Ir al contenido
_
_
_
_

El poderoso narco del Estrecho ‘El Pantoja’ se fuga de prisión en un permiso penitenciario

Jesús Heredia, que estaba a punto de cumplir una pena de cinco años en una cárcel de Castellón, se encontraba a la espera de un nuevo juicio por el naufragio del pesquero ‘Rúa Mar’ lleno de droga

Narcos Estrecho
Jesús A. Cañas

Jesús Heredia, el Pantoja, aprendió todo lo que hay que saber del negocio del narco al regazo Abdellah El Haj Sadek El Membri, el Messi del hachís. Aquellos valiosos conocimientos —que le llevaron a ser uno de los más potentes del Estrecho de Gibraltar— incluían también convertirse en un escurridizo capo, habituado a fugarse en cuanto se le presentase la ocasión. Y ese fue el momento que debió apreciar el pasado 21 de marzo, cuando no se presentó de vuelta de un permiso carcelario en la prisión de Castellón para cumplir una de las penas de narcotráfico que se le acumulan. La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Cádiz en Algeciras, que debía juzgarlo en mayo en una nueva causa por la que le piden más de ocho años de prisión, ya ha emitido un auto de búsqueda y captura.

Heredia, de 40 años, se encontraba cumpliendo una pena de cinco años dictada por la Sección algecireña de la Audiencia Provincial en octubre de 2022 por dirigir una mafia que introducía hachís a través de las costas del Campo de Gibraltar. “Le faltaba poco para terminar”, precisa una fuente judicial. Eso hizo que el narco disfrutara ya de los permisos penitenciarios habituales para presos que muestran un buen comportamiento. “Ha abusado de la confianza de Instituciones Penitenciarias, porque estaba cumpliendo”, explica una fuente judicial, en referencia a esa buena conducta que el narco parecía estar teniendo en el centro de Castellón de la Plana.

A El Pantoja, esa pena que estaba cumpliendo le llegó cuando se encontraba en la cárcel cumpliendo otra y ese hubiese sido su destino si no se hubiese fugado. El próximo 5 de mayo estaba previsto que comenzase el juicio por el caso del naufragio del pesquero Rúa Mar, en el que murieron seis marineros en aguas del Estrecho el 23 de enero de 2020, después de hundirse con un cargamento de fardos de hachís. El principal investigado por esta causa es el armador Pedro Maza, pero Heredia es uno de los encartados como facilitador de la droga. La Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar pide para él más de ocho años de prisión por este caso.

Sin embargo, su fuga complica ahora la celebración del juicio, que debía extenderse hasta el 16 de mayo. Si el auto de búsqueda y captura que ha emitido la Sección Séptima de la Audiencia no se convierte antes de esa fecha en otro de rebeldía, las sesiones tendrían que “suspenderse”, según explica una fuente judicial conocedora del caso. “La sensación es de frustración, después de la prisa que la Justicia se ha dado para que se pueda celebrar”, añade.

No es la primera vez que Heredia da signos de su predilección por sustraerse de la acción de la Justicia. En junio de 2020, un importante despliegue policial dio con él en una pizzería italiana de Chiclana de la Frontera, mientras se encontraba con su familia. El Pantoja llevaba en búsqueda y captura desde marzo de ese mismo año, después de que poco antes del confinamiento se escabullese de un importante operativo en el que cayeron 36 integrantes de su banda. En aquellos registros en los que Heredia no apareció, agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil dieron buena cuenta de la vida de lujos que el capo y los suyos desarrollaban en Algeciras, con ostentosos chalés en los que se acumulaban fajos de billetes.

Heredia cobró fuerza como narco poco tiempo después de independizarse del Messi del hachís. Los problemas con la Justicia de este acabaron por encumbrar al que era su lugarteniente, que pronto se hizo conocido por su habilidad para organizar diversos fletes de hachís desde Marruecos. Heredia era capaz de botar potentes narcolanchas atestadas de hachís, mientras diversificaba sus métodos introduciendo más droga a través de barcos pesqueros, una vía menos voluminosa, pero más discreta que las de las semirrígidas.

Buena parte de esa forma de proceder quedó al desnudo después de que cayese Encrochat, el WhatsApp del crimen organizado europeo. El desmantelamiento de esta vía de comunicación que los delincuentes consideraban segura hizo que la Fiscalía Antidroga de Cádiz recibiese paquetes de miles de mensajes en los que Heredia parecía hablar sin los habituales mensajes en clave sobre cargamentos de droga. Eso llevó a que pasase a ser el principal investigado de la Operación Barros, de julio de 2020, otra de las operaciones que complicaban el destino judicial del narcotraficante.

Lo de ser un narco escurridizo, Heredia lo aprendió, junto con el resto del negocio, de Abdellah El Haj Sadek El Membri, el Messi del hachís. El Haj se hizo famoso por controlar buena parte del negocio de la droga del Estrecho a través de las costas de Algeciras —en una influencia repartida con los otros reyes del hachís, los hermanos Castaña— y por protagonizar dos polémicas fugas. La primera, en mayo de 2017, se produjo cuando los agentes le perseguían en el seno de una operación policial. La segunda, en marzo de 2019, se originó cuando el narco no se presentó a firmar en los juzgados, después de un controvertido acuerdo con el fiscal de Algeciras por el que se había entregado tiempo atrás.

Pocos en los mundos del hachís dudan que el Messi está desde entonces oculto en una lujosa marina del norte de Marruecos que se ha hecho conocida por albergar a numerosos narcos del hachís. Ahora, la sospecha es si Heredia ha seguido sus pasos. “Lleva en Marruecos varios días”, apunta una fuente cercana al narcotráfico que asegura que sabía de la fuga de El Pantoja desde hace unos días.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_