pasar a la acción” para plantar cara a las “hordas extranjeras” cuando “tengan lugar los conflictos raciales”. Para ello, decían necesitar a “europeos blancos y con ánimo vitalista en un ambiente rural donde establecer una comunidad (similar a una milicia)” en un “proyecto de vida digno y heroico”. A los interesados les pedían que les enviasen un mensaje privado.
Pero hasta ahora en la casa solo residían ellos dos. “Llevaban una forma de vida muy austera y autogestionada”, explica dicho inspector. Intentaban hacer casi todo ellos, incluido el sistema de duchas, y cultivaban marihuana. “Solo salían para comprar y tirar la basura”. Emulaban en parte al terrorista estadounidense Theodore Kaczynski, más conocido como Unabomber, quien entre 1978 y 1995 envió 16 cartas bomba a universidades y aerolíneas, y mató a tres personas. “Se definían como ecofascistas”, añade el agente.
Unabomber y los terroristas supremacistas blancos Anders Behring Breivik, autor de la matanza en 2011 de 77 personas en Oslo y Utoya, y Brenton Tarrant, que asesinó a 51 musulmanes en Nueva Zelanda en 2019, eran elogiados en cuatro foros que la policía acusa a ambos de crear y gestionar en la aplicación de mensajería instantánea Telegram. Dos eran públicos: Iron Pills, con 789 seguidores en la actualidad, y Filosofía de las armas, ya dado de baja, que tenía un centenar de miembros. También contaban con otros dos privados: Armas Esp, con 160 seguidores, y Magna Europa, con 60. En Iron Pills difundían su manifiesto. En Filosofía de las armas “compartían manuales de creación de armas con objetos cotidianos de casa, manuales de explosivos...”, indica el investigador. En los dos privados, “se incitaba al odio, había enaltecimiento del terrorismo racista, por orientación sexual, misógino...”.
Los detenidos eligieron La Pobla de Cèrvoles al estar apartada, pero ninguno es de la zona. Españoles, uno con doble nacionalidad de un país americano, vivían en ciudades que querían abandonar. Sin estudios universitarios, eran “muy leídos” en materias que alimentaban su teoría de la “conspiración mundial para sustituir la raza blanca”. En los registros, los Mossos hallaron ejemplares de Raza y destino, atribuido a Hitler; El supremacismo judío. El poder judío en la sombra, de David Duke, fundador de una rama del Ku Klux Klan, o La seta venenosa, un cuento antisemita del virulento propagandista nazi Julius Streicher. Ambos están en libertad, acusados de delito de odio, tráfico de drogas e intento de abuso sexual. Cada 15 días deben comparecer en el juzgado. Los Mossos no descartan más detenciones.
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