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Los caseteros de la Feria de Abril se quedan solos en su petición de aplicar jornadas laborales de hasta 14 horas

Ni el Ministerio de Trabajo ni los sindicatos apoyan la ampliación de la jornada laboral que exige el sector, que podría desconvocar los paros esta misma semana

Operarios trabajando en el montaje de casetas de la Feria de Sevilla.
Operarios trabajando en el montaje de casetas de la Feria de Sevilla.PACO PUENTES (EL PAÍS)
Eva Saiz

Ni una nueva ola pandémica, ni el mal tiempo. La primera Feria de Abril de la nueva normalidad, después de dos años suspendida por la crisis sanitarias, se ha encontrado con un súbito imprevisto que amaga con reducir el horario de apertura de las casetas: el paro anunciado por los caseteros andaluces que reclaman un encaje excepcional en la reforma laboral para adaptarla a sus particulares condiciones de trabajo: contratos de una semana y por una jornada laboral de hasta 14 horas debido a la “especial disponibilidad de horarios” que requieren este tipo de eventos. Sus reivindicaciones, sin embargo, han sido recibidas con escepticismo, e incluso un frontal rechazo, por parte de sindicatos y del Ministerio de Trabajo, porque son incompatibles no solo con la nueva legislación, sino con el Estatuto de Trabajadores.

Después de su fuerte envite inicial, la Asociación de Empresarios de Hostelería de Feria de Andalucía, según ha podido conocer EL PAÍS, podrían deponer su anuncio de paro este miércoles. Un retroceso que el alcalde de Mairena del Alcor, la primera feria que se vería afectada por esa amenaza, da por hecho. “Han asegurado que todo va a volver a la normalidad”, ha señalado su regidor, Juan Manuel López, a este diario, en línea con las palabras del subdelegado del Gobierno de Sevilla, Carlos Toscano, que el lunes se reunió con el gremio. “No creo que haya ningún paro. He visto una actitud muy positiva y se han despejado dudas que tenían sobre la reforma laboral. “Lo estamos valorando, pero dependerá de cómo avancen el resto de negociaciones con las administraciones”, ha matizado a este diario David Martínez, el presidente de la organización, que este martes se reúne con el sindicato UGT.

“La reforma laboral no toca nada relativo a la jornada laboral y mucho menos al descanso. Eso sí, las leyes hay que cumplirlas en todos los sitios”, señaló a su vez esta mañana la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, “Las particularidades de contratación de este colectivo se pueden canalizar perfectamente a través de las modalidades contractuales recogidas en la reforma”, explica un portavoz del departamento que dirige Díaz. Una respuesta que también les trasladó el sindicato CC OO, cuando hace dos meses, los caseteros se reunieron con la organización obrera para plantearles que se sentían incómodos con la aplicación del nuevo marco normativo de la reforma laboral.

“Les presentamos las soluciones que se están aplicando a otras empresas que se dedican al catering en bautizos y eventos y que también se ven obligados a realizar contratos temporales”, explica José Antonio Frejo, secretario de Acción Sindical de la Federación de Servicios de CC OO Andalucía. La radiografía laboral de la plantilla de los caseteros, que mezcla trabajadores para el tiempo que dura una feria, una media de siete días, con la temporada, de seis a siete meses y en la que pueden trabajan en unas 20-22 ferias, utilizando parte del mismo personal en cada municipio, “les permitiría conjugar los contratos temporales de menos de 90 días, para los primeros casos, con los fijos discontinuos, en los segundos”, sostiene Frejo.

Descanso obligado de 12 horas

El problema sustancial radica en la duración de la jornada laboral y en el descanso de 12 horas entre una y otra. “Necesitamos que los horarios sean más flexibles, porque los horarios de atención al público son más prolongados. Si se limitan los contratos a ocho horas, tenemos que doblar la plantilla y para nosotros es inviable, económicamente y porque no encontramos personal cualificado”, explicaba Martín, a este diario el pasado jueves, cuando se anunciaron los paros. “La reforma laboral no ha modificado en ningún caso el régimen de la jornada laboral, que lleva décadas en el Estatuto de los Trabajadores”, señalan desde Trabajo.

“Lo de querer trabajar 14 o 15 horas, como piden, es inviable e innegociable porque la limitación de la jornada laboral se encuentra en el Estatuto, pero es que además está la obligación de mantener las 12 horas de descanso, un asunto que no tiene que ver con lo que se cobra, sino que afecta directamente a la salud laboral de las personas”, advierte Frejo. Desde UGT van un poco más allá y acusan a los caseteros de “intentar legalizar el ahorro ilegal que hasta ahora venían realizando para evitar sanciones o multas”, asegura Enrique Jiménez, secretario general de la Federación de Servicios de Movilidad y Consumo de UGT en Sevilla.

