_
_
_
_

El Anoia estudiará el efecto del aislamiento en la salud mental

El trabajo extraerá los datos de la Conca d'Òdena, donde hubo un confinamiento más largo, para ver los efectos que tuvo

Una calle del centro de Igualada en abril.
rubén lucia
Mar Rocabert Maltas

El aislamiento por la pandemia de coronavirus ha hecho mella en la salud mental. Un grupo de investigadores multidisciplinares de la Fundación Sanitaria de Igualada estudiarán cómo ha afectado a los vecinos de la comarca del Anoia (Barcelona) y especialmente a los de la Conca d'Òdena, la primera región española en ser confinada tras detectarse un brote en el Hospital de Igualada. Daniel Vega, investigador que lidera el trabajo, cuenta que el objetivo “es entender la situación para implementar estrategias de actuación” en el caso de nuevos rebrotes, que tengan en cuenta a las personas más vulnerables.

Más información
“Colapsamos. No podíamos recibir más pacientes”
Salud admite que el brote de Igualada se ha extendido fuera de la Conca d’Òdena

Sin duda el confinamiento tan drástico ha tenido un impacto sobre la salud mental de muchas personas”, dice Vega, investigador del Consorcio Sanitario del Anoia, de la Fundación Sanitaria de Igualada y del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona. Por ello, defiende que en el futuro se deberían “identificar los colectivos más vulnerables para actuar de forma preventiva y evitar que tenga un impacto tan grave en su salud mental”. Es decir, diseñar nuevas intervenciones terapéuticas y adaptar algunas ya existentes, para ayudar a aquellas personas que sufren un trastorno mental o están en riesgo de sufrirlo. Todo el mundo puede sufrir las consecuencias del confinamiento, pero las personas con problemas de salud mental previos, todavía más. El estudio también medirá la incidencia en los profesionales sanitarios, que en esta región fue muy elevado.

Una de las preocupaciones de los investigadores es que los síntomas de ansiedad, depresión o estrés postraumático que han crecido durante este tiempo de privación de movimientos deriven en problemas de salud mental persistentes. Esto ya se ha observado en China, especialmente en Wuhan, relata Vega, donde los trastornos mentales podrían haberse multiplicado por dos o casi tres durante la crisis del coronavirus. “Las relaciones sociales son necesarias para el bienestar psicológico y la regulación emocional”, afirma Vega.

El estudio abarcará toda la comarca del Anoia pero extraerá los datos de la población de la Conca d'Òdena, para comprobar si el confinamiento más largo que sufrió su población, que durante unas semanas fue la que más mortalidad tuvo por habitante en Europa, ha tenido un impacto todavía peor. El trabajo consiste en un cuestionario on line, con preguntas sobre el estado emocional de las personas durante el confinamiento y las experiencias por las que pasaron, si sufrieron la enfermedad, muertes cercanas o un aislamiento más estricto por ser sospechosos o infectados.

No se quiere evaluar solo el momento del confinamiento, sino ir más allá y comprobar el estado de salud de los participantes, tres meses después. No solo para ver si persisten las patologías del momento más duro de la pandemia, sino también conocer cómo se encuentran pasado ese tiempo, cuando quizás salgan problemas derivados de la crisis económica y laboral que ha traído el cierre de algunas actividades. Con el precedente de la crisis de 2008, se sabe que tuvo un impacto negativo en la salud mental, cuenta Vega, e incluso hubo un aumento de la tasa de suicidios, algo que se está viendo ahora.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Para llevarlo a cabo, la Fundación Sanitaria de Igualada ha iniciado una campaña de crowdfunding a través de la plataforma Precipita, de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. A partir de la semana que viene, lanzarán las encuestas por mensajería de móvil, y los participantes deberán responder ahora y de aquí a tres meses. Los primeros resultados darán la foto actual, y los definitivos estarán a principios de 2021. Pero los plazos dependerán de la evolución del virus y de si hay nuevos confinamientos.

Las redes no sustituyen el contacto

El estudio también medirá el papel que juegan las redes sociales. Aunque pueda parecer que han ayudado a la gente a estar conectada y en parte es así, Vega también mantiene que “no compensan el aislamiento porque las personas necesitan contacto físico”. Existe evidencia previa que sugiere una asociación entre un mayor uso de redes sociales y una peor salud mental. Para ello, van a ver cómo se han usado en la red palabras como “depresión, suicidio o autolesión”. Además, se prestará especial interés en fenómenos como la ideación suicida o la autolesión. Vega afirma que lesionarse a uno mismo ha crecido en jóvenes los últimos años.

Información sobre el coronavirus

- Aquí puedes seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia

- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país

- Guía de actuación ante la enfermedad

- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Mar Rocabert Maltas
Es periodista de tendencias y cultura en la redacción de Cataluña y se encarga de la edición digital del Quadern. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la Agència Catalana de Notícies. Vive en Barcelona y es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_