Feijóo pone a Melilla como ejemplo de “convivencia entre culturas” mientras Vox presiona contra la inmigración en Valencia
La cúpula del PP celebra su reunión semanal en la ciudad autónoma


En el inicio de la semana decisiva para las negociaciones entre PP y Vox en la Comunidad Valenciana, Alberto Núñez Feijóo ha movido a toda la ejecutiva de su partido hasta Melilla para celebrar su reunión rutinaria de los lunes. La cita en la ciudad autónoma estaba planeada desde días y apuntaba a que el líder popular retomaría el discurso duro contra la inmigración, una bandera que ha tratado de arrebatar a la formación de Santiago Abascal durante los últimos meses. Y con quien ahora tiene que entenderse en Valencia para investir a un president tras la dimisión de Carlos Mazón. En un giro de guion, este lunes, Feijóo ha dulcificado su mensaje sobre los extranjeros y ha utilizado a Melilla como ejemplo de “convivencia” entre “culturas” y “religiones” en lugar de incidir en las propuestas más férreas de su plan sobre inmigración presentado el mes pasado. En paralelo, Vox presiona con postulados antiinmigración para ofrecer su apoyo a un candidato en Les Corts.
En su visita a Melilla, Feijóo ha presentado el “contrato” con la ciudad autónoma que Génova pondrá en marcha en caso de llegar a La Moncloa tras las elecciones generales, previstas para 2027. Ha sido durante el anuncio de ese compromiso cuando el jefe de la oposición ha ensalzado a la urbe melillense, de 90.000 habitantes, como paradigma de integración. “No se puede condenar a la periferia política a un territorio de la nación donde la convivencia entre culturas, entre religiones, y entre lenguas se construye todos los días”, ha dicho el líder del PP en un acto con simpatizantes del partido tras la reunión del comité de dirección. “Sois perfectamente el laboratorio donde inspirar las políticas de tolerancia en España”, ha añadido Feijóo. “Aquí se cumple la ley y, cuando se cumple la ley, se puede convivir”, ha señalado.
Pero el líder popular no ha dicho ni mu sobre su propuesta de elevar la exigencia cultural y lingüística para obtener la nacionalidad española o el visado por puntos anunciados a medidos de octubre, pese a que fuentes del PP habían adelantado que, en Melilla, Génova recuperaría las medidas más duras en materia de inmigración. Algo que finalmente no ha ocurrido. Sí ha reivindicado Feijóo en varias ocasiones la “españolidad” de Melilla y se ha comprometido a “europeizar” la ciudad autónoma. Además de percutir sobre su objetivo de un mayor control de fronteras en contraposición al Gobierno de Sánchez que “abandona” las mismas.
La intervención del líder del PP ha sucedido a la del presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda, que gobierna con mayoría absoluta tras recuperar el poder en las últimas elecciones regionales. Como su jefe, Imbroda también ha puesto el foco en el modelo “integrador” que supone Melilla frente a las políticas de Vox. “Hoy Melilla es foco de interés nacional, una ciudad de la paz e integradora”, ha proclamado el presidente de la ciudad autónoma. “Aquí no nos toleramos, nos respetamos. Se respeta al musulmán, al hindú, al gitano, a todos. Para estar en España hay que respetar todas las religiones. Quienes hacen un uso torticero de las religiones, no tienen perdón ni de Dios ni de los hombres. Contra estos, en frente”, ha añadido Imbroda en alusión velada a la formación ultra.
Para ensalzar la figura de Imbroda, “decano de todos los presidentes autonómicos del Partido Popular”, Feijóo ha hecho un polémico comentario. “Cada día estás mejor, no sé lo que te da tu familia ni lo que te da tu mujer, pero lo cierto y verdad es que cada día estás mejor”. El viaje a Melilla se ha producido un día después de la clausura del congreso del PP andaluz, en el que Feijóo insistió en pedir el voto útil para los populares frente a Vox sin hacer una mención expresa al partido. Lo hizo a menos de un mes de que arranque en Extremadura una campaña electoral a la que luego seguirán Castilla y León y Andalucía.
El líder del PP hace así equilibrios para erigirse frente a la formación de Abascal como la única posibilidad de batir a los socialistas en los ejecutivos autonómicos y central. Mientras, al mismo tiempo, el Partido Popular necesita de los ultras en Valencia, donde Feijóo defiende, por contra, una entente para dotar de “estabilidad” a la Generalitat y evitar así comicios adelantados. De ahí que haya suavizado el choque directo con el presidente de Vox en público. Sin embargo, a la vez, el jefe de la oposición no puede dar la apariencia de tragar con todo lo que le piden los ultras, que principalmente presionan con el pacto verde y el asunto migratorio.
En la intervención sin preguntas en Melilla, Feijóo no ha mencionado este lunes la cuestión de la sucesión valenciana. “Estatutariamente, le corresponde a la dirección nacional elegir a los candidatos a las elecciones autonómicas”, había señalado horas antes en una comparecencia en Valencia el portavoz del Grupo Parlamentario del PP en las Cortes Valencianas, Juan Francisco Pérez Llorca, favorito en el partido para relevar a Mazón.
Contra quien ha vuelto a cargar Feijóo ha sido contra Sánchez. “En España no avanzan las leyes, no avanzan las reformas, solo avanzan los casos de corrupción del Gobierno”, ha expresado el líder del PP. “La legislatura está agotada por la corrupción y por el bloqueo. Ya no puede gobernar, solo bloquear”, ha subrayado.
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