Feijóo desconcierta a los suyos con un nuevo giro de estrategia al defender a Mazón y atacar a Ribera
Feijóo corrige a Sémper y carga contra la vicepresidenta: “Su gestión de la catástrofe es lamentable”. El líder del PP defiende ahora al ‘president’ y acusa a la Confederación Hidrográfica del Júcar de “negligencia” , un día después de que el portavoz dijera que no iban a “emponzoñar más la política”
El PP abraza cada día una estrategia diferente para enfrentar las consecuencias de la tragedia de la dana que ha dejado más de doscientos muertos. Si este lunes el portavoz del partido, Borja Sémper, rechazaba cuestionar la actuación de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, con el argumento de que “no tocaba”, para “no entrar en el barro ni contribuir a que la política española se emponzoñe más”, este martes el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha hecho lo contrario. El presidente del partido ha corregido a su portavoz y ha atacado a Ribera, que se examina hoy como comisaria europea y recibirá el voto en contra del PP, a quien ha acusado de una “gestión de la catástrofe lamentable” mientras ha señalado a la Confederación Hidrográfica del Júcar, que depende de su ministerio, de cometer una “negligencia” por no haber informado adecuadamente, según su criterio, de la crecida en el Barranco del Poyo el fatídico martes 29 de octubre. Feijóo ha defendido además ampliamente al presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, algo que hasta ahora no estaba haciendo ningún miembro de su dirección de forma expresa, y ha confirmado que prepara una remodelación de su Gobierno, invitándole a tomar decisiones: “Si hay algún fallo en su Gobierno, él ha asumido autocrítica, tendrá que tomar decisiones, para eso está el presidente”.
El contraste entre el discurso del portavoz del PP y el del líder del partido en espacio de solo 24 horas ha sido total, aunque ya ayer las palabras de Sémper chocaban con la decisión del PP en Europa de maniobrar para tratar de evitar que Ribera sea designada comisaria y con los ataques que días atrás había lanzado el PP contra la ministra. Este lunes, Sémper insistió en que el PP no atacaría al Gobierno por la gestión de la catástrofe. “No vamos a practicar el acoso y derribo contra nuestros adversarios y el actual Gobierno. Si hubiera sido al revés, no habríamos recibido este trato”, sostuvo. No solo él, sino que el propio Feijóo había entonado una suerte de mea culpa en una declaración institucional el lunes de la semana anterior, en la que dijo que iba a evitar más críticas al Gobierno de Sánchez por la catástrofe. “Soy consciente de que debe haber un antes y un después de esto. Debemos cambiar todo lo que a tantos españoles les hace sentir tantísima frustración con la política. Es necesaria una política útil, humilde, autocrítica, colaborativa y sincera”, dijo entonces.
Pero este martes, el propio Feijóo ha rectificado a su portavoz y ha girado de nuevo la estrategia disparando contra la vicepresidenta por la tragedia, al tiempo que ha defendido con profusión a Mazón. Al hacerlo, el líder del PP ha desconcertado a los suyos, según fuentes del partido, que no entienden el nuevo viraje. Pesos pesados populares mantienen que el president está quemado políticamente y cuando termine la reconstrucción de Valencia por la dana tendrá que dimitir, así que no se explican que Feijóo salga en su defensa.
Para defender al barón popular, que ha reconocido que el día de la tragedia estuvo comiendo hasta las seis de la tarde con una periodista para ofrecerle la dirección de la televisión autonómica, el líder del PP ha cuestionado la agenda de la vicepresidenta el martes 29. “Yo no he visto que le hayan preguntado a la vicepresidenta Ribera, que tiene todas las competencias, dónde estaba comiendo, ¿sabe por qué? porque estaba entre París y Bruselas”. Ribera, según fuentes de su gabinete, estuvo en Bruselas el 29 de octubre, despachando asuntos de su designación como Vicepresidenta Ejecutiva y Comisaria, y asuntos del ministerio de Transición Ecológica y adelantó su regreso a Madrid en el primer vuelo disponible el miércoles 30 a las 7am. De acuerdo con la Ley 13/2010 de Protección Civil y Gestión de Emergencias de la Comunidad Valenciana, el Gobierno valenciano es el máximo órgano encargado de dirigir y coordinar la protección civil en su territorio. La Generalitat podría haber solicitado al Ministro del Interior la declaración de la situación de emergencia como de interés nacional, lo que habría entregado el mando al Gobierno central, pero ha renunciado a hacerlo.
