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El alcalde de Sevilla pierde la cuestión de confianza vinculada a la aprobación de los presupuestos

La oposición carga contra la gestión del regidor y destaca la debilidad de su mandato en minoría y su dependencia de los intereses de Moreno. Las cuentas se aprobarán en 30 días porque ningún partido presentará moción de confianza

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, durante la intervención de la portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Cristina Peláez (en pantalla), durante el pleno del ayuntamiento de Sevilla donde se ha sometido a una cuestión de confianza.
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, durante la intervención de la portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Cristina Peláez (en pantalla), durante el pleno del ayuntamiento de Sevilla donde se ha sometido a una cuestión de confianza.Raúl Caro (EFE)
Eva Saiz

No ha habido sorpresa ni en el fondo ni en las formas. Tal y como estaba previsto, el alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, ha perdido la cuestión de confianza vinculada a la aprobación de los presupuestos municipales de 2024, que presentó el pasado lunes cuando toda la oposición tumbó las cuentas. Este viernes, ha sucedido lo mismo y los tres grupos municipales que no gobiernan en el Ayuntamiento, PSOE, Vox y Con Podemos-IU han rechazado la vía, prevista en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), propuesta por el regidor. Tampoco se han salido del guion los portavoces a la hora de justificar sus posiciones: Sanz ha acusado al resto de formaciones de propiciar el bloqueo de la ciudad, haciendo primar sus intereses partidistas y ha aireado la socorrida “pinza PSOE-Vox”, insinuando que ambas formaciones estaban negociando una eventual moción de censura —pese a que todos han negado la mayor―; desde el PSOE se ha cuestionado la capacidad de diálogo y negociación del primer edil, abundando en su pobre gestión en lo que lleva de mandato, un argumento que también ha explotado Con Podemos-IU y Vox, que ha personalizado la debilidad de Sanz en su subordinación a los intereses políticos del presidente de la Junta y de su partido en Andalucía, Juan Manuel Moreno.

Sanz decidió rescatar su proyecto de presupuestos municipales de 2024, después de abandonarlo a principios de año por la falta de apoyos y optar por prorrogar las cuentas de 2023 diseñadas por el PSOE, para cortar el revuelo generado por la filtración de que el PP y Vox estaban negociando la entrada de los ultras en el gobierno hispalense. En el PP reconocen que los acuerdos con Vox les penalizan en las urnas y en vísperas de la campaña de las europeas, tanto la dirección de Génova como en San Telmo (sede de la Junta) reaccionaron negando categóricamente la existencia de una negociación. Optar por la cuestión de confianza —que implica la aprobación automática de los presupuestos si en 30 días no se presenta una moción de censura― era una forma rápida de cortar de raíz los posibles intentos del PSOE por señalar a Sevilla como ejemplo de los pactos entre las derechas, el eje principal de su argumentario electoral de cara al 9-J.

Pero la votación de este viernes no solo no ha servido para enterrar un futuro pacto con Vox, al contrario, ese fantasma no ha dejado de pasearse por el salón de plenos, sino que la derrota ha dejado en evidencia la fragilidad en la que queda el alcalde de la cuarta ciudad más importante de España. Porque, aunque desde el PP se ha insistido en vincular la cuestión de confianza exclusivamente a la aprobación de presupuestos, el debate se ha convertido en un escrutinio de la gestión del primer año de mandato del alcalde, cuyo aniversario se cumple la semana que viene.

Juan Manuel Moreno se cuela en el debate

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, junto al portavoz del grupo municipal, Juan Bueno, durante el debate de la cuestión de confianza.
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, junto al portavoz del grupo municipal, Juan Bueno, durante el debate de la cuestión de confianza.Raúl Caro (EFE)

El salón de plenos estaba inusualmente abarrotado —algo que pasa en contadas excepciones, como en una sesión de investidura―, mayoritariamente por público afín al PP. Entre ellos, la consejera de Desarrollo Educativo, Patricia del Pozo, el delegado de la Junta en Sevilla, Pedro Fernández, o el portavoz popular en el Parlamento autónomo, Toni Martín. Estaban allí para arropar al alcalde y despejar las dudas sobre el apoyo de Moreno, a quien se señala como uno de los principales responsables de que el acuerdo con Vox en el Ayuntamiento no acabara fraguando. Y esa debilidad orgánica también la han explotado desde la oposición en el debate, especialmente Vox, que ha hecho del presidente de la Junta un protagonista inesperado: “Usted lleva diciendo en público, que no en privado, que no va a pactar con Vox, cuando ese es el mensaje que le han mandado las urnas […] Reconozca que tienen a este Ayuntamiento y a los sevillanos sometidos a los intereses políticos de Moreno Bonilla”, le ha espetado Peláez, que ha centrado su discurso en ese tutelaje del líder del PP andaluz. “Es una sucursal de San Telmo y de Génova”, ha lanzado también Muñoz.

