Los hoteles de Barcelona se enzarzan en una guerra de precios por la caída de clientes que hunde las tarifas un 51%
El cierre de uno de cada tres hoteles por la crisis no compensa la caída de pernoctaciones
La pandemia ha sumido en una severa crisis a los hoteles, forzados a asumir drásticas decisiones para afrontar la caída de clientes que ha forzado la covid-19, que ha cortado en seco tanto los viajes. En Barcelona, los operadores abrieron en julio menos de un tercio de los hoteles existentes (117) hace un año. Esa medida no ha servido para mejorar la ocupación y para conseguir un mínimo de ingresos y los establecimientos se han enzarzado en una guerra de precios que ha hundido a la mitad (una rebaja del 51%) la tarifa media existente en el verano de 2019. Esos descuentos han permitido que una habitación cueste ahora 79 euros de promedio.
El Gremio de Hoteles de Barcelona ha denunciado esta semana la severa caída de la actividad turística en Barcelona, que habría tocado un suelo del 10% respecto a lo que es habitual. Las estadísticas recabadas por la organización el pasado julio, con base en encuestas a los operadores y a las que ha tenido acceso EL PAÍS, reflejan la escasez de turistas visible durante todo el verano en la ciudad.
Ni tan solo el cierre de establecimientos para reducir la oferta de camas (431 hoteles abiertos en 2019 y 117 en 2020) con el objetivo de reducir costes fijos han permitido a los empresarios hoteleros alcanzar ocupaciones aceptables para aquellos proyectos nuevos que afrontan todavía la parte más dura de la inversión.
La ocupación media se situó en julio en el 29,6% y la situación ha desembocado en otra anomalía estadística: los hoteles de cinco estrellas son los que presentan porcentajes más altos (45,81%, aunque hace un año era del 86%) que el resto de categorías. Esa aberración tiene diferentes orígenes: las clases más pudientes mantienen más alto el gasto y aquellos clientes de rentas más bajas que han apostado por hacer turismo urbano han podido entrar en esos hoteles de lujo a causa de la rebaja de tarifas que han tenido que aplicar.
Y habría un tercer motivo. Pese a cerrar establecimientos, algunas cadenas han decidido no sacarlos de los buscadores de hoteles de internet para que no pierdan posicionamiento —y la inversión que cuesta conseguirlo—, de forma que cuando un cliente contrataba una habitación, después se le ofrecía un upgrading: una habitación en un establecimiento de categoría superior de la misma compañía que sí esté abierto.
Si una habitación de cinco estrellas costaba hace un año 324 euros, ahora se puede contratar por 150 euros (de promedio, lo que supone que se pueden hallar precios más bajos), “y en algunas ocasiones con el almuerzo incluido”, señala un asesor hotelero. Las habitaciones de cuatro estrellas se han ofertado de promedio por 83 euros (140 euros hace un año) y las de tres a 57,6 euros (113,6 euros en 2019).
Sin cambios hasta final de año
“El problema es que esta situación continuará como mínimo hasta diciembre. Ahora mismo para los hoteleros el hito es la celebración del Mobile World Congress”, señala Manel Casals, director general del Gremio de Hoteles. Desde que se celebra el salón de móviles en Barcelona, el evento era habitualmente para los hoteleros una suerte de agosto, con plena ocupación durante una semana y tarifas anormalmente altas en comparación con el resto del año. Este año el evento apunta a ser solo un alivio, a la espera de conocer la cifra de visitantes definitiva, porque hay multinacionales que recelan del momento para dejar viajar a sus empleados por el riesgo de la pandemia.
En todo caso, la combinación de baja ocupación y tarifas recortadas hasta el extremo han llevado las rentabilidades hoteleras a mínimos históricos. El RevPAR, el parámetro que sirve para medir el ingreso por habitación disponible, se ha desplomado un 84% en cuestión de un año: 23,6 euros de promedio. El motivo de que los hoteleros reclamen prolongar las medidas paliativas tomadas para los afectados por la covid desde el estado de alarma.
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