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El Govern pide “bajar el ritmo” para reducir a un tercio el uso del transporte público por el coronavirus

La caída de la actividad se refleja en un descenso del 7% en el metro y de más del 8% en el tráfico

Josep Catà Figuls
Captura del vídeo enviado por Renfe donde se muestra el proceso de limpieza de los vagones de cercanías.
Captura del vídeo enviado por Renfe donde se muestra el proceso de limpieza de los vagones de cercanías.

La caída del turismo y de la actividad productiva a causa de la pandemia de coronavirus empieza a notarse en Barcelona, con las calles más vacías de lo habitual y las paradas de taxi llenas de conductores sin clientes. También el uso del transporte público y el tráfico han registrado un descenso. Las medidas anunciadas este jueves por el Govern, con el cierre de escuelas, institutos y universidades a partir de mañana, y con la recomendación del teletrabajo y la flexibilización de los turnos, ahondarán en esta reducción de la movilidad. El objetivo del gobierno catalán es recortar el uso del transporte público a un tercio del actual para minimizar el riesgo de contagio.

Tras la reunión extraordinaria del Consell Executiu, el gobierno que preside Quim Torra ha explicado que las medidas anunciadas tienen que reducir a un 30% el uso del transporte público. La oferta de transporte, sin embargo, no variará. La consejera de Presidencia, Meritxell Budó, ha admitido que “es muy difícil controlar y garantizar esta reducción” mientras el transporte público continúa con su actividad normal y en este sentido ha asegurado que el cierre de centros educativos, el teletrabajo y la flexibilización de turnos “son decisiones que implican una disminución de la movilidad, y esto pasa por reducir la actividad que tenemos como país”. “Tenemos que bajar el ritmo para poder tener un mayor control”, ha añadido la consejera de Salud, Alba Vergés.

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Las medidas emprendidas por el Govern y las empresas hasta ahora, así como la caída de la actividad turística, ya han impactado sobre la movilidad. Según Transpor

ts Metropolitans de Barcelona (TMB), los dos primeros días de esta semana registraron un descenso del 7% en el pasaje del transporte público, aunque TMB admite que, con las medidas anunciadas, en los próximos días aún se reducirá más. El tráfico en la ciudad también ha registrado un descenso: mientras el lunes y el martes la reducción fue de entre el 1% y el 2%, el miércoles la ciudad ya notó el parón: circularon el 8,9% menos de coches por el interior de Barcelona, y en los accesos se registró un descenso del 8,4%, muestra de la caída de actividad.

Los trabajadores de TMB deberán acudir a sus puestos de trabajo a excepción de los que presenten patologías que les hagan más sensibles a la infección de coronavirus, según ha informado la empresa de transporte en cumplimiento de las directrices de la Generalitat. El comité de empresa de TMB, sin embargo, ha acordado unas medidas para minimizar los riesgos de los empleados que sí acudan a trabajar: no se permitirá el acceso de los pasajeros por las puertas delanteras de los autobuses y los conductores no venderán ni revisarán billetes.

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También en el puerto de Barcelona a partir de mañana se registrará menos actividad. El Gobierno ha acordado este jueves la prohibición de entrada de buques de pasaje procedentes de Italia, y de cruceros de cualquier origen con destino a puertos españoles, hasta el 26 de marzo.

Uno de los colectivos más afectados es el del taxi. El descenso del turismo, que ya ha impactado en los hoteles de la ciudad, combinado con la cancelación del Mobile World Congress —que supuso la pérdida de un 30% de la facturación que el sector esperaba— ha alarmado a los taxistas. En un comunicado conjunto, los sindicatos del sector han lamentado que la crisis del coronavirus tiene “un impacto catastrófico” en su negocio y han reclamado al Institut Metropolità del Taxi que se implementen medidas de regulación de la oferta, para disminuirla y dar respuesta a una demanda menor. Ante la caída del negocio, algunas comunidades de taxistas, como los pakistaníes, el colectivo de taxistas extranjeros más grande de Barcelona y el que más aporta nuevos conductores en los exámenes, han decidido no comprar más licencias hasta que el negocio vuelva a su rentabilidad habitual. “La faena ha bajado mucho, y no es el momento de comprar licencias porque el mercado está asustado”, señala Syed Juanid, de la asociación Paktaxi. Luis Berbel, presidente del sindicato STAC, añade: “No hay gente por la calle, ha bajado mucho la actividad y las paradas están llenas, será un golpe fuerte para el sector”.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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