La ultraderecha ‘condena’ a la izquierda en Madrid por el asesinato del “mártir” Charlie Kirk
Abascal y sus socios internacionales atribuyen el crimen al “odio y resentimiento” de sus adversarios políticos


La ultraderecha internacional ha convertido el multitudinario mitin celebrado este domingo en Madrid en un juicio sumarísimo contra la izquierda, a la que ha endosado colectivamente el asesinato de Charlie Kirk, el influencer trumpista asesinado el pasado miércoles de un disparo en el cuello en una universidad de Utah (Estados Unidos). El mitin final del evento, que bajo el lema “Comienza la Reconquista” se ha desarrollado durante el fin de semana en el Palacio Vistalegre, ha comenzado con un emotivo vídeo del joven ultraconservador, seguido por la emisión por megafonía del tema La muerte no es el final. La elección del himno oficial de las Fuerzas Armadas españolas para homenajear a sus caídos en acto de servicio ya hacía presagiar el tono de un mitin que ha terminado con el líder de Vox, Santiago Abascal, exhibiendo ante el público una camiseta con la palabra “Fredoom” (“Libertad”, en español), como la que Kirk llevaba cuando fue asesinado.
El acto, al que han asistido 8.500 personas —el aforo es de más de 10.000 asientos, pero las gradas tras el escenario estaban inhabilitadas—, ha quedado deslucido por la ausencia de los principales líderes de la ultraderecha global, como el presidente argentino Javier Milei, el primer ministro húngaro Viktor Orbán o la francesa Marine Le Pen. El primero, que ha intervenido por videoconferencia, se ha excusado alegando que ha tenido que quedarse en Argentina para defender “con uñas y dientes” su gestión, tras el revolcón de su partido en las recientes elecciones parciales en Buenos Aires. Milei ha calificado a Kirk de “mártir de la libertad” y ha asegurado que su asesinato es “una prueba más de lo que es la izquierda en estado puro: odio y resentimiento”. Según el mandatario argentino, cuando la izquierda tropieza con alguien que se le opone, hace todo lo posible por silenciarlo, “ya sea con campañas de desacreditación o con un tiro en la cabeza como hicieron con Charlie [Kirk] o con Miguel Uribe en Colombia”.
Aunque hasta ahora todo apunta a que el asesinato del activista ultraconservador fue una acción individual, Abascal ha asegurado desde la tribuna que no se trata de un “caso aislado”, sino de “la evidencia repetida de que la izquierda no renuncia a la violencia”. “Al revés, la promociona y la utiliza para eliminar a sus rivales políticos”, ha dicho. Tras citar los intentos de asesinato de Donald Trump y del primer ministro de Eslovaquia Robert Fico o los consumados del ecuatoriano Fernando Villavicencio y el colombiano Miguel Uribe, se ha remontado a hace más de un siglo para imputar a la “izquierda criminal” los magnicidios de Prim, Cánovas, Canalejas y Dato; así como las casi mil víctimas de ETA, entre las que hay dirigentes socialistas. “Sabemos muy bien quiénes son”, ha advertido.
El líder de Vox ha leído parcialmente el editorial de EL PAÍS de este domingo, sin citarlo, en un intento por mezclar las críticas a la línea política de su partido con el fomento del odio y la violencia. Tras arremeter contra “la propaganda progre que culpa a las víctimas y disculpa a los criminales”, ha sentenciado: “No nos matan por ser fascistas, nos llaman fascistas para matarnos”.
Contra el portavoz de los obispos
Más sorprendente ha sido que utilizara un mitin político para cargar contra el portavoz y secretario de la Conferencia Episcopal, Francisco César García Magán, a quien ha comparado con don Opas, el obispo de Toledo que supuestamente habría facilitado la invasión de la Hispania visigoda por los árabes, y de quien ha dicho que “insulta a los patriotas, pero no se acuerda mucho de los cristianos asesinados por los islamistas en África”. Las críticas de la jerarquía eclesiástica parecen haberle molestado especialmente, ya que no es la primera vez que Abascal ataca en público al portavoz de los obispos, quien criticó, como contraria a la libertad religiosa, la prohibición de que los musulmanes de Jumilla (Murcia) celebren sus festividades en el polideportivo municipal; y defendió el acuerdo con el Gobierno para mantener el culto en la basílica de Cuelgamuros, pero despojándola de su simbología franquista.
El líder de Vox ha asegurado que “la libertad religiosa no ampara el fundamentalismo islámico”; mientras Kevin Ronerts, presidente de la Heritage Foundation, un think tank próximo a Trump, ha repetido el bulo de que el Gobierno español intenta “derribar la cruz más grande del mundo”, en alusión al valle de los Caídos.

