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El PNV se parte en dos entre Andoni Ortuzar y Aitor Esteban

Son dos caras de la misma moneda, mantienen una relación muy estrecha, pero el portavoz en Madrid se beneficia del voto de castigo a la gestión interna del líder del partido

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban (izquierda), y el presidente del EAJ-PNV, Andoni Ortuzar, durante la gala de los Premios Sabino Arana 2024, en el Teatro Arriaga, el pasado domingo en Bilbao.
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban (izquierda), y el presidente del EAJ-PNV, Andoni Ortuzar, durante la gala de los Premios Sabino Arana 2024, en el Teatro Arriaga, el pasado domingo en Bilbao.Iñaki Berasaluce / Europa Press (Europa Press)
Mikel Ormazabal

Cuando Aitor Esteban, la voz del PNV en Madrid, dijo a mediados de enero que para él sería “un honor” presidir el principal partido vasco, no había calculado la repercusión que iban a tener sus palabras. Andoni Ortuzar, el líder peneuvista, se mantenía entonces agazapado, sin desvelar sus intenciones de volverse a presentar. Unos días después anunció su disposición a alargar su mandato otros cuatro años más. Todo quedaba en manos de la militancia. El proceso electoral para elegir al presidente del PNV está aún abierto, pero las votaciones de los afiliados (la primera vuelta finaliza este domingo) reflejan que existe una división interna. Sin conocerse aún el resultado final, los apoyos que está recibiendo Esteban en los batzokis (sedes del PNV) se interpretan como un “voto de castigo” a Ortuzar.

Todos en el partido ven a Esteban y a Ortuzar como “dos caras de la misma moneda”. “Aitor [Esteban] y Andoni [Ortuzar] son como dos hermanos gemelos. Representan lo mismo. Son íntimos amigos y han estado en el núcleo duro del partido estos últimos años”, dice un dirigente del PNV. Su sorpresa, extensible a muchos otros afiliados, es “¿por qué se ha llegado a la situación de decidir entre uno y otro?”. Forman parte de la misma generación, ambos nacieron en el verano de 1962, han compartido vivencias políticas, tienen una complicidad personal y política total y han despachado juntos los asuntos más relevantes de la política vasca y nacional de la última década. El PNV se encuentra en una encrucijada y, si ninguno de los dos renuncia a optar a la presidencia, podría verse en la tesitura de abrir un cisma al tener que elegir entre ambos para liderar el partido en un momento clave, puesto que la formación quiere ser influyente en Madrid y, a la vez, tiene a EH Bildu como una sombra que le pisa los talones.

El sistema electoral para elegir al líder del partido se realiza a doble vuelta. En la primera, aún abierta, cualquier afiliado puede proponer a otro y basta con que alguien resulte ganador en tres asambleas para que pueda pasar a la segunda ronda, la definitiva. Ese salvoconducto ya lo tienen Esteban y Ortuzar, además de Markel Olano (ex diputado general de Gipuzkoa, y los críticos Eneko Lekue (concejal en Etxebarri, Bizkaia) y el abogado David Salinas-Armendariz, entre otros. A todos ellos les consultarán la próxima semana si están dispuestos a aceptar su candidatura a la presidencia, que se elegirá en la asamblea general del PNV prevista los días 29 y 30 de marzo en San Sebastián. En esta fase, nadie se presenta con un programa, solo cuentan los nombres.

El portavoz del partido en el Congreso ha resultado vencedor en más de 50 batzokis, tantos o más que Ortuzar, según fuentes extraoficiales, porque el PNV no ofrece ninguna información sobre el resultado de las votaciones ni de la participación en las asambleas locales. Esteban se mostró “abrumado” y “agradecido” al ver que su nombre subía como la espuma entre la afiliación. Un efecto que, como contrapartida, ha ido rebajando el favoritismo que desde el comienzo tenía el actual presidente. “El desgaste de Ortuzar es evidente”, sostiene un veterano exdirigente.

Ortuzar iba a anunciar el pasado 20 de enero si se retiraba u optaba a su cuarto mandato (fue elegido por primera vez en enero de 2013). Decidió dejarlo en manos de la militancia: “Estaré donde la afiliación crea que soy más útil”, dijo. No sabía entonces que iba a salirle un rival poderoso como Esteban. “Ortuzar es el primer sorprendido con esta situación. Es algo no esperado por él y la mayoría del partido. Esteban representa el voto de enfado con la gestión de Ortuzar. El espectáculo que estamos dando es bochornoso”, reconoce un miembro del partido.

“Si yo estuviera en la dirección, estaría muy preocupado con la situación del partido”, afirma otro representante del PNV, de San Sebastián. Ha cundido el desánimo, el descontento y el hartazgo en las filas peneuvistas. “Hay mucho distanciamiento con la cúpula, la gente está muy quemada”, agrega este militante. Una prueba de ello es la escasa participación que se está dando en las sedes en las votaciones: “Van cuatro gatos, no se llega al 15% de participación”, advierten varios de los consultados.

Aitor Esteban se está beneficiando del “hartazgo interno” y la “desmovilización”, comentan en el partido. Es una opción que está obteniendo réditos, sin pretenderlo aparentemente, del malestar con algunas decisiones de Ortuzar en los últimos tiempos en el PNV, según las fuentes consultadas. Estas se refieren con desazón a la forma en que, por ejemplo, se prescindió de Iñigo Urkullu, a quien se le sustituyó por Imanol Pradales. Urkullu, que no ha levantado la voz en público y ha demostrado siempre una lealtad plena a los suyos, ha dicho recientemente que “nadie” del partido le preguntó si quería continuar como lehendakari. Su relevo se justificó por parte de la dirección como un “cambio generacional” que pretendía aportar “savia nueva” al partido y al país. Otro tanto ha ocurrido en la reciente renovación de las ejecutivas territoriales, que están ahora presididas por nuevos dirigentes en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. “Ha sentado muy mal que haya que renovar todo menos la presidencia”, se quejan en el partido siempre desde el anonimato.

La inesperada irrupción de Esteban, que está canalizando el malestar existente con Ortuzar, abre escenarios inciertos en el PNV. “El secreto está en ver qué decide Esteban en la segunda vuelta”, alerta una voz interna. Si Esteban termina logrando un buen resultado en esta primera vuelta, como así parece que va a ocurrir, y decide retirarse de la carrera, “será muy criticado por no dar la cara”. Si el que renuncia es Ortuzar, “su autoridad moral quedará debilitada”, expresa este afiliado. Hay una vía intermedia: un acuerdo entre ambos, algo que no está descartado.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.
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