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El independentismo usa la crisis para cargar contra el Estado

Torra fuerza un pleno extraordinario en el Parlament sobre la Corona, una idea que ERC comparte

Camilo S. Baquero
El 'president' Quim y  la consejera Meritxell Budó. En primer plano, el 'vicepresident' Aragonès y la consejera Capella.
El 'president' Quim y la consejera Meritxell Budó. En primer plano, el 'vicepresident' Aragonès y la consejera Capella.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

La decisión de Juan Carlos I de abandonar España en medio de las sospechas de corrupción y la participación del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos en las conversaciones con la Casa Real para la salida del rey emérito sirven como munición al independentismo catalán, siempre a la búsqueda de algún flanco de confrontación con el Estado. Quim Torra tiró de sus prerrogativas como president para pedir un pleno extraordinario en el Parlament sobre la situación de la Monarquía, y exigió la abdicación de Felipe VI por permitir la “huida” de su padre.

El independentismo, inmerso en una precampaña electoral no oficial y a la greña en el seno del Govern, tiene en la crítica a la Corona —y por extensión a todo el sistema construido sobre la Transición— un elemento cohesionador. Algo similar ocurrió la semana pasada con la decisión judicial de retirar el tercer grado penitenciario a los líderes del procés condenados por sedición. La decisión del monarca emérito de trasladarse fuera de España, aunque abierto a responder ante la justicia por las supuestas comisiones recibidas, le ofrece al secesionismo un nuevo campo de confrontación.

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El presidentno dudó ayer en calificar la salida de Juan Carlos I como “huida” o “fuga”, los términos que el independentismo critica que se utilicen en los casos del expresident Carles Puigdemont; la secretaria general de ERC, Marta Rovira, o la exdiputada de la CUP Anna Gabriel. “Hablamos de alguien que se declara prófugo de la justicia en un comunicado de la Casa Real”, sostuvo Torra, que también lamentó que Felipe VI no dé las explicaciones correspondientes y que el Gobierno no muestre ejemplaridad “en su lucha contra la corrupción”.

Torra aprovechó la coyuntura en dos flancos. Por un lado, para justificar su ausencia en la reunión de presidentes autonómicos en La Rioja, el pasado viernes, donde se habló del reparto de los fondos europeos para atender la crisis del coronavirus. El president calificó el encuentro, al que asistió el Rey, de propaganda “para blanquear a la Monarquía”.

Por otro lado, aprovechó para subir los decibelios de sus constantes críticas a la Corona. Haciendo uso de sus prerrogativas, solicitó la celebración de una sesión extraordinaria del pleno del Parlament. La convocatoria formal recae en el presidente de la Cámara, el republicano Roger Torrent. Fuentes de ERC aseguran que no habrá ningún impedimento. La sesión aún no tiene fecha.

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Durante estos dos días, el partido presidido por Oriol Junqueras no ha dudado en exhibir todo su pedigrí republicano. El grupo de ERC en el Congreso, junto con EH Bildu, pidió la comparecencia de la vicepresidenta Carmen Calvo para informar de su papel “en la huida del Rey emérito”. También solicitaron que comparezca la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, para que dé cuenta de la actuación del ministerio público ante “la supuesta corrupción en el entorno de la Familia Real”.

El independentismo tiene en el punto de mira a Felipe VI tras su discurso del 3 de octubre de 2017, después del referéndum prohibido por el Tribunal Constitucional. Según los secesionistas, el jefe del Estado tomó parte y validó la actuación de la Guardia Civil y la Policía Nacional para tratar de impedir las votaciones. Torra intenta evitar al Rey, aunque ha coincidido con él en algunas citas como las inauguraciones de los Juegos del Mediterráneo, en Tarragona, o del Congreso de los Móviles, en Barcelona. “Los catalanes no tienen Rey”, dijo ayer, tras recordar el poco apoyo en la comunidad a esa institución. De acuerdo con el Centro de Estudios de Opinión —el CIS catalán—, solo recibe un 2,1, en una escala de confianza del 0 al 10.

Torra no reveló si es partidario de que se vote en el pleno una resolución que pida la abdicación de Felipe VI. El president se unió a la solicitud de que Calvo explique su papel en la decisión de Juan Carlos I y calificó a Unidas Podemos y a los comunes de “cómplices de la huida”. De hecho, su intención es que la difícil posición de los de Ada Colau quede reflejada en lo que votan en el Parlament y lo que hacen en el Gobierno.

La Cámara catalana, el pasado 21 de julio, ya pidió la abdicación de Felipe VI, con el voto contrario del PSC, PP y Ciudadanos. La petición, “por salud democrática”, estaba dentro de las conclusiones de la comisión de investigación sobre la aplicación del 155. Los comunes votaron a favor.

Reunión con Sánchez

Por otra parte, el presidente catalán ha insistido en su idea de tener una reunión bilateral con el propio Sánchez para decidir el reparto de los fondos europeos. Torra ha remarcado que a Cataluña le corresponden 31.000 millones de euros por su peso demográfico y por ser uno de los tractores de la economía española. Con todo no se ha cerrado a otros encuentros “de trabajo” y no “más fotografías”, como ha calificado la reunión en San Millán de la Cogolla de la semana pasada. Torra no ha explicado si llevará una propuesta propia de relajación del déficit más ambiciosa que la inicial (del 1%) después de conocer el acuerdo al que llegó Sánchez con el Gobierno vasco. “No queremos más imposiciones o administraciones centralizadas que quieren quedarse con el dinero. Los recursos europeos no son del Gobierno, son de la gente. No queremos que se haga uso político de ellos”, ha apostillado Torra.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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