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La familia europea de Meloni acoge a dos eurodiputados de SALF pero frena por ahora el ingreso de Alvise Pérez

El grupo Conservadores y Reformistas Europeos dice que esperará a que se resuelvan las investigaciones en España sobre el líder de Se Acabó la Fiesta para aceptar también su ingreso

El líder de Se Acabó la Fiesta (SALF), Alvise Pérez, durante a campaña electoral europea
El líder de Se Acabó la Fiesta (SALF), Alvise Pérez, durante a campaña electoral europeaPablo Monge
Silvia Ayuso

El grupo Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), el partido político europeo de la primera ministra ultra italiana Giorgia Meloni, ha anunciado este miércoles el ingreso como “miembros individuales” de los eurodiputados de Se Acabó La Fiesta (SALF) Diego Solier y Nora Junco. Pero su líder, Luis Fernández Pérez, Alvise Pérez, deberá aún esperar para integrar las filas de la que es la cuarta formación en el Parlamento Europeo. Fuentes de partido han indicado que esperarán a que se aclaren las investigaciones policiales en España sobre el agitador ultra antes de tomar una decisión al respecto, aunque Alvise asegura que lo hará en enero y achaca la espera a un “mero trámite burocrático”.

“Estamos encantados de recibir a Diego Solier y Nora Junco García a nuestro grupo, no solo traen una experiencia valiosa, sino también una visión clara para una Europa fuerte y libre”, ha declarado el copresidente de ECR, Nicola Procaccini, sobre los nuevos miembros de la formación ultra, que así suma 80 eurodiputados. Una cifra que lo mantiene todavía en el cuarto puesto del hemiciclo tras el Partido Popular Europeo (PPE, la primera formación con 188 escaños), los socialdemócratas de S&D (136) y los Patriotas por Europa (84), el partido creado por el primer ministro húngaro Víktor Orbán y la líder de extrema derecha francesa Marine Le Pen y en el que se integra Vox.

Solier y Junco entraron en el Parlamento Europeo junto con Alvise tras las elecciones europeas de junio, donde SALF recibió 800.000 votos. Los tres figuraban hasta ahora como miembros no inscritos, dado que pese a que en el verano hubo muchos rumores, no llegaron a adherirse a ninguna familia política, hasta ahora.

El propio Alvise ha celebrado en las redes sociales el ingreso de SALF en el grupo de Meloni. “Usaremos esta influencia clave en proteger más que nunca a los pescadores, agricultores y ganaderos afectados por la legislación del eje franco-alemán”, ha prometido.

Fuentes de ECR han explicado que la decisión formal sobre el ingreso de Alvise está pendiente del resultado de la investigación policial en marcha en su contra en España, extremo que este rechaza. “Es absurdo, ni siquiera estoy imputado en nada”, ha comentado a EL PAÍS.

La Fiscalía Anticorrupción ha pedido que se investigue a Alvise como presunto autor de un delito de financiación ilegal de partidos políticos, después de que el empresario de criptomonedas Alberto Romillo confesara haberle entregado 100.000 euros para financiar la campaña de su agrupación electoral, Se Acabó la Fiesta (SALF) a las pasadas elecciones europeas. Alvise ha reconocido haber recibido esta suma en dinero negro, pero asegura que fue el supuesto pago de un trabajo que no ha acreditado, por lo que solo sería culpable de un fraude fiscal. El juez de la Audiencia Nacional invitó a Alvise a declarar voluntariamente, pero este declinó hacerlo. Al ser eurodiputado, está aforado ante el Tribunal Supremo y solo puede ser imputado después de que el Parlamento Europeo conceda el correspondiente suplicatorio, informa Miguel González.

Según ha asegurado el eurodiputado a este periódico, su ingreso se formalizará en enero. El retraso se debe, afirma, a un “mero trámite burocrático”: la Comisión de Ética de la Eurocámara, un órgano consultivo sobre la conducta de los eurodiputados, tenía pendiente dar por resuelta una audiencia con Alvise en la que se le preguntó sobre su “declaración relativa a intereses privados”, un documento que debe firmar y hacer público todo legislador europeo, y en el que el líder de SALF se limita a explicar que no recibe remuneración alguna, “solo donaciones” por su actividad como “analista y consultor político por cuenta propia”, sin especificar la cantidad de ingresos, como sí hacen la mayoría de sus colegas de bancada.

Alvise afirma que la investigación de esta comisión se cierra “sin amonestación alguna” y la achaca a un “error” de traducción del Parlamento Europeo sobre el documento que, confía, se va a resolver con la presentación de un “documento acreditativo de ejemplaridad con Hacienda” de junio de este mismo año. “Que yo entre en enero y no ahora es justo por esa tontería burocrática, no porque en ECR estén esperando ninguna aclaración ni nada, máxime cuando ni siquiera estoy imputado en nada”, ha destacado, lamentando que no se reconozca “el éxito” de entrar en ECR por un proceso tan rápido.

Aunque no avanzó tanto como se temía, la extrema derecha ha salido muy reforzada de las elecciones europeas, si bien su división en tres grupos políticos —además de ECR y Patriotas, está la formación Europa de las Naciones Soberanas, donde milita el partido neonazi alemán AfD, que también cortejó a Alvise— ha reducido su influencia. El ingreso de los eurodiputados españoles hace que ECR acerque posiciones respecto a los Patriotas. La formación de Meloni —aunque la primera ministra ya ha manifestado su intención de abandonar su presidencia, por falta de tiempo— ha conseguido también colocar a un vicepresidente ejecutivo, el italiano Raffaele Fitto, en la Comisión Europea presidida por la conservadora alemana Ursula von der Leyen (PPE), cuyo partido también ha negociado en múltiples ocasiones con ECR en el Parlamento Europeo (y con otros grupos ultras). Los nuevos miembros le permiten además al partido ultra marcar más las distancias con los liberales de Renew, que de tercera fuerza parlamentaria el mandato pasado ha quedado relegado a la quinta posición, lo que dificulta más aún la formación de mayorías proeuropeas en el actual hemiciclo.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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