Ir al contenido
_
_
_
_

Castrocalbón, arrasado en verano por el fuego, denuncia ante la Fiscalía las “imprudencias” de la Junta de Castilla y León

El municipio critica la descoordinación y falta de medios y se apoya en el relato de varios agentes forestales, empleados autonómicos, y en que dos voluntarios murieron siguiendo órdenes del puesto de mando

Estado del paisaje desde la carretera que lleva a Castrocalbón en León
Juan Navarro

El Ayuntamiento de Castrocalbón (León, 910 habitantes) ha denunciando ante la Fiscalía las “imprudencias” de la Junta de Castilla y León (PP) durante los incendios de este verano, particularmente el que en agosto arrasó esta y otras localidades del sur de León tras saltar desde Molezuelas de la Carballeda (Zamora). El Consistorio (PSOE con votos del PP) se apoya en las quejas de varios agentes forestales, empleados autonómicos, atónitos por la gestión del Ejecutivo territorial, y responsabiliza a la Junta de que en ese incendio murieran también dos voluntarios, integrados en el operativo y cumpliendo órdenes del puesto de mando. La denuncia, a la que ha accedido EL PAÍS, censura que esas “imprudencias” fueron fatales: “De no haberse cometido, las gravísimas consecuencias de este incendio no habrían sido tales”. Ese fuego se considera el más grande de la historia de España con unas 32.000 hectáreas abrasadas.

La Fiscalía ya ha recibido el informe técnico, compuesto por las críticas de los trabajadores públicos, desgranando las posibles negligencias cometidas por la consejería de Medio Ambiente en su proceder ante las llamas, que castigaron especialmente Castrocalbón entre el 10 y el 13 de agosto y tardaron semanas en ser sometidas en todo su amplio perímetro. El Ayuntamiento, con los votos favorables de los cuatro ediles socialistas y dos del PP, por un conservador en contra, esgrime que los agentes medioambientales han manifestado su voluntad de declarar ante el Ministerio Público si se les reclama. Estos agentes han recopilado acciones consideradas incomprensibles como que el puesto de mando avanzado (PMA) se ubicó en un entorno sin cobertura y a 14 kilómetros de la zona más peliaguda, restándole eficiencia.

“Durante toda la mañana del día 11 vigilé el perímetro norte del incendio e intenté comunicarme con el PMA para que enviaran medios”, argumenta uno de los trabajadores en la denuncia, horas después de que entre bomberos y vecinos intentaran controlar el desmedido frente norte y reclamaran en vano más recursos para refrescar o apagar una lengua del foco ardiente. Apenas había comunicación al hallarse el PMA en un sitio sin línea, si bien más grave fue el 12 de agosto a mediodía, cuando los habitantes habían conseguido dominar parte del incendio con la ayuda de un helicóptero que tuvo que parar para repostar.

Los agentes pidieron remplazo para que “con dos o tres descargas” de agua desde las alturas pudiese extinguirse ese flanco pero no fueron atendidos y pronto sufrieron la reactivación que no lograron reducir “entre Felechares y Castrocalbón y al sur de Pinilla”, tan potente que la “lengua de fuego” saltó el río Eria, devastó ese entorno y al llegar a Quintana y Congosto atrapó a los dos voluntarios. “No está previsto enviar ningún medio a esa zona”, aseguran que respondieron los jefes. Un agente de los denunciantes avisó: “No sabéis la que vais a preparar hoy aquí como no enviéis medios, la vais a liar gordísima”. Acertó. Los dos hombres quemados se hallaban en una zona sin cobertura y, pese a los requerimientos, el PMA seguía plantado en unas áreas prácticamente incomunicadas.

Los dos fallecidos estaban juntos y primero murió uno y a las horas el segundo. Según admitió el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el primer difunto “se trata de una persona que estaba integrada en el operativo, que había aportado medios al operativo por lo que la directora de extinción del incendio le había asignado una tarea”. Lo mismo con su compañero, el otro voluntario víctima de que “dos lenguas de fuego se juntaron de forma sorpresiva y les atrapó el incendio”. Castrocalbón reprueba que se solicitaron más medios en varias ocasiones y que los existentes se marcharon porque sus trabajadores estaban rebasando con creces las horas de trabajo y no debían continuar más, aunque no fueron relevados.

Algún medio sí apareció, un coche de bomberos pero a medio servicio: “Venía sin el manguerista por lo que tuvieron que hacer de mangueristas algunos vecinos” y en el vehículo “no funcionaba la emisora de radio” pese a que el conductor afirmó que llevaba tiempo exigiendo el arreglo. Tampoco se escucharon las peticiones de incorporar medios aéreos y bulldozers para aplacar el avance del fuego. Uno de los agentes destaca que en un momento del descontrol llegó una técnica desde León y trató de atribuirle las funciones de director de extinción ante su conocimiento de la zona, algo que no le correspondía a él y menos porque se hallaba en día de descanso pese a su involucración con el pueblo.

Los denunciantes han incorporado varios mapas e imágenes donde marcan con flechas el recorrido de las llamas, de sur a norte, lamentando en palabras de los agentes forestales que en varias localidades, como han expuesto recurrentemente los vecinos, no había brigadistas para protegerlos: “Por lo que vi, al menos en los pueblos de Pinilla, Pobladura, Felechares, San Félix y Calzada entró el fuego sin que hubiera ningún medio de extinción para defenderlos, aparte de los vecinos que se negaron a ser evacuados”. “No puede concebirse que no se enviaran medios de extinción a defenderlos”, lo cual propicia más devastación y mayor riesgo de que los voluntarios sufran daños, mientras que los directores de extinción ni siquiera “tenían muy claro dónde se encontraba el frente del incendio”. El documento remitido a la Fiscalía añade otro clásico en estos y otros incendios: “En más de 24 horas de trabajo en el incendio [el puesto de mando] no proporcionaron avituallamiento”.

“Se cometieron muchas imprudencias que hicieron que este incendio alcanzara unas dimensiones jamás vistas en la historia de los incendios de España”, narra el escrito, de 13 páginas, recopilando que muchas peticiones de ayuda fueron ignoradas, que no hubo manera de cambiar de lugar el PMA para hacerlo más eficiente y que los bomberos no tenían comida. Además, añaden que en Castrocalbón, como otros tantos pueblos de los alrededores, hubo grandes daños materiales en viviendas, terrenos ganaderos o de cultivo, naves agrícolas o ganado desaparecido, pérdidas. Los residentes han criticado que la Junta, en su plan de ayudas, haya incluido 500 euros para todos los desalojados, algo difícil de comprobar fehacientemente, 5.500 para cada empresa o autónomo y cantidades variables para ganaderos o agricultores, lo cual creen escaso por el largo recorrido que tienen los efectos de los incendios sobre territorios como estos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_