Andalucía ‘invita’ a los médicos de atención primaria a renunciar al tope de 35 pacientes al día
Los ciudadanos sufren peor calidad asistencial por la negativa del 20% de los facultativos a limitar el número de consultas
La maltrecha atención primaria en Andalucía tiene muy cuesta arriba mejorar y los pacientes no sienten la mejora de la calidad asistencial porque de momento arañar minutos al médico de cabecera es una quimera. A pesar del compromiso por escrito de la Junta andaluza para reducir a 35 pacientes por día para los médicos de cabecera y 25 pacientes diarios para los pediatras, por ahora las mejoras siguen en el aire. Este miércoles, el aumento de tiempo asistencial se ha alejado aún más en el horizonte al informar el Ejecutivo de que el 20% de los 8.282 facultativos andaluces de atención primaria han firmado la renuncia a ese tope de pacientes, de manera voluntaria como sostiene la Junta o coaccionados por los jefes, como denuncian los sindicatos. El resultado es el mismo: el pato lo pagan los ciudadanos.
“Las agendas se disparan hasta los 50 pacientes al día y lo normal son 45, aunque hay sitios que son un disparate, con 60 y 70 pacientes, y en Coria del Río han llegado a 100. Como nuestra demora en las citas es entre dos y tres semanas, el paciente llega con una lista de problemas para la que pretende atención. Son consultas bastante espesas”, lamenta una doctora de un centro de salud de Utrera (Sevilla) que exige anonimato porque tiene compañeros sancionados por hablar con la prensa sobre el colapso. “La calidad de la asistencia médica es imposible, el estrés profesional enorme y ese escrito para lograr la renuncia de los médicos al tope de pacientes es ridículo, un intermedio entre violencia institucional, acoso al trabajador y médicos que prefieren quedarse como están”, añade.
Esta facultativa explica que ante la falta de recursos, las direcciones de distritos sanitarios alegan que los servicios centrales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) imponen una estructura de avisos (visitas domiciliarias) que dificultan cumplir los horarios establecidos, por lo que los médicos a menudo prefieren gestionar sus pacientes y renunciar al tope, aun a costa de la calidad asistencial y de restar minutos a cada consulta de la mañana.
Ante este panorama asistencial que no mejora en la atención primaria, los pacientes pagan los platos rotos. “Mi última cita en el centro de salud Virgen del Castillo de Lebrija tardó 30 días, que es lo común, pero tardan hasta 40 días, como le pasó a mi mujer. Mi cita fue por un problema respiratorio, la primera fue presencial, pero la segunda telefónica. Tenemos cinco médicos y medio para los 27.000 vecinos que somos en Lebrija”, denuncia Benito Jiménez, que forma parte de la plataforma en defensa de la sanidad de esta localidad sevillana.
En esta última semana, por las ocho provincias han circulado escritos facilitados por las direcciones de los centros de salud a los médicos en los que estos renuncian al tope de 35 pacientes al que se comprometió la Junta con el Sindicato Médico Andaluz, y que hace un mes y medio aprobó en la mesa sectorial con el resto de sindicatos, aunque sin el voto de estos últimos. “Solicito autorización de la gerencia del área de gestión Sanitaria sur de Sevilla para no acogerme al pacto suscrito (…) en cuanto al número máximo de pacientes a ser citados en cada jornada de consulta programada”, reza el escrito distribuido en uno de los distritos de esta provincia.
Los sindicatos han cargado este miércoles contra la Junta porque el tope de 35 pacientes no es una medida voluntaria de los médicos, sino de obligado cumplimiento para que repercuta en la mejora asistencial de la precaria atención primaria, que no se ha recuperado tras el caos y saturación de la pandemia. “Superar la agenda de 35 pacientes implica una merma en la calidad asistencial y el que paga es el paciente. Las direcciones de distrito alternan el orden de las modalidades de consulta para hacer incómoda la agenda para el médico y que así renuncie. Hay médicos que prefieren ver 50 pacientes con tres minutos cada uno de ellos. Todo el mundo tiene la experiencia de que te atiendan dos minutos en consulta, pero eso no es medicina, son trámites burocráticos o soluciones para salir del paso”, critica Rafael Ojeda, del Sindicato Médico Andaluz en Sevilla.
José-Pelayo Galindo, responsable de Sanidad en CC OO Andalucía, ha censurado: “El acuerdo para limitar pacientes nunca ha sido voluntario, no aparece en el acuerdo de la última mesa sectorial y se tiene que cumplir sí o sí. Solo es voluntaria la continuidad asistencial [consultas médicas por las tardes]. Nosotros pedimos 30 pacientes de tope, pero no para que el médico esté mejor o peor, sino para que mejore la calidad asistencial”. Antonio Macías, de UGT, ha echado sal a las críticas: “El camarote de los hermanos Marx se queda corto con las actuaciones de la Consejería de Salud, que exige a los profesionales que renuncien a cumplir el acuerdo que ellos han firmado con los sindicatos. No se puede ser más lamentable o estar más desorientado. Alguien tendrá que poner cordura y en la Consejería hay gente poco apropiada para ello”.
En una comparecencia en el Parlamento andaluz, la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, ha admitido errores en el documento redactado por el SAS y distribuido entre los médicos para su renuncia a la medida: “Reconozco que la redacción de ese documento no es afortunada, pero se pretendía garantizar la libertad de los médicos que no querían hacer continuidad asistencial y querían seguir con su consulta y organizar su agenda con sus pacientes (…) A nosotros nos gusta la libertad y los acuerdos, pero los médicos no están obligados a cumplir los acuerdos (…) Aquí no obligamos a nada, hay libertad”, ha insistido. De momento, la Consejería elude dar una fecha para reducir las agendas a 35 pacientes y 25 en pediatría, tal y como firmó hace un mes. “Estamos trabajando en ello, pero primero tenemos que saber cuántos médicos van a limitar sus agendas para calcular las continuidades asistenciales”, alega una portavoz.
Este miércoles los facultativos de atención primaria estaban convocados a su segunda jornada de una huelga semanal indefinida iniciada hace una semana, con un seguimiento del 10% de la plantilla, según el Sindicato Médico Andaluz y que la Junta reduce a un 3%. “El colectivo médico no es muy dado a grandes movilizaciones”, ha afirmado Rafael Carrasco, presidente de dicho sindicato, informa Efe, “pero la huelga tiene suficiente impacto y creemos que sirve a nuestro objetivo, que es llamar la atención sobre la situación crítica de la atención primaria”.
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