El discurso más islamófobo lo ha lanzado Afroditi Latinopoulo, quien ha llamado a blindar las fronteras, realizar deportaciones masivas, suspender el derecho de asilo y clausurar mezquitas. “El Islam fuera de la Europa cristiana, ¡fuera!”, ha clamado la dirigente de la ultraderecha griega, mientras el público coreaba: “Europa cristiana y no musulmana”. Por su parte, el alcalde de Lima (Perú), Rafael López Aliaga, ha demonizado textualmente a la izquierda, de la que ha dicho que “es el mal” y “el azufre es su olor”.
La nota discordante la ha puesto la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien, en un mensaje grabado, ha asegurado que Europa debe seguir ayudando a Ucrania frente a un Putin que “no parece interesado en la paz”; y ha defendido la necesidad de que cesen los ataques a Gaza, se libere a los rehenes israelíes y se reconozca el derecho de los palestinos a tener “un Estado propio”. Por el contrario, Orbán, que también ha remitido un breve vídeo, ha acusado a Bruselas de arrastrar a los europeos a una guerra, en alusión al apoyo de la Comisión Europea a Kiev. Meloni ha sido la única dirigente europea que ha intervenido en el acto sin pertenecer a los Patriotas, el grupo del primer ministro húngaro, del que le separa la sintonía de este último con Putin. En cambio, no se ha emitido, “por problemas técnicos”, un vídeo del líder de la Liga, Matteo Salvini, que sí comparte grupo de Vox en Europa.
Por su parte, el portugués André Ventura, presidente de Chega!, la segunda fuerza política lusa, cuya asistencia no se confirmó hasta última hora, ha enardecido al auditorio cuando ha gritado; “¡Sánchez a la cárcel, seguro, seguro, seguro!”; mientras el público le respondía: “¡Pedro Sánchez hijo de puta!”. Cuando le han gritado lo mismo a Abascal, éste se ha disculpado por no sumarse al coro. Y ha apostillado: “La canción del verano tenía que haber sido ‘¡Pedro Sánchez, chulo de putas!”.
Ventura ha concluido su discurso agradeciendo a su anfitrión “lo que [los españoles] han hecho en Murcia. Me da un orgullo enorme como europeo”, ha añadido. “Gracias, gracias y gracias, Santiago. Son enormes, son grandes, son fuertes”, ha concluido. No ha aclarado si su críptico agradecimiento se refería a la “cacería” de musulmanes organizada por grupos neonazis en la localidad de Torre-Pacheco tras la agresión sufrida por un vecino, de la que informó ampliamente la prensa portuguesa.

En esta ocasión, a diferencia del año pasado, no ha participado en el evento ningún ministro israelí, pero Abascal no ha querido eludir el genocidio de Gaza. Tras acusar al “califato de Bruselas”, como ha llamado a la Comisión Europea, de estar cerca de los Hermanos Musulmanes y no condenar el “genocidio de los cristianos en África”, ha justificado el exterminio de la población palestina por parte de Israel. “Si algún día alguno fantasea con recuperar Al Andalus y se atreviera a asaltar nuestro territorio y a matar a miles de compatriotas y a secuestrar a cientos de ellos, quiero que sepáis que yo pretendo que España no se detenga ante nada ni ante nadie para conseguir la liberación de los cautivos”, ha dicho.
A la hora de repartir críticas, ha metido en el mismo saco al Partido Socialista y al PP. “Luego lloran porque les llamamos derechita cobarde o estafadora”, ha añadido refiriéndose a los populares. “Si todavía somos incluso buenos, porque han traicionado todo sin excepción. No hay ninguna política socialista que hayan revertido. ¿Por qué? Porque hace muchos años que son lo mismo y, cuanto antes aceptemos eso, antes llegará a España una alternativa”, ha concluido, dirigiéndose a los votantes de derechas.
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