Torres: “Es vital desenmascarar a quienes esconden pulsiones autoritarias”
El Gobierno llama de nuevo al PP a sumarse a los actos por el 50 aniversario de la muerte de Franco. El catedrático de historia Julián Casanova advierte del peligro de las redes sociales, que desprecian el conocimiento
El Gobierno insiste en su llamamiento para que el PP se sume al calendario de actos, englobados bajo el título “España en libertad”, que ha diseñado para conmemorar el inicio de la transición a la democracia en el 50 aniversario de la muerte de Franco. En la primera de las charlas previstas, celebrada en el Ateneo de Madrid este miércoles, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, aseguró, por un lado, que “la democracia y la libertad son joyas demasiado preciadas como para darlas por hechas” y que la dictadura “puede volver a ocurrir”, por lo que es “vital desenmascarar a los que, tras palabras amables, como concordia [en alusión a las leyes con las que el PP y Vox pactaron derogar las normas regionales de memoria] esconden pulsiones autoritarias”. Pero al tiempo, presentó el calendario de actos (con más de 150 actividades programadas) como una “oportunidad” y llamó “a todas las instituciones” a participar en los actos para celebrar “el camino recorrido”. “Hay sitio para todos”, subrayó.
El acto acogió un coloquio moderado por la historiadora Carmina Gustrán, comisionada del calendario de actividades de España en libertad, que contó con el catedrático de historia Julián Casanova y el historiador Nicolás Sesma, ambos miembros del comité científico que ha asesorado al Gobierno en el diseño de los actos, y Elena Martínez, de la Universidad de Salamanca, experta en justicia transicional. Gustrán presentó esta primera charla como un intento de “llevar el conocimiento científico a la calle”. Cómo acercarse a los jóvenes, a quienes no vivieron ni conocen la dictadura y la represión franquista, acaparó buena parte de la conversación. Casanova advirtió del peligroso “cóctel de redes sociales y medios de comunicación con una falta clarísima de respeto por el conocimiento y un estímulo de la ignorancia”.
Recientemente, el diputado de Vox Manuel Mariscal, declaró, desde su escaño del Congreso: “Gracias a las redes sociales, muchos jóvenes están descubriendo que la etapa posterior de la Guerra Civil no fue oscura, como nos vende este Gobierno, sino una etapa de reconstrucción, de progreso y de reconciliación para lograr la unidad nacional”. Y eso, explicó el catedrático de historia contemporánea, “tiene repercusiones”. “Si hablan con profesores de educación secundaria, les dirán que cada vez tienen más dificultades en transmitir la información relevante de la historiografía frente a la propaganda y lo que han visto en redes sociales”. Casanova abogó por “hacer más atractiva” la historia para las nuevas generaciones, y en adaptarse a los nuevos tiempos. “La era digital nos obliga a cambiar la forma de enseñar la historia”, pero “sin hacer contraataque” con gente “que busca el insulto, la interacción en redes sociales”. Casanova publica en febrero una nueva biografía sobre Francisco Franco.
Sesma explicó que lo que más suele “impactar” a sus alumnos sobre la dictadura suelen ser lo que tiene que ver con la aplicación de la ley de responsabilidades políticas, y que, al igual que ha ocurrido en otros países con pasados traumáticos similares al español, seguramente, las nuevas generaciones se hagan “una lectura más económica”de lo que supuso la Guerra Civil y la dictadura. El historiador, autor del título Ni una, ni grande ni libre, recordó que Alemania es el “gran referente” en políticas de compensación a las víctimas y aseguró que en España falta “una gran película o serie”, como La lista de Schindler, de Steven Spielberg, que sirvan para aterrizar todo el conocimiento acumulado por los historiadores.
Martínez, por su parte, explicó las diferencias en los procesos de memoria, justicia y reparación en distintos países. “España ha aplicado la justicia transicional y universal, como en el caso Scilingo [sobre la dictadura argentina], pero para otros países, no para nosotros mismos. América Latina nos ha dado 100.000 vueltas”, aseguró. Sin embargo, la investigadora aprecia un retroceso en los Estados que abanderaron esos procesos, como Argentina, mientras España avanza. “Jamás hubiera pensado que en Argentina [tras la llegada al poder de Javier Milei] se fueran a cuestionar lo que se están cuestionando ahora”. La investigadora abogó por convertir la recuperación de la memoria en un “asunto de Estado más allá de las ideologías” y puso el ejemplo de Portugal, donde la extrema derecha no se atreve a “cuestionar lo que se ha hecho en materia de memoria democrática”.
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