Feijóo pactó con Mazón abrir la puerta a no presentarse para preservar el motor electoral valenciano
El líder del PP y el ‘president’ acordaron en una delicada negociación que el barón se mostrara dispuesto a no ir a releección si no es capaz de recuperar el apoyo de los valencianos tras la dana
Entre las palabras de Alberto Núñez Feijóo, el miércoles anterior a la comparecencia de Carlos Mazón, cuando faltaban 48 horas para que su barón se presentara ante las Cortes Valencianas ―“Estemos atentos. Habrá mucha gente que se sienta parcialmente reconfortada con la clase política”―; a la declaración más importante del president valenciano este viernes ―“Si no soy capaz de liderar la recuperación que necesita Valencia, voy a asumir las consecuencias políticas personalmente no optando a la reelección”― se esconde una de las operaciones internas más delicadas que el líder del PP ha afrontado desde su llegada a la sala de mandos de Génova 13, hace ahora dos años y ocho meses.
El Feijóo que dejó hacer a sus barones en el verano de 2023, y que perdió La Moncloa por los cinco Gobiernos de coalición que estos formaron con la extrema derecha, ha dado paso a otro Feijóo que, aprendida la lección, trata ahora de ejercer mando en plaza. Fuentes del equipo directo del líder del PP se atribuyen el anuncio de Mazón abriendo la puerta a no presentarse a la reelección en 2027, en una suerte de dimisión en diferido, aunque esté en manos del president valenciano. Génova se ha implicado intentando salvar el importante motor electoral de la Comunidad Valenciana para el PP, que Feijóo no se puede permitir que quede gripado para su próximo asalto a La Moncloa.
El anuncio del presidente de la Comunidad Valenciana fue “acordado entre Feijóo y Mazón”, aseguran fuentes del equipo directo del líder del PP. “El discurso surge de un análisis compartido de ambos”, indican en el núcleo duro de Feijóo, donde se muestran satisfechos. “Carlos eleva el listón de exigencia a sí mismo, está dispuesto a no repetir. Da un paso valiente”, subrayan. “Cuando Feijóo dijo que el discurso reconfortaría parcialmente, era porque ya lo conocía”, explican en el gabinete del líder popular.
Feijóo, según se desprende del relato de Génova, ha empujado a Mazón a marcharse si no es capaz de reflotar su maltrecha imagen tras la riada en Valencia que se ha cobrado 218 muertos y 13 desaparecidos y una destrucción sin precedentes en este siglo. El barón valenciano tiene en estos momentos “un problema de reputación política importante”, reconocen en la dirección nacional del partido, y el líder del PP le ha concedido tiempo para seguir al mando de la reconstrucción de su comunidad autónoma, pero después le evaluará. “Iremos viendo y testearemos si cuenta con el respaldo del pueblo valenciano”, apuntan en la cúpula del PP, donde no prefijan un plazo concreto. Feijóo también ha exigido a Mazón que no vuelva a cometer errores. “La reconstrucción será un trabajo largo y durísimo donde ya no caben las equivocaciones que hemos tenido en la gestión”, le advirtió este viernes.
Todo cambió el fin de semana pasado. El líder del PP habló mucho esos días con su barón valenciano tratando de encontrar una salida a la crisis. La semana anterior, Mazón no contemplaba una reestructuración de su Gobierno, según le dijo a dirigentes populares que hablaron con él. Feijóo y su dirección le habían dejado solo sin respaldar su gestión ni implicarse en su defensa, en una separación forzosa para no verse contaminados por el agujero político en el que se había convertido Valencia, pero también porque a Génova no le gustaba nada cómo estaba gestionando la tragedia. Feijóo pidió a Mazón que reclamara la declaración de emergencia nacional, lo que daría el mando al Gobierno de Pedro Sánchez, pero el presidente valenciano no le hizo caso.
La tensión llegó al máximo cuando el líder del PP hizo público el 4 de noviembre que discrepaba de su barón y que debía apartarse de la gestión de la emergencia. La Generalitat Valenciana se desmarcó de la propuesta, mientras algunos dirigentes del PP alertaban de que “dejaba a los pies de los caballos” al barón popular. “El error de Carlos ha sido no pedir la emergencia nacional”, insisten en la cúpula del PP.
Transcurrido el fin de semana, la tensión aflojó porque Feijóo y Mazón forjaron un pacto en privado. El alcance de ese acuerdo tiene contornos difusos, pero a grandes rasgos, según distintas fuentes al corriente, implica que el presidente valenciano se comprometía a una remodelación de su Gobierno y a escalar las responsabilidades políticas a él mismo, aunque con una fórmula que le permite decidir quedarse si cree que está en condiciones de revalidar el apoyo en 2027. A cambio, el líder del PP se implicaba en su defensa.
