Albares defiende la discrecionalidad del Gobierno para nombrar y cesar embajadores
Exteriores relevará al jefe de la misión de Corea del Sur, que se reunió con Díaz Ayuso sin comunicarlo al ministerio
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha defendido este lunes la discrecionalidad del Gobierno para nombrar y cesar embajadores, en plena polémica por los relevos en las últimas semanas de los jefes de las misiones diplomáticas españolas en Croacia, Bélgica o Corea del Sur. En un desayuno organizado por Europa Press, Albares ha subrayado que el nombramiento de los embajadores corresponde al Consejo de Ministros, que “elige en cada momento a la persona adecuada para un lugar y contexto determinado” y que puede relevarlo “si ese contexto cambia”. “No hay ningún capricho, se rige por los procedimientos habituales”, ha insistido el ministro, saliendo al paso del malestar generado en la carrera diplomática por estos inesperados relevos.
El ministro ha añadido que su política pasa por situar a mujeres en las embajadas de máxima responsabilidad, como Washington y Pekín, y ha añadido que, a la hora de elegir, hace “abstracción de las ideas políticas”; citando a diplomáticos del PP que dirigen embajadas, como el exministro Alfonso Dastis o el exjefe de Gabinete del presidente Rajoy, Jorge Moragas. “Buscamos a los mejores en cada momento para cada misión”, ha insistido.
El último relevo conocido ha sido el del embajador en Seúl, Guillermo Kirkpatrick, adelantado por El Confidencial Digital. Kirkpatrick, que llevaba dos años y medio en el puesto, se reunió el pasado 10 de enero con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Exteriores no fue informado de la reunión, según reconocieron fuentes del departamento de Albares, que expresaron su sorpresa al tener noticia de la misma, y aclara que esa no es la razón del futuro relevo. Exteriores ha solicitado el plácet para nombrar un nuevo embajador, y sostiene que el relevo llegará en unos meses, por lo que el diplomático llevará ya más de tres años como embajador, un plazo habitual dentro de la carrera diplomática. Fuentes próximas a Kirkpatrick aseguraron que este había sido sorprendido en su buena fue, pues no sabía que la Comunidad de Madrid iba a publicitar al encuentro, cuyo objetivo era repasar los proyectos abordados por Díaz Ayuso durante su visita a Corea del Sur.
El relevo de Kirkpatrick es el tercero de un embajador en las últimas semanas, aunque todos ellos están pendientes de la concesión del preceptivo plácet a su sucesor por parte de los países anfitriones para su aprobación definitiva en el Consejo de Ministros, lo que puede demorarse varios meses. El primero fue el del embajador en Croacia, Juan González-Barba. González-Barba, que fue nombrado secretario de Estado para la UE por la ministra socialista Arancha González Laya y tuvo diferencias con Albares, lleva dos años y 10 meses en Zagreb. Exteriores sostiene que, como en el caso del embajador de Corea del Sur, cuando su cese se produzca efectivamente habrá estado más tres años en esa embajada. Será relevado por el exresponsable de Relaciones Internacionales del PP, José Ramón García Hernández.
A este le siguió el del embajador en Bélgica, Alberto Antón, inmediatamente después de la conferencia de embajadores celebrada en Madrid los días 13 y 14 de enero. La imagen del embajador dormido mientras Albares pronunciaba su discurso, captada por las cámaras de televisión, ha sido reproducida incluso por tabloides británicos. Antón será relevado por el actual embajador en Luxemburgo, José María Rodríguez Coso, a quien sustituirá Nieves Blanco, embajadora en Lituania y esposa del representante permanente ante la UE, Marcos Alonso.
Como ha subrayado este lunes Albares, no hay plazos máximos ni mínimos para la permanencia de los embajadores en su destino, pero lo habitual es que su misión se prolongue entre tres y cuatro años. Se da la circunstancia de que las representaciones diplomáticas en Croacia, Bélgica y Corea del Sur no figuraban en el Embabombo, el concurso que se publicó en otoño pasado para que los diplomáticos puedan optar a las jefaturas de embajada que está previsto relevar este año.
La falta de concreción sobre el plazo de permanencia de los embajadores y los criterios para su selección se debe en gran medida a que el Tribunal Supremo anuló en 2017 el reglamento de la carrera diplomática aprobado en 2014, por no haberse sometido a consulta de los sindicatos. Desde entonces no se ha aprobado un nuevo decreto, por lo que sigue en vigor el del siglo pasado. La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), mayoritaria en la carrera, dirigió el pasado día 30 una carta a Albares en la que reclamaba que la selección de candidatos para dirigir las embajadas se haga mediante un proceso “previsible y transparente, con cumplimiento de plazos predeterminados […] conforme a criterios objetivos y no arbitrarios […] priorizando a quienes presenten un perfil más adecuado para cada una de las vacantes”.
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