“Usted ha salido debilitado. Su gobierno no convence, qué hubiera sido de su primer año de mandato sin la confianza que le ha dado el PSOE”, le ha cuestionado el portavoz socialista y exalcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, que ha hecho un repaso de las modificaciones presupuestarias y otras medidas en las que ha recibido el apoyo de su partido, para rebatir el argumento de la pinza y el bloqueo que ha esgrimido Sanz “¿Qué confianza ha generado el alcalde en un año, un alcalde que gobierna a golpe de ocurrencias?”, le ha preguntado Cristina Peláez por parte de Vox, que ha puesto como ejemplos la propuesta de pagar para acceder a la Plaza de España, la defensa de la tasa turística, para después echarse atrás cuando la Junta la rechazó de plano, o la polémica a cuenta del Festival de Cine Europeo. “Tendrá usted presupuestos, pero esto no oculta su incapacidad de gobernar”, le ha recriminado Susana Horrillo, portavoz de Con Podemos-IU.

La cuestión de confianza se ha convertido en una herramienta para blindar temporalmente a gobiernos en minoría. Entre los casos que la LOREG recoge para presentarla, se encuentra específicamente la aprobación del presupuesto, y también es este supuesto el único que permite al alcalde mantenerse en su cargo y no tener que cesar automáticamente y gobernar en funciones si no prospera. A partir de aquí se abre el plazo de un mes para que los partidos de oposición presenten una moción de censura, algo que en el caso de Sevilla es inviable porque tanto PSOE, como Vox y Con Podemos-IU, han confirmado que no harán, negando, de nuevo la pinza, que les atribuye el PP. Pasado este tiempo, el alcalde quedaría reafirmado y las cuentas municipales automáticamente aprobadas.

Menos de cinco meses para ejecutar las cuentas

En el caso de Sevilla esto implica que los presupuestos de 2024 se aprobarían automáticamente el 7 de julio. A partir de aquí se publicaría en el Boletín Oficial del la Provincia y se abriría el plazo de 15 días para hacer alegaciones. Si no se hicieran, las cuentas entrarían en vigor de forma automática en ese momento, es decir a finales de julio. Si las hubiera, se tendría que celebrar un pleno extraordinario a principios de agoto, retrasando aún más el tiempo para poder empezar a ejecutarlo. “Diga la verdad del barquero, cuánto tiempo va a tener para ejecutar los presupuestos”, le ha recordado Muñoz a Sanz.

Precisamente el argumento del tiempo es, junto con la pinza, el único en el que se ha enrocado el alcalde hispalense para defender la decisión de presentar la cuestión de confianza, una situación inédita en este Ayuntamiento, donde hasta hoy, todos los alcaldes que han gobernado en minoría, de cualquier signo político, han gobernado pactando las cuentas o con presupuestos prorrogados. “Tienen la posibilidad de conseguir que esta ciudad tenga presupuesto o hacerle perder 30 días”, ha conminado Sanz a la oposición antes de votar la moción. “Hoy sale la pinza más fortalecida que nunca. Ya han avanzado que la situación de bloqueo será mucho peor”, ha asegurado después, en la intervención que ha cerrado la sesión.

Mandato incierto

El hecho es que todos los partidos le han ofrecido alternativas. “Hoy se ha producido su derrota, no puede seguir con la misma política”, le ha señalado Muñoz; “No puede actuar como si no pasase nada. Tiene la oposición más constructiva, pero tiene que cambiar las firmas”, le ha advertido Ismael Sánchez, portavoz de Con Podemos-IU. La más clara ha sido la representante de Vox, que ha vuelto a lanzar su oferta de entrar en el gobierno. “Sea valiente y respete el mandato de las urnas”, la ha conminado Peláez.

Sanz ha ganado tiempo, pero no ha despejado la incertidumbre sobre la estabilidad de su mandato el próximo año. La cuestión de confianza es una baza que solo puede utilizar dos veces en sus cuatro años de gobierno y nunca en el último previo a las alecciones. Un escenario que vuelve a poner sobre la mesa la opción de llegar a un acuerdo con Vox que permita al alcalde poder sacar adelante alguna de sus promesas electorales varadas por su situación de minoría y que el final del ciclo electoral este domingo haría más plausible porque no hay votaciones a las que esa alianza pueda penalizar.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.
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