Economía sumergida

Jiménez hace alusión a la cultura de economía sumergida que rodea a las ferias andaluzas, donde ni los camareros, los limpiadores, los vigilantes, los chóferes de los carruajes o los músicos trabajan las horas que cotizan, si es que las cotizan. Una situación que ilustra Miguel López, nombre ficticio. “Suelo cogerme una semana de vacaciones coincidiendo con la Feria de Abril para trabajar como camarero. Es una forma de ganar en una semana mucho más de lo que gano en un mes en mi trabajo”. Tiene 35 años, trabaja ahora en una empresa de limpieza —otros años enlazaba contratos temporales― y lleva casi 15 años sirviendo mesas y jarras de rebujito en la feria, un empleo adicional de 10 días por el que percibe unos 1.300 euros. “Si cotizara igual no me saldría a cuenta trabajar una semana en una feria”, reconoce.

Cada Feria de Abril la Inspección de Trabajo pone en marcha una intensa campaña para combatir la economía irregular. “Además de personas sin dar de alta en la Seguridad Social o que compatibilizan la percepción del paro con un trabajo en la feria, lo que más encontramos son contratados a tiempo parcial que echan más horas de las habituales. Ese es el gran fraude”, explica José Antonio Amate, inspector de trabajo que se reunió con la Asociación de caseteros antes de la pandemia.

Los autónomos que trabajan en la hostelería de feria deberían acogerse a las condiciones del convenio colectivo provincial. De acuerdo con el de Sevilla, que ahora se está negociando, por nueve días trabajados a ocho horas —con las deducciones salariales pertinentes― un camarero percibiría 501,74 euros. A lo que habría que sumarle las cuatro horas extra diarias, el máximo permitido por ley, 630,36. En total, en una semana podría embolsarse 1.131 euros. “Eso es lo que dice la legislación. Los caseteros pagan un poquito más, entre 1.200 y 1.500 euros, pero no por ocho o 12 horas, sino por 14 que no se cotizan a la Seguridad Social. Ahí está el ahorro y ahí está lo que quieren obtener con la búsqueda de su régimen especial”, censura Jiménez.

Desde UGT y CC OO se ha invitado a los caseteros a que se sumen a las negociaciones para buscar acomodo a alguna de sus reivindicaciones con cláusulas en el convenio de hostelería, pero advierten que un convenio colectivo específico para ellos es inviable, como la ampliación de la jornada laboral. “Si para eso tienen que duplicar la plantilla, tendrán que hacerlo, como ocurre en otros locales de hostelería en Sevilla”, sostiene Frejo. “Si ofrecieran los dos días de descanso semanal y las 12 horas de reposo que marca la ley, seguro que no tenían problemas de escasez de demanda”, abunda Jiménez.

La asociación de hosteleros de feria aglutina a 120 autónomos que generan 10.000 empleos directos y alrededor de 40.000 indirectos, aportando una media anual de 5,5 millones de euros en cuotas a la Seguridad Social, según los datos aportados por la asociación. De momento, Martín no quiere concretar los avances en la negociación. Todo apunta a que el miércoles podría desconvocarse el paro, que de mantenerse en Sevilla afectaría al 75% de las 1.052 casetas de las ferias, con un horario de 12 a 3, aunque solo es obligatoria la hora del cierre.

“Hay que tener en cuenta que el salario mínimo interprofesional ha subido desde hace dos años y en medio han estado casi sin ingresar. Si ahora tienen que duplicar plantilla, el coste deberían imputárselo a los dueños de las casetas y no al trabajador”, señala Amate. “Es un período similar al de un supermercado y allí no están siempre los mismos trabajando todo el tiempo. Pero es mucho más barato tener a cinco o seis personas trabajando todo el día, que en distintos tramos horarios. Hay que desnormalizar esta situación”, apunta Jiménez.

Casetas con entilación en tiempos de covid

El Real de la Feria no es ajeno a las medidas de seguridad para prevenir los contagios de coronavirus. La mayoría de las casetas han instalado una doble cubierta para mejorar la ventilación en su interior. Se trata de una estructura que no altera la estética característica de la caseta, que se instala en la parte trasera, donde se ubican las cocinas y se acumulan los humos, pero también donde se reúnen las personas que se quedan en el interior, por estar al lado de la barra. Al encontrarse en la parte posterior, solo puede verse desde la trasera del toldo, por lo que apenas se aprecia cuando se pasea por las avenidas principales del recinto de Los Remedios. Además de las novedades dentro del real, el Ayuntamiento también va a decorar el centro de la ciudad, una iniciativa que se estrenó el año pasado para traer ‘aires de feria’ a la capital en su segundo año sin sus fiestas de primavera. Se repetirán los gallardetes en la Avenida de la Constitución, aunque no se recrearán los farolillos y las pañoletas frente al consistorio.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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