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Detenido en Málaga uno de los líderes del peligroso clan Kavak, buscado por un asesinato en Montenegro

El seguimiento a su mujer durante un viaje de 2.000 kilómetros permitió localizar en la ciudad andaluza a Krsto Maroš, de 47 años, al que en su país buscaban desde el año 2020

Nacho Sánchez

Se le buscaba en España desde 2021. Un año antes, las autoridades de Montenegro emitieron una orden internacional de detención sobre Krsto Maroš, de 47 años y ciudadano montenegrino, por su implicación en el asesinato de un hombre al que habían torturado durante 24 horas seguidas. El delincuente es miembro destacado del peligroso Clan Kavak, donde se dedicaba a hacer desaparecer los cuerpos de los asesinatos que comete esta banda y limpiar las escenas del crimen. Las primeras pistas indicaron que se escondía en Barcelona bajo una identidad falsa. Sin embargo, se esfumó. Nadie sabía dónde estaba hasta que una operación conjunta entre Croacia, Montenegro, España y Francia ha permitido finalmente encontrarlo en Málaga, donde fue arrestado el pasado fin de semana. A la espera de ser extraditado, Maroš afronta una pena de 40 años de prisión en su país por los delitos de asesinato y pertenencia a organización criminal.

El fugitivo era, hasta su detención, la mano derecha del Clan Kavak, una estructura criminal con base en Montenegro que ha dejado un reguero de muertos por toda Europa, varios de ellos en España. El primero ocurrió en Marbella en junio de 2020, cuando Milos Perunicic —de 41 años y pasaporte bosnio— recibió una docena de disparos a bocajarro: cuatro por la espalda y otros ocho cuando ya estaba en el suelo. El asesinato estaba enmarcado en la guerra contra otro clan montenegrino, Skaljari, que nació tras el robo de un cargamento de cocaína en Valencia en 2014. Ese enfrentamiento es también la hipótesis que se baraja para el tiroteo que sufrió en agosto de este año Predrag Vujosevic, alias “Marko”, en Barcelona. Y de la muerte, tan solo un mes antes, de Filip Knežević, sicario a sueldo de los Kavak que estuvo involucrado en la muerte de dos miembros de la banda rival en Corfú años antes. En 2024, la ciudad condal también fue testigo del arresto de Nikola Vušović, otro de los capos de la organización criminal. “Esta banda y otras de los Balcanes son objetivo prioritario en toda Europa”, explican fuentes policiales.

Las autoridades de Montenegro emitieron una orden internacional de detención contra Maroš en el año 2021. Advirtieron entonces de que podría estar escondido en España, como otros muchos miembros de bandas balcánicas. La investigación, de hecho, lo situó en Barcelona donde se creía que estaba asentado utilizando una identidad falsa. Allí se ubicaba su círculo de confianza y también la estructura que le aportaba la logística: desde los coches para moverse hasta los pisos para residir o la documentación falsificada. Nunca fue localizado, aunque su búsqueda continuó desde entonces. Hasta que la semana pasada, miembros montenegrinos de la Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos (Enfast, por sus siglas en inglés) avisaron de que su mujer estaba organizando un viaje para desplazarse desde Croacia a Marsella. Nacía entonces la posibilidad de que fuese a encontrarse con él en Francia o España, por lo que establecieron un dispositivo conjunto con agentes de los cuatro países implicados: Croacia, Montenegro, Francia y España.

Los policías realizaron un fuerte seguimiento. Comprobaron que viajó desde Montenegro a Croacia y, desde allí, partía en un avión que aterrizaba en Marsella. Luego fueron tras el taxi que llevó a esta persona hasta Barcelona, donde pasó la noche. Al día siguiente se subió a un AVE para viajar hasta Málaga. Allí, 2.000 kilómetros de viaje después, la mujer se subió a un taxi para dar vueltas por la ciudad como medida de seguridad, hasta que finalmente se reunió con un hombre que se ajustaba a las características del fugitivo, justo como habían sospechado los investigadores. Tras realizar las averiguaciones necesarias y confirmar que efectivamente era el fugitivo al que estaban buscando, establecieron un dispositivo y lo arrestaron. Según han confirmado fuentes policiales, se trataba de Krsto Maroš.

Ahora está pendiente de su extradición a Montenegro, donde se enfrenta a 40 años de prisión por los delitos de asesinato y pertenencia a organización criminal. La policía de su país cree que, además de ser la mano derecha del líder del clan Kavak, estuvo muy implicado en la planificación y organización del asesinato en la ciudad de Kotor de un miembro de la banda rival Skaljari, al que habían torturado previamente durante 24 horas.

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Sobre la firma

Nacho Sánchez
Colaborador de EL PAÍS en Málaga desde octubre de 2018. Antes trabajé en otros medios como el diario 'Málaga Hoy'. Soy licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga.
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