En su relato exculpatorio del presidente valenciano, Feijóo ha acusado a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) de haber cometido una “negligencia” por su información de la crecida en el barranco del Poyo ese día. “El presidente autonómico actuó siempre con información que le prestaban los organismos competentes, que son del Estado. La Confederación [Hidrográfica del Júcar] no informa del caudal que está bajando por ese barranco. Y ese es el principal problema que tiene la inundación, porque estando la Confederación presente en el Cecopi, oiga, usted forma parte del control de la emergencia, tiene información, y no la da, desde las seis y cuatro hasta las siete menos cuarto, la da por un email, ¿y resulta que esto es un lenguaje administrativo, o es una negligencia?”, inquiere.
La Confederación Hidrográfica realiza mediciones con sensores (u observaciones) para detectar las crecidas de los cauces en tiempo real. Según la reconstrucción de EL PAÍS con la documentación de ese día, este organismo envió a las 12.07 del martes 29 el primer email al Centro de Coordinación de Emergencia de la Generalitat en el que advirtió de que se habían superado los tres umbrales —1, 2 y 3— de alarma en la Rambla del Poyo. Con esa información, el Centro de Coordinación de Emergencias activó la “alerta hidrológica en los municipios ribereños de la rambla”. La Confederación envió a lo largo del día cinco emails al Centro de Emergencias autonómico. A las 13.42, 15.04 y 16.13, los correos informaron de que el caudal en la rambla era descendente. En el último de ellos, a las 18.43, alertó de que era ascendente y fuera ya de control, porque a esa hora el caudal era más de 11 veces por encima de lo que se establecen como el umbral 3 de aviso en los protocolos de la CHJ. El email decía que “la crecida está siendo muy rápida”. El aviso general a los móviles de Emergencias de la Generalitat llegó a las 20.11.
¿Por qué no mandó el correo la Confederación antes? Este organismo respondió a EL PAÍS: “Insistimos que la CHJ se ocupa según el Plan Especial de Inundaciones de la GVA [Generalitat] de la información hidrológica en grandes ríos y de todo lo referente a la aplicación de los planes de emergencia de presas, por eso en esos momentos los técnicos de la confederación estaban centrados en dichos asuntos. En todo caso, al finalizar la segunda reunión del Cecopi [tras un receso], a las 18:30, se detectó la crecida instantánea del barranco y se remitió el aviso correspondiente, conforme establece el Plan Especial de Inundaciones de la GVA. Sin embargo, parece que el Centro de Coordinación de Emergencias no hizo nada con esa información”.
La Generalitat no contestó a este periódico sobre si, tras declararse la alerta hidrológica en la Rambla del Poyo, siguió monitorizando la evolución del caudal a través de la web de la CHJ o las propias observaciones de municipios y personal de emergencias, o si solo se atendió a los correos de la confederación.
“La gestión de la catástrofe de la emergencia nacional de Teresa Ribera es lamentable”, ha concluido hoy Feijóo, insistiendo en cargar toda la responsabilidad de lo ocurrido en el Gobierno central. “Aquí lo que falló es el Gobierno, tenemos un Gobierno fallido a efectos de catástrofes”, ha subrayado. El líder del PP concede errores ―aunque no ha explicado cuáles― en la gestión de la Generalitat valenciana, pero sostiene que son errores humanos, frente a los del Ejecutivo central. “Hay que distinguir los errores humanos de los errores de falta de humanidad” que achaca a Sánchez por no haber centralizado la respuesta a la crisis. “Si la Generalitat valenciana estuviera en manos del partido del Gobierno, el comportamiento del Gobierno habría sido diferente”, ha conjeturado.
Feijóo ha revelado, por otro lado, que si él hubiera estado en el lugar de Mazón habría solicitado la declaración de emergencia nacional, que en la práctica implica renunciar al mando de la emergencia y entregárselo al ministro del Interior. Ese es, según se desprende se su relato, el único error que observa en la gestión del barón popular.
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