El acuerdo estaba hecho, pero el líder del PP no terminaba de fiarse. “Cómo se va a fiar, si no está en La Moncloa por su culpa”, ejemplifica un dirigente popular sobre el precedente que pesa como una losa en la relación entre Feijóo y Mazón. Génova siempre ha culpado al presidente valenciano de su fracaso en las generales de 2023, porque él forjó un acuerdo de Gobierno con Vox a toda velocidad sin encomendarse a nadie, que el PSOE utilizó para remontar la campaña electoral contra el PP.
Algunos movimientos discretos de Feijóo estos días pasados apuntan a esa desconfianza con su barón valenciano. El líder del PP se reunió con los diputados nacionales por la Comunidad Valenciana, indican fuentes conocedoras a EL PAÍS, y les dijo que había pedido a Mazón que declarara la emergencia nacional, pero que él no le había hecho caso. “Lo hizo para preconstruir el escenario”, interpreta una fuente al tanto de esa reunión. “Si Mazón no hubiera dicho nada de lo acordado en su comparecencia y no hubiera cumplido con su parte del pacto, Feijóo habría estado en condiciones de decir a los suyos que le había engañado y de retirarle el apoyo”.
El líder del PP se ha implicado a fondo en la crisis porque el problema del PP valenciano es también su problema. “El futuro de Mazón acabó ayer”, analiza un dirigente popular de peso. “Tiene que aguantar un año y medio y luego dimitir, con otro año de margen antes de las siguientes elecciones para que se prepare el siguiente candidato”, defiende este peso pesado. “Este es un tema que trasciende a la Comunidad Valenciana, Feijóo no se puede permitir ir con ese motor gripado a unas elecciones generales, el PSOE tiene suelo en esa comunidad, y además Compromís va a crecer después de esto”. “Todo esto es una sangría para Feijóo muy jodida”, añade un barón popular. “Si lo echan, mal; y si se queda, peor”.
Fruto de esa tensión soterrada entre los centros de poder del PP, el partido ha dado una imagen de vaivenes en la estrategia ante la dana. Feijóo pasó de proclamar que tenía que haber “un antes y un después” en la política española para dar paso a una nueva actitud “autocrítica y colaborativa” a lanzar un contraataque brutal contra el Gobierno de Pedro Sánchez que ha llegado a poner en solfa a la nueva Comisión Europea, paralizada en estos momentos por el veto del PP a que Teresa Ribera se convierta en vicepresidenta y comisaria.
El movimiento contra la candidata española busca corresponsabilizar al Ejecutivo de Sánchez de la tragedia, pero tiene otras derivadas. Feijóo, con la ayuda del líder del PP Europeo, Manfred Weber, con quien pactó el lunes pasado en una conferencia defender el veto a Ribera, como adelantó EL PAÍS, ha lanzado un pulso también a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, a quien el PP quiere pasarle la factura pasada de su cercanía a Sánchez.
Por el camino han quedado las contradicciones internas, como cuando el portavoz del partido, Borja Sémper, dijo este lunes que “no tocaba” cuestionar la gestión de Ribera en la tragedia de la dana para “no emponzoñar más la política”, y solo 24 horas después Feijóo lanzó la ofensiva contra ella. “Sémper tenía que decir A y dijo B”, reconocen en Génova.
A partir de ahora quedan importantes capítulos y preguntas en el aire. Primero, el PP aguarda a conocer si en la remodelación de Gobierno anunciada por Carlos Mazón serán destituidas las consejeras más controvertidas, la de Interior, Salomé Pradas, y la de Industria y Turismo, Rocío Montes, teniendo en cuenta que de ser cesadas perderían el aforamiento ante el más que probable futuro proceso judicial que las aguarda por la catástrofe. En el PP creen que el barón valenciano hará un nuevo Gobierno de capacitación técnica. Se apunta al diputado en el Congreso por Alicante Joaquín Melgarejo Moreno, experto en agua, como una de las nuevas incorporaciones.
Mientras, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, sigue siendo la figura a la que todos miran en el PP como posible relevo de Mazón para las próximas elecciones. Pero Feijóo está en manos del president valenciano. Algunas fuentes que han hablado con él aseguran que quiere aguantar y dar la vuelta al escenario para volver a presentarse. No se ve ni mucho menos muerto, y tiene el apoyo de los suyos para resistir. Si eso sucediera, Feijóo tendrá que decidir qué hacer ante un nuevo pulso de su barón valenciano.
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